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Christophe Laporte, el nombre de la primavera 2023

Llega abril, ese mes de tanta intensidad en ciclismo, y lo hace con un nombre de moda: el francés Christophe Laporte, ese lugarteniente fiel a Wout Van Aert que ya no sólo gana con el consentimiento de su jefe de filas, sino que es capaz de hacerlo de forma independiente, demostrando que detrás del ciclista nacido en la costa sureste francesa hay calidad y un ciclista al que merece la pena dedicar atención. Un ariete para Jumbo Visma que está terminando de explotar superada ya la treintena de edad y que está derivando en un auténtico animal en eso de resolver pruebas de un día. Y no sólo por formar parte de un conjunto dominador en estas lides como el Jumbo Visma de 2023, aunque es obvio reconocer lo clave de su fichaje por los holandeses, ya que hablamos de un ciclista que es subcampeón del mundo, donde batió de forma brillante a todo un Michael Matthews en la volata por la plata mundialista.

Batir al australiano, que no es un cualquiera, no es misión para cualquiera. Después de los kilómetros, de la tensión, de la adaptación a Australia. Y de los rivales, ya que entre ellos estaba toda esta camada de caimanes que asola el ciclismo profesional actual a excepción de Remco Evenepoel, que iba por delante, como bien es conocido. Y también Van Aert, que quedó por detrás del galo y del australiano, en cuarta posición y fuera de las medallas. Por lo tanto, por mucha victoria que le regalase su amigo y compañero de batallas, el talento está ahí y la capacidad de uno y otro no es que pueda ser equiparable, ya que Wout puede ser una leyenda del ciclismo y Laporte por el momento queda un poco por detrás de eso. Pero a nivel competitivo, en estos momentos no andan tan lejos como se pueda pensar.

El problema de Christophe es que el contexto de este ciclismo ha puesto en actualidad constante a estos genios de la bicicleta, que ya tiranizan todo lo que corren. Antaño el ciclista era más especialista que globalista. Clasicómanos, velocistas, vueltómanos, escaladores, contrarrelojistas, etc. Ha mutado tanto que ya un tipo como Laporte ha quedado relegado a una segunda unidad cuando en realidad, visto su magistral estado de gracia, debería estar en el primer vagón de favoritos. Incluso aunque no esté, el asterisco siempre aparece, con el “y si…” por delante.

En esta temporada de piedras, por el momento, sólo ha bajado de la sexta plaza en una ocasión, y fue en E3, en ese día que los tres magníficos desataron la tormenta desde bien lejos de meta para eliminar al resto de candidatos. Regular, rápido, con olfato como demostró en Dwars, leyendo muy bien la situación táctica de lo que se estaba viendo. Seguro que desde el coche le insistieron en ese movimiento una vez diesen caza a los fugados, buscando el desconcierto y aprovechar esa superioridad. Lo hizo de diez y así se quitó el sabor de boca del regalo para sustituirlo por una victoria “de verdad”, conseguida con todas las de la ley.

Es uno de los fijos del Tour, donde pelearán por Vingegaard. Aunque bien parece que su predilección por Van Aert pesa más de lo que parece. El belga estará y entre los dos formarán una entente poderosísima a través de la cual bloquear al enemigo. Si unimos a todos los buenos escaladores que tiene este conjunto del Jumbo Visma de cara a la cita gala, la nómina que presentarán para llegar con el maillot amarillo a los Campos Elíseos será temida por los demás. Si ya algunos de estos ciclistas dan miedo sin haber realizado muchas exhibiciones, habrá que imaginar cuando el objetivo sea lanzar al escalador danés hacia su segunda victoria en el Tour.

Laporte seguirá siendo un hombre de equipo pese a estas victorias, pero dada su calidad está capacitado para estar cerca de los momentos decisivos, lo cual le hace especialmente valioso para cualquier cuestión táctica. Y se ha visto que no sólo en llano se defiende, sino que en las cuestas de corta duración puede tener una oportunidad. Veremos cómo finaliza esta temporada de clásicas, con qué número su casillero y cómo se revaloriza su caché día tras día.

Han aparecido rumores que le sitúan en el punto de mira del Soudal Quick Step, donde también suena con fuerza la baja de Alaphilippe de cara a 2024. Sería un buen sustituto y un líder francés para la estructura belga, que también tiene muy buena afinidad histórica con el país vecino. Así que el mercado llegará y los movimientos serán clave, pese a que todo apunta a que será difícil arrancarle de las filas del Jumbo Visma, con quien acaba contrato a final de 2023 y con quien una renovación será costosa por el caché que ha ido alcanzando el ciclista. Y más aún con su entendimiento pleno con Van Aert, para el que la baja del galo sería un duro golpe.

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: Web Jumbo Visma / CorVos

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