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AG2R y la era “post-Bardet”

El conjunto galo no pasa por la mejor época deportiva de su historia. Tras la bajada de rendimiento de Romain Bardet y su posterior marcha en 2020, la formación no consigue poner en marcha un proyecto que parece que sin la figura del que fue su ciclista estandarte no termina de encontrar su hueco en el World Tour. Desde 2018 no ha conseguido llegar a las 15 victorias en una temporada. A ello hay que sumarle el estancamiento de otro de los hombres que estaban llamados a ser uno de sus corredores baluarte en el periodo de clásicas, Oliver Naesen.

El año 2023 será una nueva oportunidad para intentar encauzar un barco que deberá estar capitaneado por nombres como Ben O’Connor, Benoit Cosnefroy o el propio Naesen. El ciclista belga, que vivió sus mejores años como profesional entre 2018 y 2019, lleva tres temporadas sin conseguir un triunfo. No sabemos qué le deparará este curso, pero, aunque no esté pasando por su mejor periodo deportivo, sigue siendo un ciclista que si consigue filtrarse en fugas durante carreras como Roubaix o Flandes puede pelearle el triunfo a los grandes gallos del pelotón. Lo mismo sucede con su compañero Greg Van Avermaet, otro viejo rockero del que no hay que olvidarse y del que, aunque es complicado pensar que puede volver a conseguir una victoria importante, también puede jugar un papel decisivo al infiltrarse en fugas que puedan llegar a buen puerto.

Foto: A.S.O./Charly Lopez

No obstante, si hay alguien que está llamado a ser su corredor franquicia, ese es el australiano Ben O’Connor. Su cuarto puesto en el Tour de 2021 le destapó como el hombre que podría suplir ese hueco que había dejado la marcha de Bardet.

Es cierto que en parte lo logró gracias a la fuga bidón que consiguió en la etapa 9, pero luego supo saber sufrir y nunca perderle la cara a la carrera. El año pasado reafirmó su condición como gran escalador, al lograr un meritorio tercer puesto en la Critérium du Dauphiné, solo por detrás de unos intratables Jonas Vingegaard y Primoz Roglic. Sin embargo, en el Tour no fue capaz de demostrar esa condición y se vio obligado a retirarse por problemas físicos.

En 2023 partirá como la principal baza del equipo para volver a asaltar el Top-5 de la ronda francesa, carrera en la que el AG2R siempre tiene una presión extra por correr en casa. Sin embargo, para que el conjunto recupere ese protagonismo que tuvo en las ediciones de 2016 y 2017, en las que fue uno de los pocos equipos capaces de plantar cara al todopoderoso Sky de Chris Froome, deberá apoyarse en un sólido bloque, que parece que no termina de carburar.

Otros nombres que están llamados a pelear por esas victorias que tanto escasean en la escuadra francesa son escaladores de no tanto renombre como Aurélien Paret Peintre, Geoffrey Bouchard, o Benoit Cosnefroy.

Foto: A.S.O./Pauline Ballet

En especial, el propio Cosnefroy, campeón del mundo en categoría sub-23, ya demostró el año pasado que se defendía muy bien en las clásicas de las Ardenas, así como en finales duros y explosivos. En territorio belga logró el segundo puesto en la Amstel Gold Race, mientras que al final de temporada conseguiría la victoria en el Gran Premio de Québec. A sus 26 años se encuentra en una edad ideal para convertirse en esa figura ganadora que el AG2R tanto necesita.

Tanto Paret Peintre como Bouchard se encuentran en un escalón por debajo, pero aun así su papel será clave tanto a la hora de ayudar al propio Cosnefroy en las carreras de un día como para hacer lo propio con el australiano O’Connor en las vueltas de tres semanas.

En definitiva, un temporada que la formación francesa comienza con el principal objetivo de acabar con esa “Bardetdependencia” que viene sufriendo en los últimos años.

Escrito por Sergio Quintana

Foto de portada: A.S.O./Oman Cycling Association/Thomas Maheux 

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