La altitud es un factor importante a la hora de coger la bicicleta. La fatiga se intensifica y los posibles errores a la hora de alimentarse o guardar fuerzas aumentan de forma drástica conforme ganamos altura debido al déficit de oxígeno en el aire. Una máxima que puede suponer un gran reto, sí, pero ante el que debemos estar muy preparados. Con la Bonette-Restefond a la cabeza, con sus más de 2800 metros de altitud, la lista deja fuera las subidas de una sola vertiente. En una supuesta lista incluyéndolas, tendríamos como rey indiscutible el ascenso al Pico Veleta, con más de 3300 metros sobre el nivel del mar. Un gigante que no entra en concurso, al igual que algunas subidas austriacas a estaciones de esquí como Solden o el glaciar de Kaunertal.
1. Col de la Bonette-Restefond (Francia)
La Bonette se eleva por encima de los 2800 metros de altitud, si bien el paso natural no llega a esa barrera. Una obra concebida para sortear la montaña y alcanzar el título de puerto de montaña más elevado de los Alpes, que en todo caso quedaría en Francia.
2. Col d’Iseran (Francia)
Francia ocupa también el segundo puesto, con un paso histórico en el Tour de Francia y en el cicloturismo de la zona. Un puerto muy largo, sin grandes rampas y que fue notable por el corrimiento de tierras que se produjo en plena etapa de la ronda gala y que tuvo que ser suspendida sobre la marcha por la peligrosidad.
3. Passo dello Stelvio (Italia)
Su ‘Majestad’ no podía quedarse fuera del top tres. Una auténtica maravilla de la ingeniería, con un ascenso revirado y repleto de tornanti que hacen aún más espectacular la ya de por sí preciosa vista que en todo momento nos acompaña en la escalada. Uno de los grandes mitos del ciclismo.
4. Colle dell’Agnello (Italia/Francia)
El Agnel o Agnello, dependiendo del lado de la montaña en la que te encuentres, es uno de esos pasos con mucha mística. En el lado italiano te encuentras subiendo durante muchos kilómetros a un porcentaje incómodo, pero nunca duro. Sin embargo, de repente llegas a la pared que suponen sus últimos diez kilómetros, todos por encima de los 2000 metros. Una auténtica pasada.
5. Col du Galibier (Francia)
Otro de los mitos del ciclismo. El Galibier es eterno por sus dos caras, si bien acumula más dureza por el mítico Telegraphe. Sin duda, un auténtico coloso en el que disfrutar de unos Alpes sin igual. Sobre todo, la cara del Lautaret tiene vistas absolutamente espectaculares.
6. Passo di Gavia (Italia)
Mitificado por el Giro de 1988, este puerto pertenece a la leyenda del ciclismo y del cicloturismo. Su carretera rugosa y trazado inquietante hacen de él un auténtico coloso. Alguien que monta en bicicleta debería subir aquí al menos una vez en la vida.
7. Hochtor Pass (Austria)
Un gigante con mucha más dureza de la que parece. Son muchos kilómetros de ascenso, muchos muy difíciles. La carretera está en muy buen estado, lo cual ayuda al deslizar en la subida. Un trazado muy bonito el de este paso.
8. Colle della Fauniera (Italia)
La única vez que ha sido atravesado en carrera creó tal confusión y miedo en los ciclistas que más de veinte años después sigue sin recibir a la caravana. Hay tal respeto por esta montaña que nadie ha puesto el cascabel al gato. ¿Volverá en un futuro? Puerto temible.
9. Umbrailpass (Suiza)
Pese a que corona en la carretera del Stelvio, que ya es Italia, este puerto suizo es una auténtica joya. No hace tanto era de tierra, pero el lavado de cara y asfaltado aún le han sentado mejor. Imprescindible.
10. Passo Rombo (Italia)
No hay que desmerecer esta cima con respecto a las demás. Además de la gran altitud, cerca de los 2500 metros, la dureza de este coloso lo hace un auténtico reto a superar. Combinable con otras montañas de los alrededores.
Reportaje más amplio en 1001puertos.com
Escrito por: Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Foto: 1001puertos.com
Un vistazo a los puertos pavimentados más altos de Turquía no vendría mal.
Karabet y Palandöken están cerca de los 3000 metros
Son puertos de paso
Saludos
Muchas gracias por tu comentario.
Los estudiaremos para hacer un futuro reportaje.
Un saludo