Existen numerosos pasos de montaña entre Francia y España, tres de ellos en territorio aragonés, como son Bielsa (a través de su túnel), Portalet y muy cerca de este último, el puerto de Somport, que podría ser considerado el paso más sencillo entre ambos países, ayudado además por el túnel que esquiva la parte alta de la montaña y que desvía parte del elevado tráfico que esta carretera soporta. Buen piso pese a la dureza de los inviernos, carretera ancha y con incluso algún doble carril para vehículos lentos, lo que nos ayudará a reducir los problemas de adelantamientos de vehículos en algunos tramos.

No hablamos de una subida excesivamente dura, tampoco excesivamente larga, aunque casi 16 kilómetros ya es una duración respetable. Longitud que engaña, puesto que antes de llegar a Villanúa habremos de acumular algo de desnivel si acometemos el inicio desde Jaca, por ejemplo. Los porcentajes nos harán confiarnos en estos primeros tramos. Pasaremos por Canfranc y posteriormente por su impresionante estación, que en su momento fue declarada Internacional y en la actualidad fue remodelada para dar servicio a trenes. También es un hotel y organiza visitas guiadas que hay que reservar con antelación. La parada es obligada.


Una vez pasamos por la estación, tal vez lo más monumental que podremos encontrar a este lado de los Pirineos, el puerto comienza a tomar cuerpo. El 5% que antes habremos alcanzado de porcentaje más alto ahora será el más bajo, con rampas del 8-9% en los últimos seis kilómetros de escalada. Más constante, de mucha mayor entidad, ganando altitud hasta coronar a más de 1640 metros.
El paisaje no ofrece apenas refugio de los elementos, con riesgo de que el viento sople por este valle y sea, como suele, de cara. Por lo demás, si el calor no es excesivo, tampoco es un puerto excesivamente largo como para sentirnos expuestos. Al servir de vía de acceso a las estaciones de Astún y Candanchú, que ofrece un atajo más empinado, con esquí en invierno y rutas senderistas en verano, la afluencia de público es elevada a lo largo de todo el año. Este lado español del Somport tiene además muchas explanadas de aparcamiento. En lo que a los cicloturistas compete, habrá que simplemente tener cuidado en las zonas bajas del puerto, sobre todo.


La ventaja es que también habrá mucho cicloturista con el que compartir sufrimiento. Al ser puerta de acceso a Francia desde época romana (Summus Portus), no es extraño tampoco encontrar mucho ciclista francés haciendo el lado español también. Un puerto que ha ganado mucha fama por la QH (Quebrantahuesos), que parte de Sabiñánigo y que incluye el regreso por los puertos de Marie Blanque y Portalet. Una de las cicloturistas más conocidas de España.
Los paisajes que vamos encontrando a sendos lados de la carretera corresponden a típicas postales pirenaicas. Sin existir muchos puertos en su cercanía más allá de los accesos a las estaciones de esquí, merece la pena ir parando a degustar las vistas sobre los que vamos pedaleando. En los alrededores están los valles de Hecho y Ansó, las rutas en torno a Jaca con Oroel y San Juan de la Peña, el Fuerte Rapitán…

Y si nos vamos al lado francés, una vez descendemos el puerto tenemos desvíos a Lescun, las mil y una vertientes de Soudet y un poco más allá el mítico y conocido Marie Blanque, escenario del Tour de Francia año tras año. Una zona increíble para practicar cicloturismo de alta montaña.
Reportaje completo en Puertos de Huesca
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos y gráfico: Puertos de Huesca
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