Cualquiera que escuche hablar del apellido Alaphilippe pensará que nos estamos refiriendo sin ninguna duda al doble campeón del mundo y gran estrella del ciclismo profesional. Pero en este caso no vamos a narrar ninguna aventura de Julian, sino de su hermano Bryan (Alaphilippe), que también fue ciclista. Ambos tuvieron un primo (Franck) que lo fue a finales de los años 80, sin mayor relevancia. Pero esta vez nos vamos a centrar en el hermanísimo de ‘Loulou’, un corredor histórico que está marcando una época en el ciclismo francés y mundial y cuyo hermano ha pasado más desapercibido, pero también ha vivido días de gloria sobre la bicicleta.
Bryan nació también en Saint Armand Montrond, en pleno corazón de Francia. Lo hizo más tarde que Julian, en agosto de 1995, y arrancó de bien jovencito en el ciclocrós. Sus prestaciones no eran excesivamente buenas entonces, pero saltó a la carretera, intentó hacer carrera de ello, pero tras militar durante algunos años en equipos franceses de tercera fila, tuvo dos conatos de retirada hasta que en marzo de 2021, a los 25 años, colgó la bicicleta, parece que de forma definitiva.
El Team U Nantes Atlantique anunció la marcha del ciclista, quien alegando la precariedad del ciclismo a esas alturas se vio obligado a aceptar una oferta de trabajo en otro sector. Ni siquiera esperó a que terminase el mes y dejó atrás un deporte en el que no había conseguido cosechar demasiado. Bien es cierto que sí consiguió ganar una etapa de la Volta a Portugal 2017, concretamente la tercera, la que tenía su llegada en Bragança. Competía con el equipo Armée de Terre, que desapareció del panorama al finalizar aquella temporada.

Entre sus compañeros se encontraba algún nombre de más experiencia como el de Stephane Pouhlies, Julian Lobet, Romain Le Roux o el actual ciclista del World Tour, Benjamin Thomas. Un buen equipo para la categoría en la que se encontraba que le iba permitiendo participar en carreras de cierto nivel. Fue cuarto en Paris – Mantes-en-Yvelines, carrera 1.2. Ganó una etapa en 2019 en la Ronde de l’Oise, con una participación que no llamaba especialmente la atención. Pero una victoria es siempre una victoria. Fue la última, ya que en 2021 no llegó a competir, tras el año 2020 tan caótico por la pandemia de coronavirus.
Se trataba de un ciclista rápido, con punta de velocidad en los últimos metros. No gozó de oportunidades en los equipos punteros de su país, muy a pesar de que su hermano era una estrella consagrada en el pelotón. La relación entre ambos ha sido bastante estrecha, vistas las publicaciones de Bryan en redes sociales como Instagram. Viajes a carreras, fotos publicadas con su hermano o sólo de su hermano tras algunas de sus magníficas victorias en los mejores escenarios ciclísticos del mundo.
Su carrera fue breve, aunque también es cierto que dio comienzo en el pelotón profesional a los 19 años. Debutó en la Etoile de Besseges, siendo el profesional más joven del ciclismo francés durante aquella temporada 2015. Consiguió una victoria en La Gainsbarre ese mismo año, pero fue descalificado y suspendido durante unos meses por no acudir al control antidopaje posterior a su victoria, una acción protocolaria obligatoria en todas las competiciones. También ganó la Bourdeaux-Saintes o el Circuit des Quatre Cantons.
Un ciclista modesto, sin grandes victorias ni grandes equipos, pero que sí ha pasado más desapercibido de lo que en otros casos los hermanos de las grandes estrellas pasan. Prudencio hizo una buena carrera a la sombra de Induráin, como Gorka lo hizo a la sombra de Beloki, Joseba lo propio con Zubeldia, como tantos y tantos. Pero todos ellos son casos donde los hermanos menos afortunados en resultados acompañaron en sus equipos de élite a las estrellas de la familia.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Foto de portada: Sirotti / Interior: Nantes Atlantique