Cicloturismo HC

Cicloturismo: el miedo a los descensos (7 consejos básicos)

Durante muchos días presentamos rutas o zonas a explorar con la bicicleta. En este caso nos vamos a quedar con los descensos, que es un aspecto que nos preocupa a la hora de jugarnos más o menos, hasta qué punto arriesgar y cuántas cosas se nos pasan por la cabeza a la hora de trazar una curva. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el miedo llama al miedo, que las caídas vienen en muchos casos por inseguridad. Una trazada mal hecha por falta de determinación puede ser perfectamente posible, de la nada más absoluta.

Por ello, es necesario tener en cuenta ciertos aspectos y, sobre todo, perderle miedo a los descensos, ya que no hay una norma que establezca que debamos bajar como los pros ni que debamos arriesgar el cuello por nuestro hobby. Y si alguien lo quiere hacer, fantástico, pero que sea consciente de que detrás de cada decisión hay consecuencias. También disfrute y adrenalina, pero cada uno sabe lo que coloca en cada lado de la balanza y hasta dónde está dispuesto a arriesgar.

  • La bicicleta y protección

Los descensos consisten en pendiente favorable de forma prolongada que recorremos a mayor velocidad. Es una obviedad, pero al aumentar la velocidad lo que necesitamos primeramente es protección. El casco bien ajustado, guantes para posibles abrasiones también bien ajustados, el maillot bien abrochado y en caso de tener prenda de abrigo, puesta y cerrada, para evitar distracciones. La precaución es fundamental. También habrá que evitar a toda costa soltar las manos del manillar. Ante cualquier circunstancia que nos inquiete, es mucho más recomendable no solventarla en marcha, sino parar, solucionar y continuar. Prevenir mejor que curar, siempre.

  • Saber caer

Caer bien en la vida te va a evitar muchos problemas. Y en el ciclismo, también. Echar el pie a tierra a tiempo también te va a evitar problemas. Pensar que vas a caer te va a hacer caer. Pero si tienes la mala suerte de que es inevitable y lo ves venir por la pérdida del control de tu bicicleta o por cualquier avería crítica (reventón, radio, rotura de freno u obstrucción de la rueda) lo más recomendable es intentar frenar si fuese necesario con los pies.

Si es inevitable la caída y podemos provocarla, mejor caer de forma lateral, deslizar junto con la carretera. Te abrasarás más, pero evitarás un choque directo con otros elementos. La fricción con el asfalto te ayudará a frenar. En todo caso, de una clavícula rota nos recuperaremos. Hay que intentar que todo quede en la menor lesión posible.

Hay que tener visualizadas vías de escape. También conocer mínimamente el entorno de la bajada. Si estamos bajando un puerto por un lado con precipicio, procuremos ocupar la parte central del carril para evitar asomarnos al balcón. Si hay coches esperando, deberán esperar. Cuidado también con las caídas hacia el carril contrario con vehículos de frente.

  • Trazada

Si no estás seguro, baja la velocidad. Cómo trazamos curvas es un hecho capital. Bajar por la parte del peralte nos puede llevar a errores como tocar con el pedal en el suelo, lo que nos llevará a la caída, que es lo que debemos evitar a toda costa. Si tenemos un modelo o un compañero que nos vaya marcando la trazada (vale motorista), mejor. Si no lo tenemos, abrirse antes de la curva y tomar una trayectoria uniforme puede ser lo más útil. Comenzar en la parte más cercana al centro del carril para después desplazarnos al margen externo para salir por él de la curva puede ser lo más común.

En todo caso, el mejor consejo es que en esas primeras curvas traces con más prudencia y con mucha precaución, para ir ganando confianza. Es fundamental.

  • Frenadas

Nunca se frena de forma brusca. El descenso te va a hacer ir a gran velocidad por pura inercia. Por tanto, frenar en seco no va a ser lo más recomendable. Se debe ser consciente de lo que nos rodea, de lo que nos viene. Si viene una curva a 200 metros, en tu campo de visión, se debe ir teniendo en cuenta este hecho para, de forma paulatina, ir reduciendo la velocidad y trazar de forma adecuada. Aunque es una obviedad, el freno trasero es el que debemos aplicar con mayor intensidad. El delantero queda prohibido a no ser que queramos detener la bicicleta en seco como última medida.

  • Información del tiempo y viento

Lluvia de frente, muy peligroso. Aún con gafas. Hay que saber cómo bajar muy bien para descender con terreno mojado. Pero con el agua molestando e impidiendo la visión perfecta, mucho más. En la medida de lo posible, se debe conocer el clima habitual de la zona, la previsión del tiempo y en caso de que se acerque una tormenta o un chubasco, estar totalmente preparados para ello. El viento puede hacerte cambiar de trazada, por lo que hay que intentar trazar teniéndolo en cuenta, con margen de rectificación por si una racha te pone en peligro.

  • Obstáculos

En ocasiones las bajadas ofrecen obstáculos. Si hablamos de MTB y de caminos de tierra, puede haber piedras en el camino que nos hagan cambiar de trazada rápidamente. Cuidado con perder el control de la bicicleta si hacemos cambios muy bruscos. En unión con el último punto, la concentración en las bajadas va a ser capital. Tenemos que estar a lo que tenemos que estar, con vista al frente y en lo que está por venir de forma inmediata. Da igual si tenemos una visión clara de las 18 horquillas que debemos bajar. Lo importante es la que está por venir.

En caso de encontrar gravilla o tierra suelta, es muy común que nos haga patinar la rueda normalmente trasera, que es en la que vamos a llevar el peso de nuestro cuerpo como norma general. Es mejor adelantarse y frenar un tanto antes de atravesar esa zona. En caso de hacerlo al tiempo de atravesar un tramo con gravilla, puede ser precisamente lo que nos haga desequilibrarnos.

  • Concentración y confianza

No tiene por qué pasar nada, pero nunca hay que dar por supuesto nada, ni el accidente, ni la no existencia del mismo. Actitud positiva, buen talante y los cinco sentidos disponibles en la bajada. Si el tráfico es muy intenso y te crea inseguridad, hazte a un lado y espera a que el tráfico te permita descender con mayor tranquilidad. No fuerces la máquina porque el ciclismo, sobre todo cuando se trata de un hobby de fin de semana, es para disfrutarlo y no para sufrirlo. O para desarrollar su práctica con miedo y tensión. Para eso ya está las obligaciones del día a día.

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: Álvaro Campo

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