Historia

10 años sin Maurice de Muer, el director francés de Luis Ocaña

Maurice de Muer falleció en 2012, un año en el que el ciclismo español escribió páginas interesantes. El francés fue protagonista curiosamente de otro episodio importantísimo en la escena del ciclismo en España, como fue la consecución del Tour de Francia de 1973 por parte de Luis Ocaña. El conquense aprovechó la ausencia de Eddy Merckx para ponerse al día con la historia, que le debía una edición, la de 1971, en la que sufrió las graves consecuencias de una caída en la bajada del Col de Menté, en plenos Pirineos franceses. Dicha caída tiene una fotografía en la que se observa a dos personas sujetar al ciclista del BIC convaleciente en el suelo, llorando de dolores superficiales y, sobre todo, espirituales al tiempo.

Una de esas personas es Maurice, el director de Ocaña. También estuvo en la victoria de la Vuelta a España del año 1970, así como todos los méritos y créditos que se le puedan asignar al ciclista nacido en Priego. Una dirección que no terminó ahí. Posteriormente, una vez el conjunto francés desapareció en 1974, firmó por el también mítico Peugeot, el considerado por muchos como el equipo más exitoso de la historia.

Antes había dirigido a ciclistas como Henri Anglade. Después de haber sido ciclista el normando por su parte. No tuvo una carrera excesivamente larga (ocho temporadas), si bien cosechó cuatro victorias (una París-Camembert entre ellas), y compitió únicamente en tres ediciones del Tour y una del Giro. Sólo pudo terminar su último Tour, 32º en la general al llegar a París. El resto fueron abandonos. Se cuenta que tuvo alguna actuación brillante, como la segunda posición en la París Niza de 1946 y poco más.

Maurice De Muer, izquierda, sujeta a un desolado Luis Ocaña tras caerse entre la tormenta del Col de Mente (1971) © RTVE

Coincidiría en el mismo equipo con un ganador de Tour, el suizo Kübler, el apodado como ‘hombre caballo’. En 1950, única vez que Maurice llegó a París, lo hizo para celebrar el éxito de su compañero de escuadra. Fue una edición extraña. Gino Bartali fue atacado por unos espectadores, acusado de haber provocado la caída de Jean Robic, ídolo francés. Florenzo Magni, maillot amarillo, de la mano de todos los ciclistas italianos, abandonó la carrera en protesta. La organización varió el trazado, suspendiendo una etapa que iba a terminar en San Remo para no atravesar las fronteras transalpinas por temor a posibles represalias.

Fue la edición del fuera de control, aplicado por primera vez y con numerosas bajas. Ferdinand Kübler fue el primer suizo en llevarse el Tour, y fue relevado sólo un año más tarde por el más célebre Hugo Koblet. Louison Bobet o Raphaël Géminiani eran los grandes rivales locales a batir, por ejemplo.

Maurice De Muer, una vez colgó la bicicleta, cogió el volante. En seguida encajó en una escuadra, el modesto Pelforth-Sauvage-Lejeune. En sus filas corrieron ciclistas que después fueron muy importantes, como Jan Jansen, el propio Henry Angalde o Joseph Groussard, un ciclista galo que ganó, entre varias otras clásicas, la Milán San Remo. Junto a todos ellos fue cobrando la experiencia que le llevaría una década después a dirigir a uno de los grandes talentos de la historia del ciclismo.

Y a formar parte de la historia del ciclismo a través de una foto, la triste caída de Ocaña en el Tour que vio la primera ocasión en la que alguien puso contra las cuerdas al considerado mejor ciclista de todos los tiempos, el belga Eddy Merckx. Los Pirineos, esas montañas que le dieron a su compañero en 1950 el maillot amarillo, y que ahora iban a robárselo a su pupilo. En el hospital de Saint Gaudens se trató al español tras la terrible caída.

Un pedacito de historia este Maurice de Muer que dirigió a otro ‘francés’, esta vez de Cuenca, el conocido como ‘español de Mont-de-Marsan‘, Luis Ocaña.

Escrito por Lucrecio Sánchez

Foto de portada: L’Equipe

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