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La Ribagorza: la joya cicloturista de Huesca

La Ribagorza es esa comarca aragonesa que tiene como capital la localidad de Graus, que marca el inicio de un viaje hacia el norte de la provincia para atravesar los puertos más atractivos de la zona. Al final, una denominación comarcal es una excusa para unir municipios y valles pre-pirenaicos con los más inmersos ya en la cordillera. Y es que hasta Benasque y toda esa maravilla de valle que puebla llega este término que es espectacular no sólo en el aspecto cicloturista. Son muchas las subidas, los paisajes, el encanto de los colores que desprenden estas carreteras que se prestan al ciclismo de carretera como anillo al dedo. Carreteras solitarias, poco transitadas fuera de las generales, y una auténtica amalgama de pueblos, raíces y tipos de subida que hacen de este rincón de Aragón una visita imprescindible.

Si dejamos de lado todos los valles pirenaicos, en los que incidiremos en un futuro, todo el entorno de Campo, un pequeño pueblo bañado por el Eje Pirenaico que comunica los Pirineos españoles de este a oeste. Puertos de una no extrema dificultad que sí tienen esa dureza justa para permitir el equilibrio entre sufrir y disfrutar, un combo difícil de encontrar.

Puertos al sur de la comarca como el Castillo de Laguarres, con cierta entidad y siendo uno de los más duros, si bien ciertamente aislados. El alto de San Roque, ese breve chupito de naturaleza sobre el embalse de Grado. El puerto de Panillo, dejado de las multitudes. El Castillo de Fantova, cuyo encanto es el camino hacia él más que la fortaleza en sí, aunque la construcción merece la pena, sobre todo en su torre. Las Vilas de Turbón y sus aguas y manantiales unidas al mundo por carretera cicloturista cien por cien.

Nos quedamos con cuatro rincones de todos estos, que no tienen por qué ser los más representativos, ni los más escénicos. Hay subidas y alternativas que no desmerecen en absoluto a las propuestas. Son todas las que están, pero no están todas las que son. Paisajes bellos, carreteras de poca rodada de coches, rincones para parar e inmortalizar no sólo a través de la cámara, sino de los sentidos, la mejor forma de hacerlo. Los olores, los colores, esas brisillas tan de valle, el sonido de las hojas zarandearse ante los elementos. Esa sensación de estar en el sitio adecuado en el momento adecuado, lugares que en ocasiones son sólo posibles en bici.

Puerto de Espés El secreto de la Ribagorza

Espés no es una subida tan común. Ni tan evidente en los mapas. Sin embargo, hay algo de mágico en ella, por permitir acortar terreno en los viajes y ser alternativa de rutas más concurridas. El piso está bien, tiene tramos duros, como se puede ver en el gráfico, también descansos y respirar y recuperar el resuello. Paisajes muy frondosos, de gran belleza, y un trazado espectacular, lleno de curvas de herradura y frescos, ideal para los meses de más calor. Ideal para incluir en una ruta con más puertos por lo asequible también de su longitud, por debajo de los 9 kilómetros.

Puerto de la Foradada Lo bueno, si breve…

La Foradada es de esos aperitivos que de primeras son despreciados y acaban de un plumazo con tu apetito. Tres kilómetros rondando el 9% y casi seis kilómetros de subida. Viento, buenísima carretera con carril de adelantamiento, lo que añade cierta seguridad, y paisajes maravillosos los que añade esta subida. Eso sí, al ser parte del Eje Pirenaico el tráfico será elevado. Lo bueno es que te permite pasar al Sobrarbe y disfrutar de las maravillas que aguardan en la comarca vecina. Dos vertientes ciertamente parecidas, aunque la oeste tiene mayor entidad.

Puerto de Bonansa El más cicloturista

Una preciosidad. Puerto que comunica con Pont de Suert, ya en Catalunya y camino de Vielha y más valles pirenaicos. Se trata del puerto de cicloturismo más recomendable, con dureza en su ascensión (media 7%) y pese a no ser excesivamente largo (6 kilómetros) esconde dureza y belleza para convertirse en una experiencia magnífica. No hay ruidos, sólo paisaje, bicicleta y carretera. Un trazado que no ofrece mucha sombra y que presenta el Pirineo salvaje. Una maravilla que hay que disfrutar al menos una vez en la vida. Totalmente recomendable.

Faro de Montanuy El silencio de la comarca

Otro de los secretos mejor guardados de la Ribagorza. Con una vertiente parcialmente ya instalada en Catalunya, esta estrecha ascensión regala en la misma línea que las anteriores el silencio y la lejanía de los vehículos a motor. Un puerto con dureza, aunque bien breve. Es una alternativa al duro tránsito por la carretera de Fades y la Espina, que pese a ser una Nacional transitada, también tiene sus encantos. Un buen acercamiento a los Pirineos y una conexión ideal entre los valles catalanes y aragoneses. Muy recomendable en primavera por la gama de colores que desprende.

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: Puertos de Huesca / 1001puertos.com

Incluido en el nº10 de High Cycling


Leer en Yumpu – High Cycling – nº10

3 Respuestas

  1. ¿Dirías que está comarca es la que menos tráfico tiene en los Pirineos? Y, por tanto, ¿la mejor para entrenar en bici con tranquilidad?

    1. Hola Óscar. Evitando arterias principales y épocas vacacionales, sí, pienso que aquí se encuentran rincones casi con tráfico cero. Cada vez me gusta más. Saludos

      1. Entonces, será mi próximo destino vacacional. Muchas gracias por la respuesta.

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