Si existe un clásico entre las montañas pirenaicas, ése es el Col du Peyresourde. Iniciando la ruta en Bagneres de Luchon, seguimos las indicaciones que nos dirigen a la localidad de Arreau. Existen varios cruces en la subida, como el de la carretera que nos elevaría al Col de Bales o la que nos desvía hacia la estación de Les Agudes. Pero seguiremos la ruta principal, una carretera con una tipología muy clásica en los Pirineos franceses. Buen firme, ancho más que aceptable y ninguna rampa exagerada. Un puerto histórico que nunca pasa de moda.
Pese a no tener una pendiente media excesivamente dura (7%) y una longitud media (14 kilómetros), en días de calor se puede hacer muy largo. Se divide en dos partes fáciles de diferenciar entre sí, con unos primeros ocho kilómetros más irregulares, con rampas del 10% que se prolongan por más de un kilómetro y algún descansillo. Esos escalones hacen que se recupere un poco de fuerza tras el arreón de las rampas duras.

Una vez se pasa por la pequeña localidad de Garin, el puerto se abre, el verde abarrota nuestra mirada y el paisaje pasa a otra dimensión. Praderas que nada tienen que envidiar a las alpinas, pudiendo ver el precioso trazado de las curvas de herradura de la parte final. Esa sección se nos hará más difícil, con el puerto en la vista y casi la cumbre hasta la que tenemos que llegar esperándonos. Si vas justo, mirar, que es inevitable nos hará aún más daño.
Aquí la pendiente será uniforme durante estos últimos cinco kilómetros, en torno al 8%. La primera mitad de este tramo es más rectilíneo, pero la parte final incide en esas herraduras tan conocidas y que nos regalan esas panorámicas tan magníficas sobre lo ascendido y el valle sobre el que se eleva esta montaña. En ese punto justo antes de tomar las famosas curvas tenemos un desvío a derechas que nos trae por una vertiente menos conocida del Peyresourde, la que asciende por Portet de Luchon. Coronando justo en una de las partes más altas de todo el cordal, tendremos al llegar a la cima una buena rampa.




En la cima tendremos varias opciones. En primer lugar, encontraremos algún lugar en el que comer algo o descansar. Después, si queremos continuar ruta, encontraremos, por supuesto, la opción de descender por el lado opuesto, una bajada rápida y poco difícil. También veremos el desvío hacia la estación de Peyragudes, conocida por haber sido final de etapa en el Tour de Francia en varias ocasiones. No espera ningún tramo difícil en esta parte, aunque dependerá de la carretera que elijamos para acercarnos a la estación, ya que hay varias opciones.
Si regresamos hacia Luchon, cuidado con la bajada por la velocidad que se alcanza en ella. En la parte baja podríamos ascender al Portillón, que comparte frontera con España, o a Superbagneres, una mítica subida que tiene una gran dureza. Otro col que nos queda a mano es el ya mencionado de Bales, que comparte inicio desde Luchon. Peyresourde no defrauda, ni siquiera a la hora de elaborar una ruta interesante para aprovechar la ocasión. Incluso desde la cima podemos investigar el Pas de Matas, que viene a ser una continuación desde la cima.


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Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: 1001puertos.com
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