La cinta en la que nos fijamos hoy es una pequeña comedia flamenca ambientada en los 70, durante los últimos años de esplendor del considerado como mejor ciclista de la Historia, Eddy Merckx. La figura de “El Caníbal” está presente en todo el desarrollo de la película, y funciona como hilo conductor en las vidas de los personajes del pequeño y tranquilo pueblo belga donde se desarrolla la acción.
Freddy Demul es un niño que vive aislado del mundo en su habitación, pues sufre de incontinencia fecal y su madre no quiere que sea fruto de las risas de los demás. Su padre, propietario de la carnicería familiar, está entregado a su negocio, el cual solo cierra cuando compite Eddy Merckx. En esos días, cuelga el cartel de “Cerrado por Merckx” y se va al bar a animar a su ídolo y verlo en la única televisión del pueblo junto a sus vecinos. Mientras tanto, Freddy escucha las hazañas de Merckx por la radio mientras pedalea en su bicicleta colgada con cuerdas del techo, soñando con emular algún día al cinco veces ganador del Tour.
La vida en el pueblo cambia cuando llega allí el supermercado, que amenaza con acabar con la carnicería de los Demul. Como reclamo de apertura, el nuevo local organiza una carrera ciclista para los niños de la zona cuyo premio será ir a competir a Roubaix y conocer en persona al mismísimo Eddy Merckx. A partir de ahí comenzará el conflicto entre Freddy, que ve la oportunidad de hacer su sueño realidad, y su familia, que ve en el supermercado un mal que acabará con su empresa y que quiere además mantener el aislamiento social al que tiene recluido a su hijo.
La película muestra muchos detalles sobre los cambios en la sociedad de un pequeño pueblo flamenco en los años 70 y construye una historia bonita y sencilla, sin artificios. Pero lo que más nos interesa de la misma es cómo el amor al ciclismo está presente en todo momento, en la figura del padre de Freddy; en Marie, la hija del dueño del supermercado, y sobre todo en el protagonista. Los aficionados podemos disfrutar de ver algunas imágenes de Eddy Merckx en acción en las carreteras del Tour, reconocer en el sonido de la radio nombres como el de Ocaña o el de Francesco Moser, y observar detalles como la gorra y el maillot del equipo Molteni que luce Freddy en diferentes momentos de la película.
En resumen, una película agradable y amena en la que quedan retratadas las dos vertientes más grandes del ciclismo, la de la pasión de los aficionados y la del deporte como vehículo de integración y superación de complejos y traumas.
Ficha de la película en FilmAffinity
Escrito por Víctor Díaz Gavito (@VictorGavito)
Publicado originalmente en roadandmud.com