Avispa. Dícese del insecto incisivo, atacante en posición defensiva, temido por todos cuando revolotea alrededor de tu área personal. En el argot ciclista, dícese del corredor que ataca constante, que busca la oportunidad con decisión. Eso fue en el pelotón ciclista Javier Ramírez Abeja, un auténtico luchador, bregador en alguno de los equipos punteros al comienzo de su andadura profesional, en los más modestos después. Pero siempre conservando ese espíritu inconformista, de llegar más allá e intentar sino ganar, molestar, provocar que los demás tengan que sudar el maillot si querían ganarle.
Un ciclista que no comenzó como tal, sino que dio rienda suelta al atletismo antes de dar el salto: “formaba parte del club de mi pueblo, Carmona. Recibimos un dinero y se compraron dos bicicletas para entrenar en pretemporada. Nos las íbamos turnando. Cuando me tocaba a mí, coincidía habitualmente con los del Club Ciclista de Carmona y con 12 años, imagínate, comenzaron a regalarme los oídos y un día llegué a casa y le pedí a mi padre una bicicleta. Mi padre fue ciclista, aunque nunca me quiso obligar ni que me sintiera presionado. Él me la compró encantado y así comencé en el ciclismo”.
Por entonces tenía varios sueños, aunque el más importante era “llegar a ser profesional. Mis ídolos eran Indurain, que creo que era el de todo el mundo en esa época, Jalabert, del que me gustaba mucho la forma de correr, Richard Virenque, Marco Pantani… eran corredores que me llamaron mucho la atención. Vandenbroucke, Beloki, Armstrong… corredores que daban mucho espectáculo”.
Todo le fue bien a Javier en el campo amateur: “tuve unos años muy buenos. Eran tiempos donde costaba mucho saltar a profesionales. Llegué a coincidir con Alejandro Valverde. Él era el más conocido de aquella generación, pero había muchos corredores muy buenos entonces. Había muchos equipos, sí, pero no había hueco para todos”. Su primer paso en el profesionalismo fue, como el de tantos y tantos, como stagiere, en este caso en CSC: “llegué a una vuelta en Italia y a unas clásicas en Bélgica y lo primero que me llamó la atención es que compartía habitación con Jalabert, nada menos. Estaba muy nervioso, había muchos ciclista extranjero y el que mejor se manejaba con el castellano era Laurent. El trato fue muy bueno por parte de todos”.
Pese a que todo estaba marchando correctamente, un cambio de sponsor provocó que no pudiese continuar en el CSC el año siguiente. “Tuve que regresar un año al campo amateur. Tenía decidido que era el último. Si no pasaba a profesionales, lo dejaba ahí”. Javier sufrió los cambios en la estructura que le alejaron de su sueño: “al entrar un patrocinador nuevo, vino con algunos corredores bajo el brazo. Otro staggiere que estaba con nosotros tampoco pudo continuar. Fue un paso atrás, pero no me fue nada mal porque pude firmar por Liberty Seguros tras este paso por el campo amateur. Para mí, correr con el antiguo ONCE era un sueño hecho realidad. Lo comparo a jugar en el Real Madrid para un futbolista”.
No fue sencillo ese otoño: “estuve cerca de firmar con Paternina, que era un equipo andaluz, pero se retrasaron las firmas, seguían buscando sponsors y me veía, la verdad, de nuevo en la estacada. Estaba a punto de arrojar la toalla cuando recibí la llamada de Manolo Saiz, que había leído en un periódico que nadie me daba la oportunidad y así empezó todo”. Se había cumplido un sueño: “tanto que al día siguiente miré el teléfono para ver si había sido un sueño o no”.
Manolo fue un director polémico por muchas razones: “de él lo único que pienso es en lo agradecido que estaba por darme la oportunidad de vivir los años más bonitos de mi carrera. Tuve la oportunidad de ponerme dorsal en las carreras más importantes del mundo (a excepción del Tour) y me dio la ocasión de conocer a mucha gente. Manolo conmigo fue muy profesional, cumplió todo lo que decía y todas las palabras que tengo para él son de agradecimiento”.
Una espinita, el no participar en el Tour, que se compensó con haber competido en otros grandes escenarios: “muchos corredores me hablaban de la grandeza del Tour, pero también del Giro, que se disfrutaba muchísimo más. Presión siempre hay, pero no es la presión del Tour. Participé en dos ocasiones y en una ganamos una etapa. Éramos una piña, muy contento con haber formado parte de esa carrera”.

Imposible no hablar sobre la Operación Puerto, que vivió de lleno por ser el Liberty Seguros uno de los equipos presuntamente implicados de forma más directa: “fue un palo muy grande hacia todo el deporte y en concreto hacia el ciclismo. Es una lástima porque se quedaron muchas familias sin trabajo. Auxiliares, mecánicos… Tuve la suerte de poder terminar la temporada con Astana y después continuar mi carrera deportiva. Sin embargo, otros muchos no tuvieron la oportunidad. Fue un palo para el deporte español”.
Un mal momento que derivó en una bonita oportunidad: “fiché por el Andalucía y fue una bonita experiencia. Llevar la publicidad de tu tierra lo es. Pude estrenar mi casillero con tres victorias en una misma temporada. Disfruté mucho y fue una pena que no pudiera continuar el equipo porque debería haberlo hecho muchos años más, era un proyecto muy interesante”.
Posteriormente, se ha especializado más en MTB, tras terminar su carrera ciclista profesional en ese punto: “las circunstancias me han llevado por ahí. Dejé la bicicleta de forma profesional y comencé a trabajar mis ocho horas en una fábrica en mi pueblo. El MTB siempre me ha llamado la atención y ya como hobby empecé a correr alguna carrerita en Andalucía y disputo para Fernando Torres y su equipo. Tenemos una buena amistad y disfruto de mi deporte”. Un calendario que incluye “las carreras más importantes de la zona y que queremos que van mejor a nuestros sponsors. Tenemos algunos ciclistas jóvenes muy interesantes y el objetivo nuestro es ayudarles en todo lo posible para que sean muy buenos en un futuro”.
Un ciclista que no tiene sensación de haber dejado muchas cosas pendientes: “quizá lo único que me quedé pendiente sea disfrutar de la bicicleta. Intento entrenar y combinar mi trabajo con mi familia y echar al día dos, tres horas. Me gusta correr alguna prueba más llamativa como la Titan Desert o la Copa de España, y poco más. A disfrutar”. Y que así sea.

Escrito por Jorge Matesanz
Fotos cedidas por Javier Ramírez Abeja
Bueno hablar de Javier Ramírez Abeja.. Es, muy fácil su subida como profesional de lo ganó a pulso ya que en aquellos tiempo fue unos de los amaters más laureados, coincidiendo en muchas vueltas y carreras importante con Alejandro Valverde… Un gran Ciclista y listo como el hambre… Sabiendo estar en carrera… Paso tarde pero con muy buenos resultado, ganando Vuelta, premios de la montaña, etapas en Vuelta Andalucía… Operación puerto… Todos los aficionados perdimos… El también.. Pero pronto volvió al campo profesional y logró muchas alegrías para sus equipos y personalmente… Bueno y sin siguen ganando carreras tanto BTT. como en carretera en Masters… Solo te digo Javi que eres grande.. Porque lo que estás haciendo después de sufrir tanto en esas carretera, que sin tengas ganas de bici picha… Larga vida campeón y paras cuando tu quieras…. 👍🚴♂️🚴♂️🚴♂️💪.