El conjunto bretón es sin lugar a duda la sensación del arranque de temporada. Allá donde compiten el color rojo de su maillot inunda los grupos delanteros, las fugas y las luchas ante cada pancarta. Da la sensación de que salen a las carreras con el doble de ciclistas que los equipos rivales. Los de Emmanuel Hubert están decididos a plantarse en el WorldTour discutiendo la primacía en el envidiable mapa de estructuras ciclistas francesas a potencias como AG2R Citroën o Groupama FDJ.
Arkéa tiene clara su apuesta para 2022. Sumar y rascar puntos UCI allá donde vayan. Cada detalle cuenta, y cada puesto de honor es un paso más en la reafirmación de su proyecto. Una ambición que ha calado hondo en cada uno de los miembros del equipo, demostrando un hambre voraz y una concentración más que loable. Todos los corredores se sienten importantes y se percibe un espíritu competitivo que está granjeando espectaculares resultados.
La renuncia al Giro de Italia es un ejemplo palmario de ideas claras y de que el foco está en otras cosas. Pudiendo centrarse en carreras que se adaptan mejor al objetivo final del ranking, resultaba contraproducente presentarse en la salida de la Corsa Rosa sin garantías de grandes éxitos. Arkéa se ha ganado ser una marca que no puede conformarse con dejarse ver en fugas estériles y controladas, de esas que tanto proliferan en las etapas de las grandes vueltas.
Si nos vamos a lo meramente estadístico, los números hablan por sí solos. Al finalizar febrero el conjunto galo era el ProTeam con más victorias (las cuatro de Nairo en Provence y Var y la de Amaury Capiot en la Marseillaise). Pero es que además cerraban el mes en el segundo puesto de la clasificación mundial de la UCI, por delante de los Quick-Step o Ineos y ascendiendo hasta una cómoda 15ª posición en el famoso ranking del trienio. Y un dato que impresiona: más de la mitad de los corredores de la plantilla, concretamente 17, ya se ha metido en algún top10 en este inicio de temporada.
Es de esperar que con la llegada del meollo competitivo de la primavera este arreón inicial se suavice, pero lo que ya han ido metiendo en la cesta no se lo va a robar nadie. Y tienen razones para pensar que pueden seguir prolongando la inercia de su ola.
Nairo Quintana encabeza una plantilla que tiene muchas cosas que decir. El colombiano se está ganando el respeto de muchos demostrando que sabe correr al ataque y que sigue siendo un ciclista con raza de campeón que dignifica su dorsal en cada prueba. Los franceses Warren Barguil, veterano ilustre de los que nunca se rinden, y Élie Gesbert, que sigue progresando de promesa a realidad, garantizan una jefatura de filas interesante en las competencias en las que no figure el boyacense. La veteranía y el savoir faire de gregarios capaces de meterse en cualquier situación de carrera como Nicolas Edet, Winner Anacona, Romain Hardy o Anthony Delaplace son garantía para los cabezas de cartel.
En cuanto a los sprints, pese a no tener grandísimos rematadores cuentan con varios luchadores que garantizan puestos de honor. Soldados de las volatas como Nacer Bouhanni, Hugo Hofstetter, Daniel McLay, Amaury Capiot o Clément Russo, capaces de lanzar varios embalajes en paralelo, como en la reciente Kuurne, donde colaron a tres de ellos en el top10. A ellos se suman todoterrenos como Connor Swift, uno de los ciclistas a seguir en las próximas clásicas de la temporada.
Un proyecto con las ganas de crecer de Arkéa-Samsic necesita asimismo una base de juventud que fundamente los sueños futuros. Thibault Guernalec sigue demostrando que es un corredor solvente que hay que tener en cuenta en vueltas de una semana, buen contrarrelojista y capaz de defenderse en subida. Matis Louvel, que ya sorprendió en la Vuelta a Castilla y León 2021, tiene condiciones para lograr muy buenas cosas en carreras de un día, pues sabe meterse en los cortes buenos y tiene buena punta de velocidad. Alessandro Verre es uno de los ciclistas más prometedores del panorama italiano, necesitado de brotes verdes. Kevin Vauquelin sorprendió con sus fantásticas prestaciones en el reciente Tour de Omán, otro ciclista que sube bastante bien y que a sus 20 años es campeón nacional sub23 en la lucha contra el crono.
Nombres, mimbres, realidades y promesas para seguir creciendo en un año clave. Con resultados, confianza y una mentalidad ambiciosa y bien planteada, puede seguir dando más de un susto a los grandes en este apasionante 2022 ciclista.
Escrito por Víctor Díaz Gavito (@VictorGavito)
Foto: A.S.O./Oman Cycling Association/Alex Broadway