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Adam Yates (UAE): ¿gregario de lujo o sustituto del líder?

La actuación de Adam Yates en el pasado Dauphiné hace pensar en él como algo más que un mero gregario en el próximo Tour de Francia. Sí, se subordinará ante Tadej Pogačar, no cabe duda, pero con un ojo puesto en sí mismo, porque hacerlo es una maniobra que beneficia claramente a su conjunto, un UAE que le tendrá en la recámara por si la recuperación y puesta a punto del esloveno fuese más lenta de lo esperado. Con la tranquilidad de tenerle listo para el frente y para el menester que se le asigne. Bien puede asumir esos galones o trabajar como delfín del aspirante a derrocar a Jonas Vingegaard.

Dado que Jumbo Visma ha sufrido varias bajas importantes de cara al Tour, el papel de Yates será capital. Porque entre su jefe de filas y él bien podrían decantar la carrera a su favor del mismo modo que los holandeses lo hicieron en 2022. Una posible baja o pérdida de tiempo de Tadej le empujaría a ser tenido en cuenta como una baza alternativa que jugar en un Tour que se prevé más táctico que nunca. Y en ese tablero hará falta tener buenos hombres que sepan lo que es liderar un equipo de este nivel y del que se conozca una gran calidad.

Tanto él como Marc Soler o Rafal Majka cambiarían totalmente su rol si Pogačar no está a su nivel. Por ello, pese a que en Dauphiné no estuviese el campeón del Tour de Flandes este año, el duelo con Jonas Vingegaard fue de todo menos casual. Ese cara a cara a buen seguro lo volveremos a observar en alguna de las cuestas del próximo mes de julio. No sería la primera vez que un equipo tiene que restructurar sus bazas por las exigencias del guion. Fue el caso, sin ir más lejos, del vigente campeón del Tour cuando en 2021 asumió la capitanía de un Jumbo que perdió a Roglič.

Una caída, un corte por abanico, un mal día, una avería o el resentimiento de la operación puede hacer que UAE se quede sin norte. Un rol al que no están nada acostumbrados debido a que Pogačar acostumbra a ganar casi siempre y por lo menos a protagonizar y asumir gran parte del protagonismo y del peso sobre sus hombros. Pero es humano y una incógnita, así que tendrán que estar pendientes en esa segunda línea de fuego por si le necesitan en otras funciones.

Aún siendo un co-líder, las opciones de Yates son elevadas. No sería la primera vez en la que un segundo de a bordo aprovecha el marcaje del líder para conseguir ventaja y después cambiar las tornas. Sucedió con Simoni y con Cunego, con Induráin y Olano en Duitama o tantas y tantas veces donde el supuesto gregario a no tanta distancia del jefe de filas se ha aupado con la capitanía y ya nadie es capaz de bajarle de ese peldaño. Eso perfectamente puede suceder.

También que el británico asuma un rol de gregario de lujo en esos grupos selectos ya en la parte final de las etapas para seguir sus intereses a la par que mantiene los de su equipo. Tampoco sería el primer caso de un equipo que finaliza el Tour en primera y segunda posición del podio final, o bien en segundo y tercer lugar. Un podio sería un premio enorme para un ciclista que ha sido cuarto en la Vuelta y que en la prueba francesa no ha pasado precisamente del cuarto puesto. Fue en 2016 y por un puñado de segundos. Una bonita forma de resarcirse sería, sí.

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: ASO / Sprint Cycling Agency // Interior: ASO / Creusters

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