Cicloturismo HC Puertos

Cicloturismo: Monte Oiz, el verdadero Balcón de Vizcaya

El Monte Oiz es uno de los mitos del cicloturismo vasco. Ubicado en el corazón de la provincia de Vizcaya, esta subida tiene mucho encanto y varias vertientes de acceso si no a la cima, sí a los alrededores. La cantidad de montañas a explorar por esta zona es asombrosa y permite uno o varios días de cicloturismo al máximo nivel. Las vistas en días despejados son espectaculares y parecen más una postal de Google Maps que una carretera y alcanzan al mar. Una joya además en lo altimétrico, con una parte final demoledora y con secretos que descubrir. Vamos allá.

El puerto lo arrancamos en Gernika, inmortalizada por Picasso, casi al nivel del mar. Existe otro punto posible de arranque de llegar al Balcón de Vizcaya como tal, que es donde arranca la zona cementada y dura del monte. Se trata de ascender al mirador por el lado opuesto, por Munitibar, que es por donde señala la altimetría de encima, aunque nosotros lo vamos a mostrar por su vertiente opuesta. Dejamos esa cara más difícil para los más intrépidos. Nuestra escalada es más larga (más de 20 kilómetros) y más leve hasta la base de la subida final. Será importante ir regulando el esfuerzo.

Vamos dirección sur por la BI-3224 y poco a poco vamos ganando altitud. Hasta Elexalde, subimos en kilómetros que no llegan al 5%. Buena carretera, ancha y con constante curveo. Arboleda y no excesivo tráfico fuera de los fines de semana. Una zona más suave hasta pasar Albiz, y de nuevo la carretera coge dureza en el kilómetro previo al Balcón de Vizcaya, donde el precioso mirador que nos permite parar a echar una fotografía va a quedar retratado ante el Oiz, un mirador mucho más elevado y con mejores vistas en 360º sobre toda la provincia vizcaína.

Llegamos al cruce, en este caso resuelto a mano derecha. Está señalizado y se trata de una pista cementada mucho más estrecha que la carretera que traíamos. Buen piso en general, excepto una zona donde el cemento está algo agrietado. Pero se puede subir sin problemas. Es más, fue final de etapa en la Vuelta a España de 2018, con victoria en la cima para Michael Woods. La pendiente aquí se vuelve salvaje en un trazado bastante rectilíneo y que es sólo apto para cicloturistas entrenados en la escalada. Metemos todo el compact disc y a subir como se pueda en el caso de los demás.

Kilómetros que superan el 14% de pendiente media, rampas del 23%. Menos mal que es corto, y son sólo unos cinco kilómetros, que sino estaríamos hablando de una penitencia que haría menos atractivo subir hasta aquí. En la primera mitad, al ir subiendo protegidos por arboleda, el viento no tendrá ningún papel. En estas pendientes se va a ir parado igualmente. Hay que echarle paciencia y regular, muy importante para no tener que echar pie a tierra. Es mejor subir ágil y guardar un gramo de fuerza, porque el ascenso se hace largo.

Cuando alcanzamos un pequeño alto que supone la cima de este cordal montañoso, vemos una pequeña ermita y los aerogeneradores, que se proclaman los reyes del paisaje. Todo verde, el paisaje es escandalosamente bello. Al fondo (si no hay niebla) vemos la antena del Monte Oiz y para allá que nos dirigimos. Hay un punto donde encontramos otra salida asfaltada. Se trata del acceso a esta montaña desde Iurreta, en las proximidades de Durango. También cementada, pero en muy buen estado y con anchura, es una opción perfecta para descender y combinar Oiz con Urkiola u otros puertos de la zona.

Estamos cerca de coronar, pero nos quedan dos kilómetros a temer. La zona roja se explora constantemente, con rampas sobre el 15% de forma constante y por una vía estrecha que se encarama al pico. Se gana altura muy fácilmente y en esta ocasión sí que el viento puede hacer daño. Estamos llegando a la cima, y lo sabremos por el doble zig zag que nos lleva a superar la antena y alcanzar el pequeño parking en lo más alto. Hemos superado unas de las subidas más importantes de la zona.

Para descender por donde hemos venido, mucha precaución en toda la zona de cemento, ya que se echa la niebla en seguida y al perder visibilidad es peligroso. Bajar con precaución es siempre buena idea. Si hay alguna grieta en el momento de subir, acordémonos de tener cuidado al descender. Si bajamos hacia Durango, el firme y la pendiente harán más fácil bajar de este monte. Imposible, eso sí, no recordar el accidente aéreo de 1985 en este paraje.

Reportaje completo con más fotos y descripción de la subida en 1001puertos.com

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: 1001puertos.com

Visita virtual:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *