Entrevistas

Charla con Álvaro González de Galdeano

“Hoy quiero ganar”. Así rezaba el garabato que protocolariamente firman los corredores en el control de salida. Era el borde entre mayo y junio, día 31 y los ciclistas partían de la ciudad de Meda, en Lombardía. La meta estaba ubicada en Génova, esa ciudad desde la que partió Marco en busca de su mamá o la ciudad en la que dicen que nació Cristóbal Colón. También en la que terminaría por vencer este ciclista que aprovechó el viento a favor de su equipo, el Vitalicio, que se llevó las tres contrarrelojes con el checo Hruska y el colombiano Víctor Hugo Peña. Cuatro victorias, un póker que se complementó con el top ten logrado por Santi Blanco. 

“Recuerdo a Mínguez diciéndome que tomase el avituallamiento antes que los demás. Una vez terminó la zona, donde todos los demás acababan de terminar de comer, arranqué, para sorpresa incluso de mis compañeros, y fui acumulando ventaja. Llegué con menos de medio minuto de ventaja, lo justo para poder celebrar y degustar el triunfo”. Un circuito final le vio absolutamente a él como protagonista principal de la etapa, con muchos minutos de televisión en ese pulso que mantuvo con el pelotón. Anécdotas incluidas: “Llegué el primero, pero firmé el último, justo detrás de Marco Pantani, que además de ir atrás en el pelotón aquel año, tenía esa costumbre”. 

Y es que VItalicio parecía estar bendecido. Más aún tras la visita de los ciclistas al Papa, Juan Pablo II, ya que la Gran Partenza tuvo lugar en Roma. Célebre fue la vestimenta de Mario Cipollini, el extravagante protagonista de los prólogos. Prólogo que les dio el rosa: “Visitamos al Papa y le pedimos ganar una etapa”. Debieron pedir lo mismo cada uno de los integrantes del entonces nueve inicial. 

Un Giro que volvió a probar (2000 fue su debut) en 2001, trabajando ya en la ONCE en favor de Abraham Olano: “Era muy hábil en el pelotón, un gran líder que no quería verte delante de él para evitar que echásemos miradas hacia atrás y evitar así caídas”. Un consejo que aporta a Mikel Landa: “he coincidido mucho con él, este inicio de temporada le he visto con otra mentalidad. Ha elaborado un calendario muy diferente, esquivando, por ejemplo, la Itzulia, que es la primera vez. No necesita correr tanto, coge la forma muy rápido. Si corre cómodo, irá bien. Es mejor que pierda algo de tiempo a tener que abandonar. Es el consejo que le daría. Hay que ir entre los diez primeros, aunque para eso hay que tener muy buena condición física”. 

Un Landa que comparte equipo con Pello Bilbao: “Fue corredor mío en Orbea. Imagina el equipo que teníamos con los Izagirre y todos estos. Corre sin presión, y eso se nota. Le complica a Mikel ese aspecto. Pero Pello, en este caso, no tiene nada que perder”. Un Giro que “se debe analizar por equipos. Bahrain es muy fuerte, Movistar y Valverde no van a pasear. Va a intentar llevarse su etapa, seguro que tiene muchas con la equis marcada. UAE se lo ha creído y puede aprovechar ese plus. Y luego está Ineos, que corre como equipo y les da igual ganar con un ciclista que con otro. Van todos a una. Bora y Astana van a hacer muy buen trabajo también”, afirma. Un Giro que tiene un especial sabor para él, pese a haber corrido las otras dos grandes vueltas y haber triunfado en el paso de la Vuelta por su querido Gijón, donde los Galdeano han ganado en varias ocasiones. “Si hablamos de grandes, dame el Giro. Tiene algo especial”. 
En cuanto a su época como corredor, recuerda su participación en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992: “eran 100 kilómetros contrarreloj para cuatro ciclistas. Fuimos quintos y ganamos diploma olímpico. Es una pena que esta disciplina y la individual esté tan limitada en la actualidad. Es importante que sigan existiendo por temas de material, preparación, etc. De hecho, si firmé por Manolo Saiz fue precisamente por el trabajo que realiza de esta disciplina”.

El ciclismo lo puede “compatibilizar con las carreras, las del taxi y las ciclistas. Sigo los medios online para estar al día de todo”. Sobre la generación actual, afirma que “son muy carismáticos. De van der Poel puse una foto en redes sociales del Mundial de Florencia y dije que iba a ser muy bueno. Va a intentar demostrar que su saga no es casualidad. Es un crack”. De Evenepoel no habla tan bien: “no me parece humilde. Siempre habla de él y eso creo que hace que su equipo no trabaje tan bien. Eso sí, la clase es la clase”. 

De su tierra se queda “con el puerto de Opakua, que siempre se me hace liviano, pese a que no me han gustado especialmente las subidas nunca”. En el ciclismo, el más impresionante como espectador es “el Mortirolo, sin ninguna duda. Pero desde la televisión, lo dejo claro”. Y es que como ciclista, “Juan Fernández me marcó mucho”. Ante la pregunta sobre la fama de contar chistes en el pelotón, sostiene que “lo hacía para mantener conversación con otros. Yo no era el que empezaba”. Un corredor que hizo muy buena dupla con Igor, su hermano, que ya pasó por los micros de High Cycling.  

Escrito por HC Wanders (@hc_wanders)
Foto: Sirotti

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