Historia

Arturas Kasputis, el trotón de Klaipéda

En la mente de todo aficionado ciclista se quedan grabados nombres o protagonistas que, sin ser recordados por grandes victorias o hazañas, forman parte del imaginario de muchos amantes del deporte. Uno de ellos es el lituano Arturas Kasputis, que formó parte del gran pelotón ciclista en la década de los 90 y en los primeros años de este siglo XXI.

Nacido en febrero de 1967 en la localidad portuaria de Klaipéda, Arturas comenzó pronto a hacerse un nombre entre las grandes estrellas de la pista de la por entonces Unión Soviética. Durante la segunda mitad de la década de los 80 llegó a proclamarse campeón mundial junior en el velódromo; y en 1988 logró su gran éxito, una medalla de oro olímpica en Seúl en la prueba de los 4000m de persecución por equipos. En aquel cuarteto soviético destacaba otra figura que daría grandes jornadas de ciclismo en años posteriores: Viacheslav Ekimov.

La llegada de Kasputis al ciclismo profesional en ruta fue cuanto menos curiosa. En 1991, la Unión Soviética estaba en pleno proceso de descomposición, en los tiempos de Mijail Gorbachov y la célebre Perestroika. Un equipo aún unido por los colores del gigante comunista se presentaba en la Vuelta a Colombia con una buena lista de potentes rodadores, entre ellos nuestro protagonista. Kasputis, que venía de brillar en la temporada amateur al conseguir las generales de pruebas tan prestigiosas como el Tour de Gevaudan o el Circuito Montañés, vencía la etapa séptima y sonaba como refuerzo del conjunto español Kelme. Pero aquella ronda colombiana supuso que los dirigentes del legendario conjunto de los escarabajos, el Postobón, decidieran fichar a algunos de aquellos potentes rodadores para proteger a los menudos escaladores del país cafetero en las duras pruebas europeas. Siete lituanos entraban así en el equipo colombiano.

De esta manera llegaba Arturas Kasputis al profesionalismo en 1992; un lituano en un equipo colombiano, lo nunca visto. Y no le fue mal el debut a nuestro Arturas, logrando imponerse en el primer sector de la segunda etapa de la Route du Sud, una contrarreloj que le serviría para llevarse la general final y estrenar su palmarés profesional. El lituano demostraba su gran talento como rodador y contrarrelojista, y ya dejaba ver su querencia por meterse en largas fugas, como la que protagonizó en la Vuelta a España camino de Santander, en una etapa que vencería Roberto Torres.

No fue suficiente para el potente corredor de Klaipéda, que tuvo que recalificarse como amateur en 1993 tras la desaparición del Postobón. La hemeroteca nos recuerda que Kasputis seguía demostrando sus buenas cualidades en nuestro país, siendo protagonista junto a la selección lituana de la prueba Barcelona-Montpellier, en la que vencería una etapa y la general final.

En 1994 comenzaba el idilio de Arturas Kasputis con Vincent Lavenu, fichando por su nuevo equipo, el Chazal, con el que volvería a ganar una etapa en la Route du Sud, y brillaba en la crono de la Dauphiné, siendo el único capaz de quedarse cerca del dominador de la especialidad Chris Boardman.

El lituano seguiría demostrando ser un gran contrarrelojista, con varios puestos de honor, y sublimando sus dotes de rodador, apareciendo en fugas y dejándose ver incluso en grandes kilometradas en solitario sin premio. Continuaría siempre en la estructura de Lavenu. Y con el nuevo nombre de equipo, el Petit Casino, lograría su mejor momento como profesional, que llegaba en 1996. Arturas Kasputis coronaba una larguísima fuga en la primera etapa de la Dauphiné Libéré que había comenzado con Jacky Durand, para llevarse una etapa con sabor a oro para su equipo y vestirse de amarillo. Inauguraba así el lituano los recordados años de grandeza del equipo Casino.

Con el paso de los años las dotes de remate del lituano se fueron apagando, concentrándose en trabajar para su equipo y sus líderes, sin descuidar su combatividad y dejándose ver en fugas.

El palmarés de nuestro protagonista tardaría en volver a crecer, pero en el último año del equipo Casino, en 1999, se alzaría con la general del desaparecido Circuite des Mines.

En el 2000, ya con el equipo sucesor de la estructura de Lavenu, el AG2R, ganaría sus últimas etapas en los 4 Días de Dunkerque, llegando a meta en solitario; y en la crono de la Vuelta a Dinamarca, definiendo lo que había sido su carrera; cronos y fugas. Dos años después, terminada la temporada 2002, el bueno de Arturas colgaba la bicicleta. Su relación con el ciclismo y con Vincent Lavenu ha seguido firme desde su retirada, y desde 2003 es uno de los directores deportivos del equipo francés AG2R-Citroën.

Escrito por: Víctor Díaz Gavito (@VictorGavito)
Foto: Sirotti

Publicado originalmente en roadandmud.com

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