Ha sido un muy buen Tour, con los corredores bastante implicados y pelea en cada rincón de las etapas. Vingegaard confirma los pronósticos y se hace con su segunda victoria en París mientras algunos afirman que ha sido la mejor edición de siempre. La suerte es que llevamos varios julios escuchando semejante afirmación y eso siempre es un síntoma positivo, como que los ciclistas han recogido el guante y se han deslizado por la rampa de agradar a un público que necesitaba una grande espectacular después de un Giro de Italia bastante anodino.
Año 2023, así que 23 claves para entender qué ha pasado en estos veintiún días que dejarán poso en las semanas, meses y temporadas próximas. La gestión y digestión de todo este nudo de situaciones, ascensos y descensos en el panorama público ciclista nos llevarán a nuevos planteamientos aún no conocidos y seguro que a una edición 2024 altamente esperada por todos aquellos que han seguido esta que finaliza casualmente un 23 de julio.

Vingegaard está imbatible
La única forma de plantearse si quiera derrotarle es llevarle a igualdad de condiciones. Es decir, sin la predominancia del equipo, sin dos contra uno por parte del Jumbo, en un tú a tú donde seas capaz de separarte dos metros y ampliar a tres, a cuatro, y mantener el ritmo hasta la meta. Fácil, ¿verdad? Si su archienemigo y el resto de rivales no lo han hecho es simplemente porque el danés ha estado intratable en todo momento, cogiendo el maillot amarillo desde bien temprano y sosteniéndose en él.
No ha sido nada sencillo en lo psicológico ver cómo Pogačar recortaba paulatinamente, distanciándose unos segundos por delante en lo que era un sufrimiento extremo para el campeón. Pero por eso lo es, porque ha sabido resistir cuando ha tenido que hacerlo y dar la puntilla en cuanto ha encontrado un resquicio. De diez su carrera, empañada un tanto por su actitud dependiente de Tadej en la última subida del Tour. Jonas necesita creerse su nuevo rol.
Pogačar y su equipo deben reflexionar
Para el ciclismo es una bendición que el ciclista del UAE se vaya dejando plumas por el camino en todas y cada una de las carreras que disputa. Su ambición y el apoyo de su equipo en este viaje es total. La consigna es hacer historia al tiempo que entre todos elevan su maillot al número uno. Pogačar por un lado debe entender que estirar tanto la forma provoca que no le dé para mostrar su mejor potencial en el Tour de Francia, algo que se ha visto necesario para intentar ganar a Vingegaard.
Ha sido segundo, y está claro que es un buen puesto, muy meritorio por las circunstancias. Pero todos sabemos que eso a Tadej no le vale. A su vez su equipo debe aprender que únicamente los nombres no hacen el mejor equipo, y que algunas supuestas estrellas únicamente funcionan para sí mismos, y eso en algunas circunstancias ha perjudicado a su líder. Roglič y Vingegaard demostraron cómo derrotar en un dos para uno a su gran rival. UAE va a contar con dos puestos en el podio, ninguno de ellos el primer escalón.
El clima
No ha llovido en el Tour, ni siquiera en las etapas vascas más allá de lo anecdótico. Ha tenido su influencia y beneficiado al maillot amarillo, quien ha superado en días de líder a su histórico rival (27 a 21) y vive mejor en puertos a alta temperatura. Pogačar todo lo contrario. Ha jugado un papel, aunque es posible que no de forma decisiva. La igualdad en las primeras dos semanas de Tour era evidente, al menos en los mano a mano que se iban sucediendo.
El único día donde la niebla amenazaba a los ciclistas, que fue el que coronaba en Cauterets tras superar el mítico Tourmalet, Pogačar fue superior a Vingegaard. Y eso que venían de la experiencia contraria del Marie Blanque, puerto donde el danés se imponía al esloveno con suma claridad. ¿Casualidad? Hasta la fecha, las dos victorias de Tadej en París han tenido lugar en septiembre (menos temperatura) y bajo el clima fresco de Le Grand Bornand en 2021. A tener en cuenta.

Carlos Rodríguez y Pello Bilbao la cara positiva
Dos de las pocas sorpresas de este Tour. El andaluz finaliza quinto pese a una grave caída en uno de los primeros descensos del último día competitivo, debido a un radio roto. Dos grandes vueltas y dos accidentes graves en las últimas etapas, donde la gasolina parecía aún así haber bajado de nivel. Habrá que observar esa correlación. Mientras tanto, disfrutemos. 22 años, todo el futuro por delante y un porvenir ilusionante. ¿En qué equipo? Quedan pocas fechas para empezar a conocer el futuro de algunos ciclistas de forma oficial. Se prevé un verano entretenido en torno a Carlos Rodríguez.
Por su parte, Pello Bilbao, como suele. Sin llamar mucho la atención se cuela sexto con una victoria de etapa que echarse a la boca. Balance magnífico, con actitud espléndida, ambiciosa hasta el último momento. Ha sido la cara visible de un Bahrain Victorious que esperaba a Mikel Landa como dorsal número uno (aunque portó el número 2). Desde que se dejó ver camino de San Sebastián, un no parar de inteligencia y eficiencia. Un diez.
Landa y Enric, la negativa
Si hablábamos de Pello Bilbao, también hay que hacerlo de Mikel Landa. La valoración de su Tour debe ser diametralmente opuesta a la del guipuzcoano. No apareció en carrera ni sostuvo el ritmo de los favoritos, a excepción de las primeras etapas, donde como si de un espejismo se tratase, su número 62 se mezcló con el de otros favoritos. Decepción que merece un análisis individual.
Enric Mas tampoco vivió su Tour, si bien por motivos bien distintos. El balear sufrió una grave caída en la primera etapa y se vio obligado a dejar la carrera, dejando atrás los meses de preparación sin apenas haber podido demostrar que valieron la pena. Su baja trastocó los planes del Movistar, cuya reacción primera fue estupenda pero que fue de más a menos. Sólo cuatro ciclistas del equipo español alcanzaron la orilla de París.
Philipsen ha dominado
La nómina de velocistas tenía mucho nivel. Desde el decepcionante Jakobsen al incombustible Pedersen, que fue capaz de rascar una victoria ante Philipsen. Y es que el belga ha sido el absoluto dominador de las llegadas masivas. El maillot verde que tan bien ha sudado en las muchísimas montañas que han poblado este Tour acaba por descansar sobre sus espaldas. Alpecin ha cumplido con él una más que buena carrera.

Jumbo quería demostrar quién manda
No sólo consistía en ganar, que lo han hecho con Vingegaard. Han procurado dar una imagen de dominio, de aplastamiento en esa guerra que tienen con UAE por ser el mejor equipo del mundo, al menos en cuanto a imagen. El Tour es la mejor oportunidad de aportar esa sensación de control absoluto, pese a que en la teoría su alineación no presentaba tanta fuerza como en años anteriores. En la práctica, todos y cada uno de los integrantes del ocho han dado todo por su líder, dando sensación de unidad real y total.
Incluso con alguien de la talla de Van Aert en sus filas, el liderato y objetivo del equipo estaba claro desde un principio y todos han empujado en la dirección indicada. Así lograron que incluso ciclistas que no tienen tanta capacidad teórica para las montañas hayan rendido a las mil maravillas en todos los terrenos. Laporte, Van Hooydonck o Benoot han parecido Pantani, Gaul y Bahamontes en las subidas. Y eso habla a las claras de la motivación y preparación de estos ciclistas con un objetivo claro y definido.
Gino Mader impulsó a Bahrain
La emotiva victoria de Pello Bilbao, en la que sus lágrimas representaban más la tristeza del recuerdo que la alegría por la victoria, fue la primera piedra de toque. Poels y Mohorič conformaron un Tour magnífico para el equipo, con notable presencia en carrera y sólo alterada por el bajo rendimiento de Mikel Landa, que si bien lo intentó en alguna ocasión, dejó ese sabor agridulce. El #rideforGino dejó de ser lema para ser un impulso que marcó la diferencia.
La salida desde Bilbao fue un éxito…
De público, de recorrido, de espectáculo… y de tiempo. Se preveía que iba a repetirse el chaparrón que cayó en la presentación del viernes, pero ni sábado, ni domingo ni lunes se vio el agua sobre la carretera, lo cual agradeció el pelotón, sin duda. Hubo algunas caídas importantes como las de Carapaz y Mas, que se tradujeron en los primeros abandonos, pero todo fue bien, la multitud vasca únicamente dio color y no hubo ningún tapón como sí lo hubo en etapas posteriores ya en suelo francés. Un diez para todos en esos días de magnífica promoción del ciclismo.

David Gaudu, de aspirante a decepción
Ya se sabe, la presión de la prensa francesa, del aficionado medio, que quiere que un galo esté peleando por la victoria en el Tour. Cierto es que el nivel del ciclismo francés está bien, muy presente en todos los líos de carrera, tanto por la victoria de etapa como en las luchas por la general, si bien en las que afectan a las zonas de ésta que menos atractivo tienen.
David Gaudu alimentó esas expectativas al ser segundo en París Niza, adelantando a Vingegaard en esa lucha psicológica que mantenía con Pogačar. Introducirse entre ambos en la general final le hizo flaco favor, porque el dedo de la prensa y el aficionado ya le señalaba como serio candidato al menos al podio de París. El escalador del Groupama FDJ no encontró el golpe de pedal y aunque mejoró su presencia en la última semana, le dio únicamente para incluirse sólidamente en el top ten. Quizá deba replantearse volver al ciclismo que practicaba antes de ser candidato a nada.
Hay ciclista en Felix Gall
Más allá de la gigante victoria de etapa en Courchevel, lo mejor del austríaco fue verle pelear por la quinta etapa y volver a la carga en la vigésima. Ha sido muy protagonista, se ha incorporado a la general y ha sido capaz de aguantar en grupos que de ninguna manera se hubiesen imaginado ni el ciclista ni el equipo. Futuro prometedor si encuentra continuidad. El molinillo de arrancada recordó a los tiempos de Froome, uno de los grandes ausentes.
Hindley y Bora, de más a menos
Nadie contaba con Jai Hindley hasta Dauphiné. Pese a ser el campeón del Giro en 2022, su forma de correr y el poco carisma que había despertado le hacían ser un ganador invisible. En la previa al Tour su rendimiento mejoró y se postuló como un serio candidato al podio en Laruns, cuando vistió de amarillo de forma incontestable. Galopó por una victoria de etapa que le diese ventaja también de tiempo para afrontar el resto de carrera con tranquilidad. El problema fue que su rendimiento fue decayendo con el paso de las etapas.

Jorgenson es un ciclista al alza
Movistar no tuvo su Tour. Incluso cuando estuvo bien cerca de conquistar la gloria con el ciclista norteamericano fue derrotado in extremis por otro. Woods le robó la cartera en los últimos 500 metros del Puy de Dôme, uno de los regresos más esperados. Fuga de más de una hora y media en solitario que se saldó con perderlo todo en los últimos metros. Cruel, duro, pero también meritorio. Anduvo especialmente bien en las escapadas, siempre en la pomada y demostrando buena condición. Es un hombre hecho para el Tour, pero veremos en qué rol se asienta. Y si se confirma que Jumbo se hace con una joya como Jorgenson de cara a la temporada 2024.
Kwiatkowski, Fraile y Castroviejo, valores del Ineos, veteranía
Si Carlos Rodríguez estuvo formidable, no menos lo estuvieron sus compañeros de equipo. Lucharon como jabatos para mantener al español en el podio, gastaron todos los cartuchos en favor de ese objetivo incluso sacrificando sus propias opciones, como hicieron claramente Castroviejo y Fraile. Bernal hizo muy buen Tour en perspectiva, e incluso ayudó a Carlos en algunos instantes. Pidcock fue quien más sufrió durante la carrera. Se generó expectativa a su alrededor, lo que terminó de calar en él mismo. La general le cae grande.
Necesidad de cambio de guardia en el ciclismo colombiano
Egan Bernal viene de una lesión que a punto estuvo de terminar con algo más que su carrera profesional. Dejando de lado al bogotano, únicamente Harold Tejada superó las expectativas en el Tour. El de Astana fue muy fuerte en algunas fugas y luchó por el triunfo. Urán también se dejó ver filtrándose en esas fugas que después fueron decisivas para la victoria de alguna etapa. En cambio, Chaves o Daniel Felipe Martínez han tenido una participación bastante más discreta.
El de EF es cierto que acudía con el fin de trabajar para Richard Carapaz y que, al abandonar el ecuatoriano, al conjunto le costó readaptarse a la pelea día a día. El escalador no pudo acabar, como tampoco lo hizo su compatriota de Ineos Grenadiers. Martínez ha podido ser la gran decepción dentro de los cinco integrantes del pelotón de Colombia en el Tour.
Van Aert y Van der Poel de vacío
Nadie lo hubiese dicho al comienzo del mes de julio. En Bilbao hubiese parecido un imposible, pero a pesar de haberlo intentado ambos, ninguno ha levantado los brazos en señal de vencedor de una etapa. Van Aert sí ha tenido un papel decisivo para Vingegaard, en estilo a 2022, pero no ha podido repetir la actuación individual tan brillante. Y eso que lo ha intentado a través de sprints reducidos, escapadas, etc.
Lo de Van der Poel es más extraño en él. Se sabe que está buscando forma para intentar ganar el Campeonato del Mundo en Glasgow, trabajando de forma decisiva para que Philipsen, quien trabajó para él en un momento clave como París Roubaix, se convirtiese en el hombre más rápido del Tour. Ese sacrificio de haber corrido con menor forma en el mes de julio seguro revierte en un mejor rendimiento en agosto, donde está su cita con el arco iris y la historia.

Lo de los Yates
Ya el primer día Adam se vistió de amarillo al vencer en la meta de Bilbao. Su hermano Simon se escapó junto a él y ambos cruzaron destacados la primera línea de llegada. Hubo suspicacias por la forma en la que el ciclista del Jayco perdió fuelle en la recta final de aquella etapa siendo además el más rápido con diferencia y sin muestras faciales de esfuerzo agónico. En otras situaciones de carrera, pese a pertenecer a equipos distintos se han beneficiado.
Finalizan tercero y cuarto en la clasificación general. Una foto que les faltaba después de que Simon haya conquistado la Vuelta a España (año 2018) y pisado el podio del Giro de Italia (2021, tercer clasificado). Con el tercer puesto de Adam en París, además, UAE inserta dos ciclistas en él. En algunos momentos se ha observado que la táctica del equipo (o la de Yates) parecía luchar por este último logro en lugar de intentar asaltar el primer puesto de la general.
Diferencias y ganadores de etapa
Se trata de la primera vez en la historia en que siete de los ocho primeros clasificados han logrado vencer al menos una etapa en esa edición del Tour de Francia. Sólo Simon Yates no ha podido ganar entre los ocho mejores de la general. También hay que señalar que las diferencias entre primero y segundo no eran tan amplias desde que en 1997 Jan Ullrich endosó casi diez minutos al segundo clasificado, Richard Virenque. En esta ocasión son casi ocho los que Vingegaard ha podido amasar sobre su gran rival.
Muy pocos ciclistas pelean por la clasificación general de una forma consciente. Sólo los diez primeros, once si se quiere, tenían un planteamiento de labrar día tras día un buen puesto. Ha llegado un punto donde ni siquiera las escapadas de gran amplitud de diferencias han tenido incidencia para los puestos bajos del top 20. Son cuestiones a analizar.
Equipos y países de vacío
Bélgica se ha llevado cinco etapas, todas a cargo de Jasper Philipsen excepto la de París, ganada por Meeus. Son el país que más ha sumado su bandera como ganadores de etapa, todas en la figura del sprinter del Alpecin Deceuninck. Justo después se ha instaurado un escalón inferior con tres victorias para países como España (que regresa a las victorias de etapa cinco años después), Eslovenia y Dinamarca. Después vienen países como Francia, Reino Unido, Países Bajos, Canadá, Polonia, Austria o Australia con una.
De los veintisiete países representados en el Tour, sólo once (mismo número que en el recuento por equipos) han logrado ganar. Todas las naciones que han tenido más de diez representantes han conseguido levantar los brazos. Italia no ha ganado, pero se lleva la montaña, lograda por Ciccone, quien recupera para los transalpinos un maillot que desde 1992 no habían retenido hasta el final.
La montaña, lucha hasta el último día
Con esta moda de impulsar a los favoritos en esta clasificación, los aspirantes a llevarse el maillot de puntos rojos han tenido que bregar lo suyo y hacer cálculos para obtenerlo. Ciccone ha sido quien finalmente ha dado a Lidl Trek la posibilidad de estrenarse desde el podio de París. Pero anteriormente Nelson Powless había capitalizado este maillot y se han sumado hombres como Felix Gall y los propios Jonas Vingegaard o Tadej Pogačar. Ha estado muy reñida y competida y ha generado un interés que parecía ya olvidado.

Espectáculo e intensidad
La mayor característica no es que se trate del mejor Tour de la historia. Ni siquiera se ha visto el mejor duelo, ni la mejor resolución de la clasificación general, ni nada por el estilo. El truco ha estado en la intensidad. Han sido muchos los corredores que han apurado sus opciones para conseguir una etapa, un rincón de lucimiento, ya fuese en un ámbito o en otro. Los equipos han dado todo y el mayor beneficiado por todo ello ha sido el espectador.
Público
Es una buena noticia que el Tour recupere la sensación de recaudar numerosísimo público allá donde va, una sensación que en cierta medida y de forma relativa se había perdido. El problema es que la acumulación de público provoca cada vez más problemas con las motos y los coches. Al generar pasillo al paso de los ciclistas, si la llamada es tan masiva, se pierde el control sobre los aficionados que tienen experiencia en estas lides, pudiendo producir colapsos, como así ha sucedido en un par de ocasiones.
Las motos siguen siendo excesivas, es cierto, tanto en número como en equipamiento en algunas ocasiones. No sería de extrañar que la organización tirase por la calle de en medio como ya ha hecho en más ocasiones de celebrar las etapas más populares fuera del fin de semana. Un error mayúsculo. El gran ciclismo debe ir en fin de semana para llegar a muchísima más gente.
Edición 2024, qué se sabe
Se saben bastantes cosas para las alturas de año en las que nos encontramos. Se conoce la salida desde Florencia, y el recorrido de las primeras etapas, todas en suelo italiano. Tres etapas de media montaña, muy del estilo de la salida vasca de este 2023. Se pasará a Francia a través de Montgenevre y desde ahí lo único que se conoce de forma oficial es el final, con una etapa de montaña durísima que terminará el último sábado en el Col de la Couillole, tras más de 4.400 metros de desnivel y cuatro puertos en 132 kilómetros.
Al día siguiente, una contrarreloj entre Mónaco y Niza dejará las cosas claras sobre quién debe ganar el primer Tour de la historia que no termina en París. Más de 30 kilómetros durísimos que beneficiarán a los hombres fuertes que se den cita, siendo además la única contrarreloj. Se habla de Evenepoel en liza para pelear contra los dos monstruos que han capitalizado las tres últimas ediciones.
Por su parte, se rumorea el regreso de La Bonette, el puerto de paso más alto de Europa, y se espera que los Alpes se disputen antes que los Pirineos, pese a que las últimas balas se gasten en la vertiente marítima de la gran cordillera. Alpe d’Huez tiene muchas papeletas para regresar a la ruta dos años después.
Escrito por Jorge Matesanz
Fotos: ASO / Ballet / López / Ceusters
Hola Jorge:
Buen artículo, gracias.
El TdF 2023 también deja muy claro que, aparte de mucho talento, para ganarlo en el futuro necesitas:
A) una preparación meticulosa de TODO tu equipo y
B) hay que dominar tanto la resistencia como los cambios de ritmo…la EXPLOSIVIDAD
El ciclismo español necesita entrenar los cambios de ritmo sino no hay opciones de ganar una GV. Es mi convencimiento..
Por ADN y por lo general somos más de resistencia y si a eso le sumamos que en los últimos años las etapas son bastante más cortas y por lo lógico más explosivas….deja bien claro que hay que entrenar la explosividad.
Miremos a Carlos Rodríguez ( por poner un ejemplo….más del 99% de los ciclistas españoles no son explosivos) ….fabuloso en la resistencia pero le falta bastante explosividad.
Hace falta cambiar…pero el ciclismo español le cuesta cambiar…es bastante conservador.
Veremos si Rodríguez se adapta a Movistar o Movistar se adapta a Rodríguez…
Un saludo,
Paco Avila
Totalmente de acuerdo con el comentario de Paco Ávila respecto a que en el ciclismo actual la explosividad tiene cada vez mayor incidencia en los resultados finales, incluso en las grandes rondas por etapas.