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Cicloturismo: Coll d’Honor, el secreto mejor guardado de Mallorca

Este coll no tiene la fama que sí poseen otros puertos de la zona. Honor es de esos secretos que nunca se relevan, de esas montañas que no son tan fáciles de encontrar por no estar en la red principal de la isla. Puigmayor y Sóller son los reyes de la Tramuntana, pero el Coll d’Honor, sin duda, no les va a la zaga y tiene tantos encantos o más que los dos puertos más transitados de Mallorca. Lo que convierte a ésta en una subida altamente recomendable es precisamente eso, que al no ser tan conocida, conserva ese encanto del silencio, del paisaje que disimula para ser explorado por primera vez. Eso sí, cuidado con el estado del asfalto en algún tramo.

Nos encontramos en el norte de la isla de Mallorca, en la carretera que va de Alaró a Bunyola. Es un tramo de unos 20 kilómetros, con una carretera de doble carril, no excesivamente estrecha pero que lo es en realidad. Con cuidado del poco tráfico que atraviesa esta montaña y de los varios ciclistas que nos podemos encontrar, el Coll d’Honor tiene dos vertientes que se definen bien. Una de ellas, la este, tiene unos 13 kilómetros de irregular ascenso. No tiene ningún kilómetro que llegue al 6% y una pendiente media que ronda el 3%. No da ningún miedo.

La zona más dura es la inicial, ya que después el puerto pierde pendiente y asciende para descender. Una bajada de dos kilómetros y medio antecede la última rampa, de kilómetro y medio para alcanzar la cima. En ella podemos descender hacia Bunyola sin problema. Es un descenso que tiene el mismo peligro que la subida por Alaró. Al estar el paisaje recubierto en pinares, puede que la carretera deslice un tanto a altas velocidades. Por ello, mejor tener precaución.

No son localidades grandes ni tienen un gran núcleo de población en sus entornos, por lo que el problema del tráfico es sólo relativo. Habrá que estar atentos igualmente porque al ser un terreno de constante curveo en toda la carretera, será sencillo encontrar al coche cuando esté llegando a nuestra altura. Para nuestra tranquilidad, ese mismo curveo es garantía de que no irán muy rápido por esta ruta. El trazado tampoco lo permite.

En esta otra vertiente el porcentaje es más elevado, hablamos de una subida mucho más constante e importante. Son 7 kilómetros, una distancia importante sin ser ni muchísimo menos excesiva, a una media del 5,5%. Son datos que lo catalogarían de segunda categoría sin mucho exagerar. Es un trazado con numerosas curvas que hacen la subida entretenida y que se pase bastante amena y rápida. Pequeñas metas, como se suele decir, y así el esfuerzo no se hace bola.

En la zona los encadenados van todos del lado oeste, el de Bunyola. Enlaza perfectamente con el Coll de Sóller, con sus numerosísimas curvas de herradura en uno y otro sentido. De ahí al resto de la montaña hay nada. Por tanto, el Coll d’Honor puede ser el más práctico para gente de los alrededores, ya que no hay que introducirse en demasía por las abruptas rutas de la sierra de Tramuntana.

La altitud no será un factor determinante, como tampoco lo debería ser el viento, más allá de días en que sople más de la cuenta en toda la isla. Mallorca, como siempre, desvela sus secretos poco a poco y aquí tiene uno de los mejores guardados. Un puerto totalmente cicloturista y apto para disfrutar del buen tiempo y una ruta calmada y en armonía con paisajes preciosos en estas sierras.

Reportaje completo en 1001puertos.com (vertiente de Bunyola)

Reportaje completo en 1001puertos.com (vertiente de Alaró)

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: 1001puertos.com

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