Cuando en los primeros coletazos de los años 2000 se terminó de asfaltar y reparar este puerto de San Lorenzo, los primeros en celebrarlo fueron las gentes del valle de Somiedo y del de Teverga, quien se conectaban por una carretera más bien estrecha y ciertamente empinada que dificultaba las comunicaciones. La opción alternativa era dar un rodeo exageradamente largo por el norte, esquivando montañas. Al asfaltarse, se abrieron también opciones ciclistas, y bien que ha sido aprovechado este puerto por la Vuelta a España, que lo asciende regularmente, o puntualmente la Vuelta a Asturias. Que no haya terminado de explotar no es cuestión del puerto, que es igualmente durísimo.

Vamos a centrarnos en esta ocasión en la vertiente de San Martín de Teverga, que guarda cierto parecido con el Passo Fedaia italiano. Un absoluto coloso de algo más de 11 kilómetros de longitud, asfalto impecable. Comienza en esta pequeña y coqueta localidad para ir tomando altura sobre el valle, con un primer tramo de cinco kilómetros donde apenas alcanzaremos el 7% de media por kilómetro. Sí, es duro y va añadiendo desgaste y desnivel, pero nada exagerado. Y, atención, se vienen curvas cuando completamos este primer tramo, bastante progresivo de menos a más.




Una zona de ligero descenso y, sobre todo, descanso, da pie a la pared final. En un esquema muy similar al que ofrece un puerto como el Angliru, esta durísima subida apunta al cielo durante sus últimos cinco kilómetros y en rara ocasión bajará del 10%. Doble dígito de forma más o menos constante, afrontando algunas curvas de herradura. La carretera estrecha un poco en este tramo y al ser una buena carretera se hace aún más duro mentalmente. No es una subida muy protegida de los elementos, algo que debe ser tenido en cuenta.
No habrá en ningún momento rampas más allá del 13-14%, lo que da idea de su gran constancia en esta parte, siendo una lucha entre el cicloturista y el puerto. Este tramo se hace largo, parece que no avanza el tiempo, pero bien es cierto que si el ritmo que se establece con velocidad de crucero es cómodo se sube bien. Hoy día con los desarrollos que existen en las bicicletas muy pocos puertos exigen algo más allá de lo humano. San Lorenzo, con un poco de paciencia y un mínimo de condición física, se puede subir. Eso sí, este tramo se hace eterno si vas únicamente medio bien.




La pendiente baja la intensidad de la pendiente únicamente cuando restan trescientos metros para el cartel de la cima. La altimetría refleja muy bien lo que es. Por el otro lado nos espera la bajada hacia La Riera, pero de ella nos ocuparemos más adelante. La combinación de esta subida con otras por esta cara nos direcciona de forma obligatoria al Puerto de Ventana, con el que comparte punto de inicio. También el principio coincide con el final de la Senda del Oso, que comunica por una vía menos peligrosa (sin coches) aunque igualmente concurrida por turistas en bicicleta (distinguir de cicloturistas).
Marabio también empieza en el mismo punto, pudiendo montar un buen raid montañoso sin mover el coche. En pocos kilómetros tendremos subidas tan populares como Cobertoria, Trobaniello, Cruz de Linares, Bandujo, Tenebredo, Bermiego, Ermita del Alba… Y todo sin cambiar de valle, donde Somiedo y sus maravillas en forma de valles nos hacen sorprendernos con los paisajes que despliegan y nos regalan a cambio de un poquito de esfuerzo sobre una bicicleta. En resumen, el viaje a San Lorenzo y el entorno merecen mucho la pena. Hay alojamientos cerca como Las Caldas, que ofrecen buena ubicación.
Reportaje completo en Andalucía Cicloturismo
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: Andalucía Cicloturismo
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