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Cicloturismo: Klausen Pass, los paisajes más bonitos de Suiza

Sé que cada vez decimos lo mismo, pero el caso es que el Klausenpass (junto o separado) es una de esas montañas que dejan huella. A las fotos nos remitimos, con ese paisaje relleno de cascadas, verde y ramificaciones en riachuelos del deshielo. Suiza es una garantía. Nos vamos al cantón de Uri, aunque parcialmente también al de Glaris, por unos solos kilómetros. Curioso que la división entre ambos no se sitúe en la propia cima del puerto.

Altdorf se encuentra en la cola del Vierwaldstätterse, el conocido como Lago Lucerna, el lago de los cuatro cantones. Es la localidad que sirve de pie para iniciar el ascenso a este paso que rozará los 2000 metros. Los doce kilómetros más duros son los últimos en esta vertiente, que llega hasta los 24 contando con una primera zona dura, pero con algunos descansos que dulcifican la pendiente media.

La carretera está perfectamente asfaltada y permite rodar bien, aunque habrá que tener en cuenta en el descenso que no hay protectores laterales. No es una bajada excesivamente peligrosa, ya que es bastante rectilínea y salvo algunas curvas de herradura que se ven fenomenal al trazarlas, el resto será pan comido si dominamos mínimamente la bicicleta.

Su vertiente opuesta, la que arranca de Linthal, se divide en dos partes prácticamente idénticas con un terreno intermedio casi llano que las une. No hay porcentajes imposibles ni mucho menos, por lo que con un buen ritmo y teniendo paciencia se podrá alcanzar la cima. La altitud no es excesiva, aunque en las partes altas los árboles desaparecen y las praderas ganan todo el protagonismo.

Hablamos de los Alpes suizos, por lo que la zona incluye muchos puertos que subir. Los paisajes son absolutamente fascinantes. En la vertiente este podremos disfrutar de la cascada de Berglistüber, una auténtica maravilla visual con una caída vertical de unos 44 metros. El camino que parte de un pequeño restaurante nos lleva a la parte posterior de la cortina de agua, pudiendo disfrutar del paisaje desde otras perspectivas.

Hay capillas, hoteles, restaurantes… una carretera que merece dedicarle tiempo no sólo al cicloturismo, que también. Un puerto antiguo, construido como un paso de ganado. Una carretera que no siempre ha sido de uso público. Durante un siglo, el XVII, fue de uso y disfrute particular. Los fines de semana, teniendo un entorno tan magnífico, cuenta con bastante afluencia de gente. Las vistas desde la cima del Klausen Pass llevan hasta los Alpes austríacos y, por supuesto, de todo el valle.

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: Jorge Fonseca

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