La mujer del César no solo debe serlo, sino también parecerlo.
Recordamos el célebre dicho del César para justificar el divorcio de su mujer Pompeya después de los festejos, exclusivamente femeninos, de la Bona Dea.
Vamos a proponer un pequeño cambio y aplicarlo a la Vuelta a España, invirtiendo el dicho, y refiriéndonos, en concreto, a su versión femenina.
La Vuelta a España femenina no debe querer solo parecerlo, sino también serlo.
Y es que tenía ya enquistado este artículo desde el final de la pasada Vuelta a España, donde los desastres de la organización fueron uno tras otro y no es culpa de una organización novel, sino de una con amplia experiencia. Solo se me ocurre un adjetivo: desidia.

Situémonos en el papel concreto de un mecánico en la pasada edición de la Vuelta en su versión femenina.
Primera etapa, llegada al hotel destino en Cantabria, muy amables, pero nadie de la organización había previsto que cada equipo lleva mínimo dos coches, una furgoneta para los mecánicos y probablemente una motor home, autocaravana o un autobús en el caso de los equipos World Tour. Ni siquiera habían previsto un espacio con agua y electricidad donde los mecánicos pudiesen trabajar al final de las etapas. Otra vez a buscarte la vida y conectarte donde puedas, y eso que es una carrera World Tour, no de las fiestas de Villaburros de Abajo. Si bien no dejamos de agradecer la buena voluntad para ayudar del personal de los hoteles.
Ese hecho se repitió día a día, al igual que la clara falta de definición de los aparcamientos para final de etapa. El summum llegó en Segovia. El parking definido en el libro de ruta (la calidad de este en su versión femenina da para hacer un artículo aparte). Llegamos allí y este está ocupado por autobuses de turistas y camiones privados… ¿Dónde nos metemos? Contactamos con la Policía y no saben ni que Segovia es final de etapa en La Vuelta a España femenina. Nos dicen que llamemos a la Guardia Urbana. Lo hacemos y dicen: “Ahhh, ¿pero está ocupado?, vamos para allí…”. Si no llegamos a llamar no había espacio suficiente para todos los equipos. Que se lo digan al autobús de DSM que aún da vueltas por Segovia buscando sitio.

Ya escribí en su momento que no tener los recorridos disponibles con mucha antelación es una falta de respeto para las corredoras, que pueden decidir si asistir o no en función de si el recorrido les conviene, y planificarse un calendario más conveniente (como hacen los hombres).
Pensaba que se había aprendido del pasado año. Pero… día 10 de enero del 2023, presentación de la Vuelta en Barcelona. Todo muy bien preparado, recorrido claro… y ¡sin presentación del recorrido de las chicas! Y recuerdo que la Vuelta a España femenina es la primera GV del año, concretamente del 1 a 7 de mayo.
Esperemos que en esta edición el road book sea correcto y con coordenadas digitales, los hoteles sean dignos y tengan zona de trabajo para mecánicos con conexión a electricidad y agua y la comida no cause ninguna intoxicación a las corredoras (sucedió en la edición pasada).
El Tour presentó a la vez ambas carreras, y esa es la vía que hay que seguir para normalizar el ciclismo femenino. Como dijo Schuster: “no hace falta desir nada más”.
Escrito por Xavier Palacios
Fotos: Unipublic / Lino Escuris