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Cicloturismo: Sant Pere de Rodes, el mirador de la Girona ciclista

Girona se está convirtiendo en lugar de residencia para muchos ciclistas profesionales. El buen clima, la orografía de la zona, la cercanía con el aeropuerto internacional de El Prat y Barcelona, con Andorra, Francia y los Pirineos hacen de este destino uno de los favoritos. Nos ubicamos en el cabo de Creus, en plena Costa Brava. Las muchas localidades costeras nos envuelven con belleza y turismo, como Cadaqués, Ampuriabrava, Roses o Port de la Selva, una localidad pintoresca y acogedora que da comienzo a la ascensión. 

Nos esperan unos ocho kilómetros de subida por esta cara de la montaña. El porcentaje medio supera el 6%, lo que da idea de cierta dureza. Kilómetros rondando el 8% de pendiente serán lo habitual en un puerto que nos irá dando pistas de lo ascendido por la lejanía del mar Mediterráneo, siempre en la vista. Las localidades contiguas nos irán abandonando en altura, dejándolas bien abajo para, a través de alguna curva de herradura, ir ganando altitud muy rápido. 

Las grandes rampas brillan por su ausencia, como también lo hace la presencia de árboles y protecciones en días calurosos. El viento podría ser un factor, aunque al estar alejándonos del mar, debería ser favorable o, en caso contrario, estar protegidos por la montaña que estamos superando. En la parte alta, eso sí, gozaremos de un falso llano que nos conducirá hasta el monasterio de mismo nombre y que nos hace ir a media ladera disfrutando del magnífico paisaje y vegetación clásica en este entorno mediterráneo. 

Existe una segunda vertiente, que ofrece un punto de menor dificultad y algo menos de atractivo. Desde la localidad de Vilajuïga arranca esta carretera que ocho kilómetros nos ubica en el cruce con la vertiente de Port de la Selva. Ello no querrá decir que esté exenta de dureza, ni mucho menos. Los kilómetros en torno al 7% son lo más recurrente, aunque también será un factor determinante que el primer kilómetro sea llano y que en la parte final el perfil del puerto decaiga un tanto. 

Una maravilla que nos dejará fuerzas para poder acometer otras subidas en la zona. La carretera costera que asciende hacia Francia es bien bonita. El tráfico no la hace tanto, pero con paciencia se puede disfrutar de ella. Toda carretera que recorre el litoral en esta escarpada zona nos permite degustar vistas sobre el mar y las localidades que esconde, con bonitas perspectivas y descubrimiento de lugares que hacen de este rincón de Catalunya un sitio con un encanto especial. 

Altimetría
Reportaje más amplio

Escrito por: Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Fotos: 1001puertos.com

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