Dicen que la grandeza uno la consigue gracias a los que compiten junto a él, que uno sólo aumenta su grandeza si sus rivales lo ponen en peligro, si cuestionan su posición y su liderazgo.
Merckx tuvo muchos y buenos rivales, como Zoetemelk, Van Impe, Gimondi, Poulidor, etc, pero solo Fuente y Ocaña se creyeron que podían superarlo y no se conformaron con las migajas del belga (aquí podríamos incluir al joven Thévenet también, aunque en menor medida).
Mientras Merckx se peleaba en las clásicas junto a sus compatriotas (De Vlaeminck, del que Merckx cuando su rival ganaba una gran carrera decía “ya tiene su victoria del año”, le plantaría cara junto a una pléyade de grandes clasicómanos como Dancelli, Godefroot, Pintens, Maertens, Leman, Verbeeck, etc), en las grandes vueltas se paseaba…hasta el año 71… y Orcieres Merlette.
Un Ocaña orgulloso por unos silbidos de Merckx en Paris Niza iba a ir con todo a por el Tour, protagonizando unas de las más bellas historias de la ronda francesa.
Merckx era humillado por primera vez en su esplendor y sólo la caída de Mente privaría probablemente a Ocaña de derrotar a Merckx.
Que el Tour pasara posteriormente por Mont de Marsan y Merckx acudiera a casa de Ocaña para ver si estaba recuperado de sus heridas y abandono, no iba a cerrar la grieta que separaba a ambos campeones.
Por lo pronto Merckx iba a arrasar a final de temporada venciendo entre otras pruebas el mundial y una Lombardía en la que Ocaña terminaba abandonando al no poder seguir a Merckx y ver que el resto de rivales se conformaban con una buena posición.
Al año siguiente la prensa vendería un Tour Ocaña-Merckx que una caída de Ocaña en los Pirineos iba a impedir, abandonando posteriormente en los Alpes.
Merckx recalcaría que Ocaña era un gran rival pero que apenas había acabado el Tour en una ocasión, en el 70, y muy lejos de él. La rivalidad ya alcanzaba cotas desmesuradas.
Y mientras Ocaña le quería plantar batalla en el Tour, Merckx seguía acumulando victorias en las clásicas, acechando el récord de Girardengo en San Remo.
Sin embargo, en 1972, un ciclista del Kas, que ya había ganado 2 etapas en un Tour 71 (una la de la fatal caída de Ocaña), del que podría haber sido descalificado por fuera de control, José Manuel Fuente, iba a ganar la Vuelta a España tras la etapa de Formigal.
Y esta victoria iba a hacer de ese asturiano temperamental un auténtico quebradero de cabeza para Merckx. Y lo que es peor, iba a cogerle gusto a una carrera, el Giro de Italia, en la que, a pesar de los Poblet o Pérez Francés, el ciclismo español no ponía demasiado interés.
Y Fuente iba a llegar y besar el santo… etapa y liderato en el Blockhaus. Posteriormente cedería ante la fuerza de la dupla Petterson-Merckx camino de Catanzaro, pero a partir de ahí iba a intentar remontar a Merckx.
Mítico el duelo de ambos en Jafferau con un Fuente apajarado viéndose superado por Merckx a falta de poco más de un kilómetro. Y no menos espectacular la victoria de Fuente en el Stelvio, y segundo puesto final para un Tarangu, que dejaba claro que el Giro era su carrera y que Merckx no iba a poder dormir tranquilo más.
Merckx, a final de temporada y “falto de retos” batiría el récord de la hora en México en lo que consideraría uno de sus mayores esfuerzos, y en el que acabó más exhausto de su carrera, pero dejando, cómo no, la impronta de su legado.
Serie Eddy Merckx:
Enlace a “Eddy Merckx, un dominador que viene”
Enlace a “Merckx 1969: luces y sombras, pero ya es un mito”
Escrito por Pedro Gª Redondo
Foto: Sirotti