El valle del Bidasoa, donde se encuentra el Alto de Agiña, es uno de los lugares más interesantes para visitar, con acceso fácil desde Irún (Guipúzcoa) y paisajes y lugares de ensueño. Pueblos como Bera de Bidasoa o Lesaka son únicamente dos ejemplos de coquetas localidades que bien merecen un paseo por sus verdes calles de floridos balcones. Si la primera da acceso a la conocida subida a Ibardin, en la frontera con Francia, la segunda es el punto de arranque de Agiña, una cima muy conocida por los cicloturistas de la zona.
Es una subida muy buena para el cicloturismo, ya que el tráfico no es elevado, los porcentajes tampoco y se disfruta subiendo entre arboledas, vistas sobre el valle y algún requiebro rabioso de la montaña en forma de curva de herradura, si bien tampoco el número de estas es excesivo, si bien también éstas aparecen a dúo a izquierdas y a derechas o viceversa. Incluso en días de verano, el ambiente es fresco en la subida, acompañada de caceras y pequeños canales, sobre todo en la parte baja de la subida.




Cubiertos por los árboles, vamos subiendo sobre una carretera perfectamente asfaltada que acoge cada año la Marcha de Juanma Gárate por ser un marco idílico para esta modalidad ciclista. Hablamos de 8 kilómetros de puerto a una media cercana al 6%. No hay rampas excesivas ni que rompan la homogeneidad que impera en el ascenso. Sólo en la recta final, que es en ligera curva hacia la derecha, se aprecian rampas que rozan el 10%.
En la cima encontramos un banco perfectamente orientado hacia la vertiente oeste de esta subida y los frondosos valles que remonta, además de una placa en piedra que recuerda el carácter prehistórico de la comarca. Desde la cima de la montaña arrancan algunas pistas perfectas para MTB o para senderismo, con acceso a través de ellas a presas rodeadas de secuoyas, o también a alguna curiosa capilla en mitad de un prado. Muy interesante darse un paseo por este rincón de la geografía navarra, bordeando ya con la provincia guipuzcoana.
El puerto corona a unos 550 metros sobre el nivel del mar, habiendo comenzado el ascenso a menos de 80. Aún antes de salir de Navarra, nos quedará el descenso de este puerto, que conduce en pocos kilómetros al embalse de Andara y que requerirán buena técnica sobre la bicicleta. Allí comienza el breve ascenso al alto de Aritxulegi, ya sí frontera regional con País Vasco y otro ascenso interesante desde Oyarzun.




En el entorno de esta montaña de Agiña existen numerosos encantos paisajísticos que garantiza tratarse de una zona en contacto con los Pirineos en su expresión más atlántica. Puertos como el propio Ibardin, Lizaieta (muy interesante) o Lizuniaga se encuentran en la vertiente navarra del alto. También las escondidas subidas a Yanci y Aranaz, muy interesantes ambas. El alto de Frain, también duro e interesante y cómo no, todo el entorno de Irún, con Jaizkibel, Erlaitz o el bonito Bianditz, del que hablaremos dentro de poco.
Una zona de alto valor cicloturista, con escaso tráfico en la mayoría de las rutas y con vistas sobre el mar Cantábrico prácticamente en cada mirador medianamente orientado. Las comunicaciones en la zona son magníficas, ya se a por carretera, avión o tren, teniendo fácil acceso a la costa francesa, al interior navarro o a la totalidad de la costa de Guipúzcoa, estando situada a escasos kilómetros de su capital, San Sebastián, con todo lo que ello conlleva. Dentro de todo el entorno, uno de los destinos más destacados, sin duda, es Agiña. ¡A disfrutarlo!
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: High Cycling
Visita virtual:
[…] Source link […]