La estación de esquí de Arinsal forma parte del dominio esquiable de Vallnord, junto a la vecina estación de Pal (Pal Arinsal). Es una subida dura, con tramos bastante duros en la parte final, si bien es corta, no se hace precisamente larga, aunque en un mal día cualquiera puede sufrir en estas rampas. Nos encontramos en Erts, donde también da comienzo la conocida subida a Pal. La Vuelta a España va a estrenar en 2023 un ascenso que ya ha sido final de etapa en la Volta Catalunya en jornadas que atravesaban alguna otra montaña en el Principado.
Desde los 1300 metros de altitud llegaremos a los más de 1900 de la cima en un espacio de siete kilómetros, lo que arroja una pendiente media cercana al 9%. La carretera está perfectamente asfaltada y desliza bien. Primero pasaremos por el pueblo de Arinsal, con rampas interesantes, pero sin llegar al tramo más duro, que llegará algo más adelante.

Vamos remontando el río Pollós, que discurre paralelo a la carretera. Una vez atravesamos la larga localidad que da nombre al puertos giramos en una curva de vaguada de izquierdas que nos cambia la panorámica del puerto por completo. Pasamos el puente sobre el río y la carretera se dedica a ascender a media ladera para ir ganando altura con facilidad. Estamos en plenos Pirineos, en Andorra, por lo que las vistas sobre las montañas contiguas irán mejorando a cada pedalada.
Empiezan a aparecer las herraduras y la pendiente se recrudece, con un par de kilómetros sobre el 10%, el tramo más duro de la ascensión. Nos iremos cruzando con el teleférico que asciende desde la parte baja del puerto y que en ocasiones nos dan ganas de haber cogido para evitar tanto sufrimiento. Ya avistamos la cima a lo lejos y eso nos da moral a continuar en su busca.




La carretera está ahora colgada de la montaña, con sensación de pendiente y vértigo. Poco a poco vemos las casas de Arinsal y Erts muy abajo, apreciando el gran esfuerzo realizado para llegar hasta aquí. Una auténtica maravilla visual en este punto, viendo y disfrutando el trazado de la carretera que posteriormente tendremos que descender para volver al mismo punto, ya que no tiene doble vertiente asfaltada.
Pasado el Mirador de Roc de la Sabina, llegamos al aparcamiento de la estación y a las instalaciones de esta pequeña delegación del dominio esquiable. Un giro a derechas nos deja en la última recta que nos lleva a los remontes. Si ascendemos con bicicleta de montaña, podremos seguir subiendo hasta un restaurante en la cima de la montaña, sorteando las pistas de esquí de invierno que en verano son caminos que con mucho cuidado podemos sortear con la flaca. Aunque no se está libre de un pinchazo.




En la zona hay multitud de puertos para poder disfrutar del cicloturismo. Está por un lado la subida paralela a Arinsal, que es Pal. La carretera continúa primero hasta el Coll de la Botella y más tarde hacia el Port de Cabús, en frontera con España y a más de 2300 metros de altitud. Un puerto eterno que en la parte española es más duro y está en tierra, con buenas piedras. Para MTB, perfecto, un gran puerto. Eso sí, con otros peligros que ya describiremos cuando lo tratemos específicamente.
También tenemos las subidas a Arcalís, que se hace larga por el tramo hasta llegar a la parte baja de la estación y que mejora notablemente una vez se pasa de largo, con el tráfico cerrado para coches y enlace de herraduras constantes. Un lujazo a más de 2200 metros de altitud. También está cerca la subida a Ordino, muy recomendable y con sobra para los días de calor.
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Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: 1001puertos.com
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