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Cicloturismo: Puig Llorença (Cumbres del Sol), el laberinto cicloturista del Mediterráneo

Alicante y su costa se están convirtiendo en uno de los destinos preferidos por el cicloturista para disfrutar de su deporte preferido. Puig Llorença (también conocido como Cumbres del Sol) es una referencia y un medidor de fuerzas y tiempos para aquellos que acuden a estas carreteras a entrenar o aprovechar un tiempo vacacional (de invierno o de verano) para discurrir por ellas. El buen clima durante todo el año y la gran acumulación de cicloturistas en estas carreteras facilitan que el efecto llamada y que muchos corredores incluso profesionales disfruten de sus test y salidas por esta zona.

Si nos acercamos a Calpe y toda la costa que se alarga hasta Moraira nos encontraremos con un reto cicloturista de alta intensidad y de corta duración. Una montaña junto al mar y un acceso a la por el momento fallida construcción de una parte alta de una urbanización han hecho posible la construcción de una carretera de altas pendientes y vistas impresionantes sobre toda la Costa Blanca y este rincón de la provincia de Alicante. Si además le añadimos los encantos de otras localidades, rincones naturales, playas y atractivos cicloturistas en forma de montaña, la zona se convierte en un destino muy apetecible y recomendable.

Ya de inicio nos encontramos rampas durísimas. No es sencillo encontrar el inicio del puerto si no lo conoces o llevas de antemano unas nociones básicas para hacerlo. Nos encontramos en los alrededores de Benitatxel, desde donde hay al menos un par de accesos a todo este complejo de carreteras hacia la cima. Un laberinto que permite la composición de circuitos para entrenar o picarse con los compañeros de grupeta. Las rampas en todo caso son siempre elevadas, con vistas a la espalda de toda la costa, desde el peñón de Ifach a la vecina Benidorm. Incluso Ibiza en días claros.

Las rampas finales son muy duras, por lo que habrá que calcular esfuerzos y no darlo todo antes de tiempo. Por cualquiera de sus dos lados, el perfil no engaña, son zonas muy duras salpicadas con algún que otro descanso. La cara sur tiene zonas duras más largas y menores de descanso, por lo que se puede decir que sea la más exigente. Las rampas cercanas al 20% en la parte baja nos pondrán a prueba. En general es una subida muy expuesta, primero al sol y después al viento en la parte superior, dependiendo de la dirección en la que sople.

Se puede llegar hasta las antenas, aunque a través de un tramo algo más descuidado de carretera, que se encuentra en toda la subida en perfecto estado, dicho sea de paso. Las vistas desde la cima son espectaculares, el desnivel alcanza los 400 metros y eso nos sirve de atalaya sobre el paisaje colindante. Por la zona hay más montañas, alguna a la vista de la cima, como puedan ser el Col de Rates o la propia base de Aitana, ambas subidas muy conocidas por los cicloturistas que frecuentan la zona.

Si te gustan los retos intensos y de poco kilometraje, aquí tienes uno muy bueno. Su cara más dura suponen cuatro kilómetros de sufrimiento a un porcentaje medio próximo al 10% de pendiente media. Si incluimos ahí los varios descansos que contiene e incluso algún mínimo descenso, nos podremos explicar la gran dureza de esta subida. Incluso en verano las temperaturas son más leves que en muchas franjas del interior peninsular, pero la humedad, al estar rodeados de mar, nos hará sudar el éxito, nunca mejor dicho, en Cumbres del Sol.

Reportaje completo en 1001puertos.com

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: 1001puertos.com

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