Cicloturismo Puertos

Cicloturismo: Puerto de Velefique, el Alpe d’Huez de los Filabres almerienses

Con todas las diferencias paisajísticas entre la provincia de Almería y los Alpes franceses, existe cierta similitud en lo orográfico entre ambas cadenas montañosas. La frondosidad de la vegetación es muy diferente, por supuesto, así como la inexistencia de estaciones de esquí en la región española. Las montañas arrancan a altitudes diferentes y en el caso francés no tienen el mar a la vista como sí sucede en la tierra de los llamados mares de plástico. No hay grandes ríos que recubran de verde todo a su paso. Lo que sí hay son montañas crueles, de pendientes sostenidas y longitudes interesantes, con altitudes similares a los pasos alpinos de cota mediana (sobre los 2000 metros varios de ellos).

© Cyclingcols

En esta provincia se encuentra la Sierra de los Filabres. Un macizo montañoso que cubre gran parte del norte de la provincia. En ella se ha empezado a indagar a partir del año 2004 en lo que al ciclismo profesional corresponde, pero en ningún caso se ha profundizado tanto como se debiera, con montañas inéditas aún a día de hoy esperando una oportunidad que de no llegar apenará su futura marchita carretera con poco tránsito. En ese sentido, es un paraíso para el cicloturista, que no va a encontrar tráfico muy abundante en estas cumbres. Calar Alto por la vertiente de Gérgal puede ser el puerto más duro. Sin embargo, no a tanta distancia y con un trazado muchísimo más vistoso, se encuentra el Puerto de Velefique, situado al este y compartiendo la prolongación del mismo cordal para serpentearlo.

Se dice de este puerto que es una especie de Alpe d’Huez almeriense. Y a quien lo afirma no le falta razón. No van a ser veintiuna las curvas de herradura que tengan lugar en esta subida por su vertiente sur. Pero sí se cuentan veinte. No son los paisajes alpinos que hacen que una mala foto sea una obra de arte. Aquí el mar de fondo, los invernaderos y la tez marrón de la tierra hace que el aspecto sea de hermano pobre del rico acceso a una de las pistas de esquí más prestigiosas. En Almería se trata de una carretera que conecta dos pueblos a través de un paso que supera con creces los 1800 metros de altitud y que lo hace superando un puerto de gran dureza en su vertiente sur.

El calor será un aspecto a tener en cuenta. Una vez se toma el desvío hacia Velefique, la pendiente empieza a asomar. Serán seis kilómetros de calentamiento, entre el 3 y el 5%, con pendientes in crescendo. Alcanzada la localidad homónima, la rampa toma un punto bastante distinto. Nos instalaremos durante cinco mil metros en un 10% permanente. En algún punto aumenta, en otros da un pequeño respiro, bastante breve, eso sí. Serán catorce kilómetros que vayan de más a menos. Aunque es un puerto muy engañoso, y eso no se nos debe olvidar.

Desde esa zona más dura, la pendiente suaviza un punto y se establece en medias kilométricas que están entre el 6, el 7 y el 8%, pero salpicados de herraduras que nos hacen ganar altura de una forma muy visible y perceptible, amén de suponer un descanso tras cada lazo que la carretera traza. La rampa anterior y posterior es más dura, pero ese respiro se agradece en las piernas. Conforme vamos ganando altitud, se gana en perspectiva sobre lo ascendido, con una panorámica magnífica que ahora sí nos recordará al mito alpino o al no menos conocido Stelvio. Curvas de herradura que nos llevan a coronar la ladera, aunque aún nos quedará un kilómetro mucho más suave para alcanzar la cima. Estos metros compensan la pendiente media, que baja un pelo del 7%. Aún así, todo un puerto de categoría especial el que tenemos entre manos.

Una vez alcanzada la cima, podemos continuar por su vertiente opuesta, la que asciende desde Bacares, o desviarnos a la derecha un kilómetro más adelante del cartel de puerto para coronar la Tetica de Bacares, que con una pista estrecha ofrece subir más allá de los 2000 metros y unos kilómetros bastante más exigentes. Las vistas merecen la pena.

El viento será un factor a tener muy en cuenta. Apenas hay vegetación y la carretera queda expuesta y a merced del poder del viento. Al subirse en herraduras constantes, a veces nos favorecerá, a veces nos perjudicará. Normalmente suele entrar de lado por la protección de la montaña. El asfalto está impecable y tanto para subir como para descender, sólo nos queda tener precaución y disfrutarlo.

En el entorno hay puertos muy bonitos y duros, pudiendo conformar una ruta preciosa y de alta montaña que nada tenga que envidiar a los mitos europeos. Las vertientes de Calar Alto están a un paso de Velefique, tanto pasando por el Alto de Castro de Filabres como descendiendo hasta Bacares y enlazando con la subida al Collado del Ramal, lo más empinado de la zona. Más allá, en dirección al mar, se encuentra el Puerto de Enix (o El Marchal), así como también el de Santillana. Padilla, ya más alejado, se acerca más a Granada y Sierra Nevada.

Reportaje más amplio con fotos y altimetría en 1001puertos.com

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: 1001puertos.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *