“El joven Abner González se convierte en el primer puertorriqueño en formar parte de un equipo WorldTour”. El fichaje del joven boricua por Movistar Team de cara a la temporada 2021 dio bastante que hablar. No solo por ser un hito histórico para el ciclismo de su país, sino también por sorprendente e inesperado. Pese a haber dado muestras de calidad tanto en juniors como en sub23 en el calendario español, con victorias de renombre como en Vuelta a Besaya o en la Clásica de Torredonjimeno, no era uno de los principales nombres por el que los expertos apostaban para tomar la alternativa en el profesionalismo.
Sin embargo, en la temporada de su debut profesional en Europa (dos años antes había probado media temporada en el continental dominicano Inteja) dejaba a las claras que la apuesta de Movistar no había sido en balde. Haciendo gala de sus dotes de escalador y de un inconformismo propio de su edad, el caribeño dejó momentos de mucho nivel en carreras de ese famoso “calendario B” del equipo telefónico. Su Volta a la Comunitat Valenciana al servicio de Enric Mas supuso prácticamente su presentación como corredor al que tener muy en cuenta, pero fue en verano cuando alcanzó sus mejores momentos. Sus buenas prestaciones en Castilla y León, y sobre todo en Getxo, sirvieron como calentamiento para llegar sin complejos al “territorio comanche” que es la Volta a Portugal.

“A Grandíssima” no tendrá el cartel de otras carreras, pero debutar en la ronda lusa y en un equipo extranjero, por mucho que sea el potente Movistar Team, no es nada fácil. Todos sabemos que no es una prueba cualquiera, si no una guerra de guerrillas en las que los equipos de casa destrozan ritmos, récords y potenciómetros. Para sobrevivir hace falta descaro, orgullo y constancia. Abner demostró contar con todo ello para lograr un notable sexto puesto final y el maillot de mejor joven, siendo testigo de primera fila del duelo entre Efapel y W52 Porto (cuya crónica de una muerte anunciada sorprendió a pocos).
Con una carta de presentación como la de 2021, había ganas de ver la evolución del campeón puertorriqueño en la temporada siguiente. Sin embargo, y quizás víctima de la odisea de su equipo en busca de la salvación en la dichosa letanía de los puntos UCI, su rendimiento a nivel de resultados parece estancarse un poco. Seguramente mucho más encorsetado en lo táctico, se disolvió su brillo para ponerse al servicio de los líderes, con mucho menos protagonismo individual.
Su buen rendimiento en montaña le hacen ser un corredor valioso para el grupo, pues tiene capacidad para romper el ritmo de un pelotón o de castigar a los gregarios de otros equipos en las zonas intermedias de las etapas. Pero da la sensación de que aún le falta la constancia o la disciplina (entiéndase en el buen sentido) para llegar a ser una pieza importante de cara a grandes vueltas. Sin embargo, ya demostró en sus años como junior y sub23 que puede ser un corredor interesante si se le suelta la rienda, dejando más espacio al talento puro y al ciclismo de ataque, algo que no parece muy enmarcado en el alma Movistar.

En la recomendable charla publicada recientemente en el canal de YouTube de su equipo, uno se contagia de la alegría y buen rollo de Abner González, pura esencia caribeña. Un ciclista que dio el salto radical del paradisíaco Caribe al adusto norte de nuestra península, sabiendo encajar y adaptarse, como demuestra su pasión por el País Vasco. No en vano sueña con brillar en la Itzulia y en su adorada Klasikoa, algo que quizás pueda llegar en 2023, quién sabe.
Aunque a muchos les haya costado entender movimientos de mercado como el del puertorriqueño o el del brasileño Vinícius Rangel, creo que es necesario que su manera de entender el deporte y su espíritu alegre y espontáneo cale en un equipo que debería seguir dando pasos en quitarse ese rancio olor a naftalina que parece pegado a las ropas de algunos de sus miembros.
La temporada que entra, última de su contrato, se presenta importante para Abner González. Liberados de la presión del descenso, al menos de momento, y en el primer año de la era post-Valverde, los jóvenes deberán encontrar su lugar. El debut en una gran vuelta (el Giro podría ser una opción realista y atractiva para su estilo) y alguna victoria en el calendario nacional podrían ser objetivos más que realizables.
Escrito por Víctor Díaz Gavito (@VictorGavito)
Foto de portada: @ACampoPhoto