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Cicloturismo: Sestriere, il mito d’Italia e il Giro

El artículo será en castellano, que nadie se alarme por el título. Al menos por el momento. Sestriere es la montaña que protagoniza nuestro rincón de cicloturismo en esta ocasión. Una cima muy reconocida y nombrada a nivel internacional gracias además del ciclismo al esquí por la estación sita en la cima. Pero más aún que en el deporte blanco se conoce la cima alpina por su relación con el Giro de Italia y el Tour de Francia. De la primera ha sido meta en varias ocasiones y puerto de paso en muchas más. En el Tour ha sido siempre final de etapa, con etapones míticos los que se han vivido con meta en su cima.

Nos vamos al Piamonte, a escasos kilómetros de la frontera con Francia. A tiro de piedra puertos como el Montgenevre, que hace frontera con el país galo, Lautaret e Izoard si nos dirigimos hacia el oeste, y Finestre si elegimos la dirección opuesta. Una ubicación extraordinaria para el cicloturista, que tiene opciones para elegir incluso dentro de la subida a esta estación, con varias alternativas. Pero nos quedamos con la más conocida de todas, la que da comienzo en Cesana Torinese. Son 11 kilómetros desde aquí, por buena carretera.

Es una subida ciertamente abierta, donde el viento puede jugar un papel y en el que necesitaremos rodar fuerte, ya que los porcentajes no son excesivos en ningún momento. Un 6% de pendiente media que nadie diría al atravesar el segundo kilómetro, con un 9% y un par de herraduras que nos harán sufrir. Después el puerto toma el cariz que se esperaba, con rampas entre el 5 y el 7%. No encontraremos ninguna rampa rabiosa ni ningún cambio significativo.

El paisaje es verde (blanco en invierno), magnífico y las vistas sobre el valle son casi siempre amplias. El trazado es bastante rectilíneo, lo que puede restar un tanto de encanto y se nos puede hacer bastante cuesta arriba (más que en la realidad, todo sea dicho). Es el clásico puerto que si lo asciendes con las piernas tocadas te puede apuntillar. Si estás con fuerza y dosificas bien, es sólo cuestión de paciencia en las semirrectas e ir cambiando de postura en las pocas herraduras para desentumecer.

La pena de esta subida es que en épocas estivales y fines de semana es bastante transitada. Una estación de esquí como Sestriere es un motivo para atraer a mucha gente. También a senderistas o ciclistas de otras superficies, que tienen terreno abonado para crearse recorridos por la zona alta de las pistas de Sestriere. Muy recomendable, por cierto.

Eso sí, si realizamos una gran visita a la zona que no sea en exclusiva por ascender este puerto. Sí, tiene su encanto, pero simplemente puede ser una subida de complemento en un viaje, ya que ni en lo altimétrico ni en lo visual será el puerto más bonito de nuestras vidas. Eso sí, como cuartel general y de paso hacia alguno de sus lados, totalmente recomendable.

En la cima tenemos lo que es una clásica estación de esquí, con prácticamente todos los servicios. En verano puede ser buena opción dormir arriba, a más de 2000 metros de altitud, lo que mejorará nuestro rendimiento por aquello de la falta de oxígeno, otro aspecto a tener en cuenta a la hora de ascender hasta aquí. Estamos en los Alpes y aquí la altitud es elevada a poco que subas.

Con los descensos, en principio, no hay que tener mucha más precaución que la habitual. El asfalto está perfecto en todas sus vertientes y no será un trazado que deba preocuparnos en exceso. Aún así, precaución. Sobre todo en invierno.

Enlace a reportaje completo en 1001puertos.com

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: 1001puertos.com

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