La carretera del Col du Tourmalet escala hasta alcanzar los 2115 metros y erigirse como la cima más elevada en los Pirineos entre los mitos del Tour de Francia, carrera que lo ha visitado en unas sesenta ocasiones. Ya sea por el mito que en 1911 se empezó a generar por las historia que recorrieron todo el mundo sobre los héroes que coronaban esta épica subida o ya sea por lo majestuoso de su perfil y paisajes, el hecho es que este magnífico col rezuma historia y leyenda. Es una de las palabras más reconocibles de Francia junto a París, la Torre Eiffel o cualquier monumento natural o artificial que represente al país galo en todo el mundo.


Ambas vertientes son durísimas y larguísimas. Proceden de valles que observan con dificultad el Pic du Midi, a cuya cima se puede acceder con bicicleta de montaña o un funicular. Se habló de acondicionar el observatorio para acoger una etapa del Tour de Francia, algo tan excesivo como innecesario. La propia cima del Tourmalet ha acogido ya etapas del Tour y de la Vuelta, punto decisivo de tantas otras y escenario del sufrimiento constante y por goteo de miles y miles de cicloturistas que se acercan a conocer in situ cómo se las gasta el rey de los Pirineos.
Vertiente de Saint Marie de Campan
El valle de Campan se encuentra a unos 800 metros sobre el nivel del mar. Desde la localidad de Sainte Marie arranca una carretera histórica que empieza a apuntar al cielo de forma discreta en un primer momento. Porcentajes en torno al 4% que ayudan a calentar las piernas. 4-5 kilómetros que nos pueden llevar a engaño, ya que nada absolutamente tendrán que ver con los 13 últimos, donde la pendiente se instala en el 8% perenne y ya no va a bajar de ahí hasta que coronemos. Hay zonas más difíciles al paso por las galerías y La Mongie, la estación de esquí de esta cara del Tourmalet.




En cambio, el asfalto es bueno, permite deslizar por mucho que en alguna zona la carretera se encuentre algo parcheada. Tanto para subir como para bajar, ningún problema por esta vertiente. El trazado tiende a ser rectilíneo en gran parte de la subida hasta pasar el desvío a la estación, cuyos edificios iremos superando en altura poco a poco hasta dejar bien abajo. Aquí empezará a serpentear y ganar metros de altitud a base de un trazado más rabioso y más de alta montaña, con carretera ya más estrecha y en peor condición (siempre transitable).




Vertiente de Luz Saint Sauveur
Si la vertiente de Campan es bien conocida, no lo es menos la que asciende desde el valle opuesto. Arrancamos el Luz Saint Sauveur para superar una montaña que nos va a exigir durante 19 kilómetros. Ya casi desde el pueblo la carretera empieza a empinarse de forma constante e importante, con porcentajes que oscilan entre el 6 y el 9% durante bastantes kilómetros. Las zonas del 8-9 irán predominando ya desde el inicio, si bien alguna zona más cómoda encontraremos. Esas zonas permiten recuperar un tanto el resuello.




También a este lado existe estación de esquí, la de Bareges. El perfil es más o menos constante y sólo en la recta final encontraremos un latigazo cruel de esta subida contra los cicloturistas. Un último kilómetro sobre el 11% nos hará sudar el alcance de la cima, donde se encuentra el clásico monumento al ciclista con el que es imposible no fotografiarse. El frío suele meterse en el cuerpo, cuando no la niebla o cuando no las dos cosas. Importante llevar siempre abrigo para un descenso tan rápido, técnico y largo. Cuida el calor de las manos, la temperatura abrigándote y no te olvides de unas gafas que protejan tus ojos de partículas que dificulten tu descenso.




Por ambos lados es una carretera relativamente transitada. No es la ruta más sencilla para los coches, está claro, pero también el Tourmalet es más que una bandera cicloturista. Es un mirador impresionante sobre los Pirineos y un punto de acceso a muchas rutas de senderismo o bicicleta de montaña que se encuentran en los alrededores del coloso galo. Para combinar esta subida con otras, es mejor acercarse al lado de Luz, ya que ahí se podrá enlazar sin mayor problema como Aubisque en pocos kilómetros, Cauterets, Luz Ardiden, Gavarnie, etc. Todos joyas de los Pirineos, de los que el Tourmalet es el claro e indiscutible rey.
Enlace a reportaje de vertiente de Luz
Enlace a reportaje de vertiente de Campan
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: 1001puertos.com
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