Siempre ha existido la creencia de que en España no hay grandes puertos de montaña como sí pudiera haber en los Alpes o los Pirineos franceses. Ya no a nivel de ciclismo profesional, sino que a nivel cicloturista también ha habido mucha gente engañada por falsas afirmaciones como esta. Incluso personas muy respetadas dentro del mundo del ciclismo llegaban a afirmar que para que la Vuelta a España o la Volta Catalunya diseñasen verdaderas etapas de alta montaña tenían que recurrir al país vecino. Una gran mentira que con la llegada de internet y el auge del cicloturismo en las redes sociales ha acabado por perder fuerza. Bien es verdad que en España no existe la continuidad que sí tienen los Alpes y que los grandes puertos se encuentran más dispersos a lo largo de la geografía.
Cada provincia tiene su cadena montañosa, quizá con alguna excepción como Valladolid, y eso asegura facilidad para encontrar mucha media montaña que permite elaborar rutas y diseños interesantes y llamativos a todos los niveles. Si nos vamos a alta montaña, dependiendo de lo que estiremos sus términos, podemos localizarla en tres grandes focos: Pirineos, Cantábrico o Andalucía, que dejaremos para otra ocasión. Veleta y sus hijuelos, Contraviesa, Málaga, Cádiz, Almería y los Filabres… da para un especial muy interesante y lo suficientemente extenso como para relatarlo en solitario.
En el primero de los macizos montañosos, que España comparte con Francia y Andorra, los Pirineos, hay muchos puertos largos, más duros en la geografía catalana, aunque en general con escasez de pendientes. Sí que hay excepciones, como pueda ser el Valle de Arán, donde por encima de Vielha hay algunas subidas con gran dureza, y un auténtico espectáculo estético. Todo además de los clásicos como Portillón, Bonaigua, Pla de Beret… Rutas muy interesantes. Cerler, Baños de Benasque o Llanos del Hospital, puerto no muy duro, pero muy bonito. También el collado de Sahún, en Huesca, sin asfaltar, pero con posibilidad de subirlo con bicicleta de carretera por su vertiente de Chía. Puertos de tierra muy recomendables en Huesca que vamos descubriendo gracias a webs como Puertos de Huesca.
En Catalunya destacan, sobre todo Fumanya y Pradell, Pal, Rassos de Peguera, que por un kilómetro y poco sin asfaltar no es un puerto de paso. Una zona que concentra muchos pasos muy interesantes y a la que hay que asistir bien equipados, ya que es muy despoblado. Ya sabemos que hay que tener respeto con la alta montaña siempre.
Si nos trasladamos al norte de España, tenemos varias zonas localizadas. Asturias es el confín de la montaña. A los ya conocidísimos Angliru, Lagos de Covadonga y la nueva incorporación del Gamoniteiro hay que añadir otras subidas clásicas como San Lorenzo, Cobertoria, Cordal y Cuchu Puerco, Cruz de Linares, Marabio… pero no hay que dejar de recordar que subidas como la de Trobaniello, un puerto de tierra del que hablaremos en detalle, marcan la diferencia no sólo a nivel ciclista, sino turístico y paisajístico. Una zona en la que perderse. Muy recomendable también el puerto al que esta carretera va a morir, que es el Puerto de Ventana, con un perfil similar al de un Aubisque que tanta fama acumula. Incluso se podría hacer una ruta circular con la Farrapona y los Lagos de Somiedo, cuya vertiente leonesa va a ser asfaltada finalmente.
También en León, además de la zona de la Camperona, cuyos porcentajes excesivos asustan y atraen al mismo tiempo, tiene una mina en La Cabrera. Desde el clásico Morredero, con nuevas vertientes asfaltadas, a Fonte da Cova, cima a la que se accede desde Galicia tras un puerto que podría asemejarse a La Madeleine, y a través de una especie de Croix de Fer por los puertos de Piedrafita -en la agenda de la Vuelta- y Las Gobernadas, componiendo un auténtico coloso-Tour. El Peñón, más explosivo, también es interesante, pese a estar un tanto abandonado por las instituciones.
En Galicia encontramos la comarca de Os Ancares, con puertos para dar y tomar. Y no sólo las muchas vertientes del propio puerto de Ancares, habitual durante algunos años de la Vuelta, sino el laberinto de carreteras que supone el puerto de Sete Carballos o el enlace de Asturias con esta zona a través de Pelliceira. Una durísima subida desde Ibias, en el Principado y que en pocos kilómetros conecta con puertos como El Connio, Pozo de las Mujeres Muertas o El Acebo, también con múltiples vertientes que permiten elaborar un raid de alta montaña.
Cantabria ofrece esos puertos largos, bonitos y duros como puedan ser Lunada, La Sía, enlazada con el Picón Blanco a través de un nuevo enlace, Alisas, Estranguada, Los Machucos, Brenes, el Embalse de Alsa, próximo final de etapa de la Vuelta con prolongación hasta el Pico Jano. Alto Campoo, Palombera, Piedrasluengas y el interminable San Glorio… y una de las joyas de la zona, el Salto de la Cabra. Arranca en pleno Desfiladero de la Ermida y entre grandes riscos asciende hasta la frontera con Asturias, conectando con la carretera que llega hasta Sotres. Un auténtico espectáculo repleto de dureza y vistas sobre todos los Picos de Europa.
Dejando de lado los macizos vascos, del Sistema Central u otros como La Demanda y Sistemas Ibéricos, donde hay mucha dureza sin llegar a ser alta montaña (o al menos de forma tan clara), éstos serían los grandes núcleos de montaña. Obviamente siempre se quedan nombres fuera, es imposible incluirlos todos. Pero de lo que no cabe duda y queda una vez más demostrado, es que en España SÍ hay montaña.
Escrito por Jorge Matesanz (@jorge_matesanz)
Foto: Pedro Ceinos