Giro Opinión

Alarma Covid: ¿vuelven las mascarillas al pelotón?

Sospechoso, ¿no? Sin oír hablar del maldito virus y ahora, justo ahora en las previas del Giro, amanecen noticias de contagio y ciclistas que se borran de carreras. ¿Casualidad? ¿Disuasorio? ¿Qué está pasando en el pelotón para que de repente, después de un tiempo sin escuchar la palabra Covid en el mundo del ciclismo se vuelva a ganar el protagonismo de la actualidad? Por lo pronto, el propio Giro de Italia ha salido al cruce y ya ha anunciado que no va a existir ningún tipo de protocolo como en el pasado, que cada equipo decidirá conforme al riesgo o el miedo que posean de caer infectado y sus consecuencias en carrera.

Recordemos que la edición pasada fue especialmente amarga en ese aspecto, con bajas importantes que lastraron la competición por el podio, por ejemplo, de Joao Almeida, del UAE. También fue bastante problemático el asunto en la Vuelta a España, con bajas de primeros espadas hasta casi la última semana. Ahora el Giro se ve afectado de forma directa por la posible baja de Giulio Ciccone, quien supone uno de los mejores activos precisamente del ciclismo italiano en la actualidad. Sin embargo, hay un caso que llama la atención y es el de un ciclista del DSM, Henri Vandenabeele.

Se contagió de Covid, según reconoce en declaraciones a medios de comunicación, al finalizar la Vuelta al País Vasco, es decir, el 8 de abril. El Giro comienza un mes más tarde (6 de mayo) y, sin embargo, el ciclista afirma que no se encuentra bien para disputarlo. Algo entendible, no cabe duda. Lo que resulta curioso es que el propio ciclista habla de competir el 7 de mayo en Tro Bro Leon, después el Tour de Noruega y ya en junio la Dauphiné. Es decir, cambiar una competición por otras. Y esto lleva a una pregunta evidente: ¿no será que no había ganas de Giro de Italia?

El peligro de todo esto es lo que afecte a la propia carrera, a la propia batalla entre los favoritos. Si empiezan a aflorar los positivos, la situación se puede descontrolar y la competición verse afectada notablemente. Alexei Lutsenko fue baja del Tour de Romandía por dar positivo, y aunque su presencia en Italia no era esperada, sí que ha convivido en el Astana kazajo con otros ciclistas como Mark Cavendish, que debería ser el único de los presentes en Suiza que repita en la tierra de Dario Cataldo o casualmente también de Giulio Ciccone en la salida del Giro.

Las burbujas funcionaron pudieron funcionar mejor en 2022, por lo que es más que probable ver a más de un ciclista de vuelta a las mascarillas en zonas mixtas o en cualquier contacto con el exterior. Jumbo, quien posee a uno de los más firmes candidatos a la victoria, suele ser muy celoso del cuidado de estas cuestiones externas. Otro de los célebres que tiene en duda su partida en el Giro es Warren Barguil. El bretón, presumible líder del Arkea Samsic, esperará (como Ciccone) al último momento para tomar la decisión. Aunque en realidad las consecuencias ya están en marcha, porque aún luciendo dorsal en el Giro los efectos físicos derivados les acompañarán igualmente.

Lo peor de todo es la sensación de que este círculo de infectados y afectados puede incrementarse conforme pasen los días. La organización no tiene otro remedio que vivir en vilo constante por un hecho que le puede arrancar de raíz la que se prometía una de las mejores participaciones de los últimos tiempos en el Giro de Italia. Por si fuera poco, uno de los talones de Aquiles de la competición. Los acontecimientos se irán sucediendo, esperemos que en favor de que el Covid gane anonimato en los días que el aficionado y el ciclista sólo debería estar pensando en la primera gran vuelta del año.

Escrito por Jorge Matesanz

Fotos: RCS / ASO

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