Ciclistas Historia

Andrea Tafi, el capo del pelotón

Il Gladiatore, uno de los rodadores más representativos y reconocibles del pelotón en las últimas décadas, fue un ciclista de equipo, de talento y de sacrificio. Un corredor que pese a coincidir en sus filas con ciclistas de la talla de toda la ristra de grandes nombres que pasó por Mapei en sus años dorados ha logrado la gesta de levantar el trofeo en nada menos que tres Monumentos, algo que ni siquiera muchos de sus líderes podría decir. 

Natural de la Toscana, su relación con los grandes equipos vino casi desde la casilla de salida. Tafi formó parte del mítico Carrera de Claudio Chiapucci y Marco Pantani, aunque no viese la eclosión final de este por firmar por el no menos mítico Mapei que le haría saltar a la fama. Su primera gran proeza podríamos ubicarla en el año 1996, cuando en una auténtica exhibición de su equipo en la París-Roubaix, a la postre una de sus pruebas fetiche, se clasificó tercero por decisión del patrón, un Squinzi que ordenó que la victoria fuera para Museeuw, si bien podía haber caído del lado de cualquiera de los tres que llegaron en punta al Velódromo. 

No esperó mucho Andrea para redimirse, ganando el Giro de Lombardía ese mismo año por delante de Fabian Jeker y Axel Merckx. Las Árdenas no fueron su terreno predilecto, pero un segundo puesto en la Amstel Gold Race delata que bien se podría haber adaptado mejor de lo esperado a esas clásicas. En Roubaix fue poco a poco escalando, con un segundo puesto en 1998 y, por fin, se llevó el adoquín a casa en 1999. Otra exhibición del Mapei, con Peeters y Steels en el podio, pero que esta vez no se le iba a escapar al italiano. El destino y el equipo se la debían. 

Un triplete el que logró en 2002 en el Tour de Flandes que pasó a los anales debido a que fue una de las últimas grandes victorias de Mapei como patrocinador del equipo. Tafi, de hecho, abandonó el relevo de Quick Step para firmar por el emergente CSC de Bjarne Riijs, Laurent Jalabert y Carlos Sastre. Un paso previo al Alessio, de donde ya rozando la cuarentena se marchó para dejar el ciclismo desde el Saunier Duval español. Un 2005 en el que coincidieron muchísimos grandes corredores en dicha estructura y en la que aportó experiencia a sus nada menos que 39 años, siendo uno de los más veteranos del pelotón. 

Un gregario, como hemos visto, que encontró sus espacios de brillantez pese a haber coincidido con grandes ciclistas que le restaron oportunidades. Pese a todo y pese a alguna que otra situación de injusticia como aquella Roubaix donde le arrebataron la posibilidad de poderla pelear, sí que ha sabido esperar su momento y no desaprovecharlo. Por si fuera poco, a esos tres Monumentos habría que añadir una París-Tours, ganada ante Andrei Tchmill, lo cual añade valor a la gesta. También el Campeonato de Italia, logrado en 1998, con una gran competencia, algo habitual en ese Nacional. Nardello y Elli le verían lucir la tricolor al año siguiente, un honor que a los italianos en particular les motiva especialmente y hace de ese día uno de los objetivos de la temporada. 

Escrito por Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Foto: Sirotti

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