La ruleta del destino, esa figura tan simbólica, ha girado en todas las direcciones en este otoño tan intenso en los despachos para el equipo francés del B&B. Se han atravesado momentos en los que se ha tocado con los dedos la ensoñación de incorporar a Mark Cavendish y formarle, además, un buen conjunto para las volatas. Un giro con respecto al carácter del equipo, más modesto y compuesto por una base de ciclistas franceses que define muy bien lo que es (o era) B&B a la hora de afrontar las carreras: batalla, batalla y más batalla, más allá del resultado. Pasar de una serie de ciclistas modestos, con una performance acorde a lo que la plantilla es, una colección de ciclistas de nivel medio que en algún ramalazo de clase pueda dar buenas campanadas y alguna que otra vieja gloria como Pierre Rolland, Cyril Gautier o Jonathan Hivert para dar caché a las alineaciones, a pasear vedettes en las llegadas masivas y gozar de una atención desmedida, ha supuesto la rotura de la solidez con la que parecía contar este proyecto.
La necesidad de adquirir una mayor partida presupuestaria para poder asumir el gasto del fichaje de Mark Cavendish, ciclista célebre y disponible que entró en la órbita de sus managers, ha terminado de germinar el desastre. Los planteamientos para ampliar la inversión fueron rechazados, ya que las pretensiones de un ciclista que iba a aumentar exponencialmente la atención mediática del B&B eran las que un aspirante a superar todo un señor récord de victorias en el Tour de Francia tenían que ser: elevadas. Ese estirar formó un tira y afloja que ha terminado por romper la cuerda y dar con la desaparición del equipo como resultado. Ahora los ciclistas son libres de marcharse mientras el proyecto debate su continuidad. Aunque todo apunta a que será el final de trayecto.

Una idea que bien podía haber funcionado en primer lugar en el plano deportivo. Ganar no es sencillo, y más para un ciclista cuyos mejores días supuestamente quedaron atrás. La firma de Maximiliano Richeze como lanzador era una apuesta clara por el británico, al traer a las filas del conjunto galo a uno de los mejores complementos para su velocista. En segundo lugar, era una operación mediática magistral. Tras no ser renovado por Patrick Lefevere y su Quick Step (ahora Soudal), ningún equipo de élite se ha lanzado a por un ciclista que ya con el mero intento del récord iba a garantizar titulares y más titulares. Incluso hasta para hablar del fracaso de la operación, llegado el caso. Ahora la atención mediática la han tenido igualmente, aunque por muy diversos motivos.
El equipo se rompe y el apoyo del patrocinio decae de forma definitiva. Los ciclistas ya están encontrando por goteo acomodo en otros proyectos, por lo que por mucho que se reme en contradirección, parece que la marejada ganará esta vez la partida. Lo contrario iría contra pronóstico. Una giro inesperado que viene de una situación un tanto innecesaria, ya que el conjunto francés tenía prácticamente asegurada su presencia en el Tour de Francia, que era el objetivo único de una escuadra de objetivos modestos, de promoción a través de las siempre heroicas escapadas y lucha por ese pequeño resquicio de atención. Con ese intento de crecimiento quizá desmedido, visto el resultado, se ha demostrado que el refranero siempre tiene razón (hasta cuando se equivoca) para hacer válidas esas palabras que aseguran que la avaricia rompe el saco.

Lo bueno y malo de un proyecto que se cae es que su sitio será ocupado por otros. El Tour de Francia tendrá una invitación más y alguien se verá beneficiado por todo ello. Es un paso natural, los espacios están hechos para ser ocupados. Una ventana abierta de par en par a los noruegos del Uno-X, que cerrarían el círculo de un proyecto que sí viene ambicioso de serie y que en el largo plazo quiere conseguir todo eso que B&B ha intentado construir en apenas unos meses, que es convertirse en una referencia para el ciclismo internacional, al menos durante una campaña.
Un modelo que es bastante similar al de Total Energies. Los compatriotas galos firmaron a un Peter Sagan bastante crepuscular y con un aún interesante halo de megaestrella que ha derivado en escasos réditos deportivos, pero altas repercusiones mediáticas. En una orilla funcionó, en otra ha sido el detonante de desacuerdos y desavenencias que han dado con el equipo en la lona y una serie de muy buenos ciclistas de fondo de armario teniendo que buscarse el pan una vez todos los equipos tienen muy definidas sus plantillas para 2023. Incluso habiendo ya empezado sus stages y entrenamientos de inicio de campaña.
Escrito por Jorge Matesanz
Foto de portada: ASO / Nicolas Prado