Antes que de Leitariegos es más sencillo que escuchéis sobre Lagos de Covadonga, Angliru y otros afamados colosos asturianos. El entorno de Cangas del Narcea es rico en puertos de montaña asfaltados. Casi todos en el entorno del Acebo y su Santuario, con múltiples vertientes. Todas ellas enlazables con la subida al puerto que nos ocupa. No destaca por su gran dureza, al menos en el global. Sí por longitud. Vamos a explorar una ruta alternativa a la clásica subida al puerto, por Carballo, Sonande y Vallado. La carretera se hace más estrecha y empinada en este tramo, ofreciendo la zona más dura de la subida con diferencia. La única donde se puede romper un pelotón con relativa facilidad.
Hay rampas duras, sin ser exageradas, y el asfalto se encuentra en buen estado en todo momento. Serán casi 1000 metros de desnivel a superar, lo cual da idea de la dureza del coloso. El resto del puerto compensa la pendiente media, algo más intermitente en su primer tercio, con falsos llanos e incluso alguna zona de descenso. En la parte alta se regularizan los porcentajes en torno al 4-5%, permitiendo rodar con facilidad. El piso es, de nuevo, bueno, por lo que será un sencillo escalar hacia la cima.
Los elementos jugarán un papel, pero ante la escasa dureza del puerto en esta fase, sólo un pinchazo nos impedirá alcanzar la cumbre. Los paisajes son espectaculares, como en casi todo paraje asturiano. En el tramo que se desvía de la carretera principal, habrá más sombras y estaremos más protegidos por la ladera. En la parte alta, la protección brilla por su ausencia, con la perspectiva en todo momento del puerto ante nosotros, lo que psicológicamente lo hará más complicado. El tráfico puede ser elevado dependiendo de la época del año.
Lo positivo es que la amplitud de la calzada permite adelantar con sencillez. Tampoco es un puerto con grandes encadenamientos de curvas de herradura. La recta predomina, si bien el trazado va retorciéndose en el segmento central. Uno de los aspectos más interesantes de esta subida es, sin duda, la posibilidad de poder encadenarse con otras muchas para diseñar una ruta más que interesante. Para los amantes de las pendientes fuertes hay subidas como la que conduce al pueblo de San Romano de Albás, con terreno muy irregular, con subidas y bajadas pronunciadas y carretera más bien estrecha. La cercanía con el Parque Nacional de Muniellos, con gran valor natural, y el valor añadido del puerto del Connio, largo y duro por ambas vertientes, permite encadenarlo con Leitariegos a través del leve paso de Cerredo y el túnel de Rañadoiro.
El ya antiguo puerto se encuentra abandonado a su suerte y con el levantamiento de parte de su carretera original. Una lástima para el cicloturismo, una ventaja para el tráfico a motor. Unos kilómetros más allá de Rengos, donde da inicio el Connio, está el comienzo de Valvaler, un alto también conocido como Pozo de las Mujeres Muertas. Es un puerto muy duro, con rampas importantes. Permite un recorrido circular en torno a Cangas, el núcleo de población más importante de la zona. El paralelo valle de Somiedo no está muy alejado. Bajando hacia Villablino y encarando el suave puerto de Somiedo (por León, por Asturias es un coloso) nos hace llegar sin demasiada dificultad orográfica a otro de los pulmones del Principado. Desde ahí se puede acceder a los Lagos de Somiedo, a Valle del Lago o al Puerto de San Lorenzo.
En la cima de Leitariegos se encuentra una estación de esquí que tiene bastante actividad, como es lógico, en invierno. En verano permite tomarla como campamento base, ya que existe bastante espacio de aparcamiento y lugares donde descansar y avituallarse justo antes de coronar la cara asturiana del puerto. También se inician en él muchas rutas de senderismo que permiten ganar altura sobre la carretera y gozar de amplias vistas sobre los valles de Laciana y los montes colindantes. El descenso hacia Caboalles es rápido y no requiere demasiada habilidad, si bien sí existen bastante más curvas que en la vertiente norte. El piso será de nuevo de muy buena calidad, por lo que no hay nada que temer, amén de la precaución habitual y el respeto que se debe tener a un descenso a gran velocidad. En algún tramo, debido al efecto de las nieves en invierno, la carretera se podría encontrar algo descarnada. En tal caso, la precaución es siempre el mejor consejo.
Reportaje más amplio y altimetrías
Escrito por Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Foto: Marce Montero (@39x28web)