Hoy vamos con una película juvenil de finales de los 70 en la que tenemos la curiosidad de la inclusión del tema del ciclismo en el cine independiente de los Estados Unidos, donde este deporte no gozaba de especial popularidad en aquellos años (aún tenían que llegar las victorias de los Andrew Hampsten y Greg Lemond, y sobre todo la llegada del ahora maldito Lance Armstrong). La película está dirigida por Peter Yates, realizador de la mítica “Bullitt” con Steve McQueen, en la que aparecían algunas de las persecuciones más intensas de la Historia del cine. La cinta fue un gran éxito en su época, no en vano resultó nominada a cinco premios Oscar (Mejor película, director, actriz de reparto, guion original y banda sonora), ganando el de mejor guion original ante películas tan recordadas como “Manhattan” de Woody Allen.
La película nos cuenta la historia de cuatro jóvenes modestos de Bloomington, un pueblo de Indiana. Dave (Dennis Christopher), Mike (Dennis Quaid), Cyril (Daniel Stern) y Moocher (Jackie Earle Haley) no parecen tener excesivas aspiraciones en la vida y se contentan con pasar el día en las piscinas naturales del pueblo. Todos siguen las ideas de Mike, el rebelde del pueblo, que siente cómo su espacio está siendo invadido por sus grandes “enemigos”, los estudiantes del campus universitario de Bloomington, chicos “pijos” de ciudad que para los muchachos locales suponen una invasión de su espacio.
El rara avis en este grupo, y el personaje que nos interesa a nosotros, es Dave, un auténtico loco del ciclismo que se pasa el día pegado a la bicicleta y a su gorra con el logo de la mítica marca Campagnolo. Su obsesión por el deporte de las dos ruedas, que para él está asociado directamente con Italia, es tan grande que estudia italiano, escucha música de aquél país y come pasta y comida italiana a todas horas. Toda esta “italianización” de Dave y su amor por el ciclismo es una desesperación para su padre, que no entiende ese deporte y que cree que su hijo se está afeminando en lugar de hacerse un hombre y trabajar en la industria local.
La relación entre los amigos se complica cuando Dave conoce a Katherine, una estudiante de la Universidad, con la que empieza a vivir una historia de amor haciéndose pasar como estudiante italiano de intercambio. No contaremos mucho más del argumento para animaros a ver esta curiosa película, pero para poder centrarnos en la parte que más nos interesa, hay que adelantar que esta relación entre el “pueblerino” y la estudiante generará un conflicto tras el cual la Universidad invitará a los cuatro amigos protagonistas a participar en la carrera “Little 500”; una prueba de ciclismo en pista por relevos en la que los chicos del pueblo, confiados en la capacidad ciclista de Dave, tendrán la oportunidad de vengarse de los prepotentes universitarios.
Antes de esta carrera Dave participará en una prueba ciclista con motivo de la visita del equipo italiano Cinzano. Para Dave es el momento más importante de su vida y está muy ilusionado por dejarse ver ante los ojos de un equipo profesional de su querida Italia. En esta prueba el joven americano demuestra estar a muy buen nivel y ser capaz de hacer sombra a los profesionales italianos, con los que intenta hablar en italiano y dejarse ver en todo momento. A los ciclistas del Cinzano al principio les hace gracia, pero no toleran verse deportivamente superados por un chico americano de pueblo, por lo que no dudan en librarse de él haciéndole irse al suelo. Este hecho supone un gran desengaño para Dave, que pierde de golpe todas sus ilusiones al encontrarse con una realidad competitiva y dura que él había idealizado.
Dave cae en una profunda depresión ante el desengaño y pierde la ilusión por el ciclismo. Sus amigos necesitan de él para la Little 500 y consiguen convencerle para formar un equipo local con el que competir en la carrera contra los equipos universitarios.
Lo que pasará en la carrera y cómo terminará la película os lo dejo descubrir a vosotros mismos, pero os adelanto que supone los mejores momentos de la película, con bastante emoción y escenas rodadas con gusto y que dan buenos momentos de lo que buscamos en esta sección, ciclismo y cine en estado puro.
Sin ser una película sobre ciclismo al nivel de algunas de las que os comentamos en anteriores entradas de esta sección, tiene momentos de deporte muy interesantes, destacando la escena en la que Dave hace una bonita persecución o entrenamiento por la carretera tras el camión de Cinzano; la carrera popular en la que participa el equipo italiano, donde los ciclistas transalpinos quedan caricaturizados por su espíritu competitivo y su juego sucio y en la que podemos ver las míticas chichoneras que tan de moda estaban en aquellos tiempos; y todo lo que sucede en la competición final en el velódromo universitario, con un final épico y de superación muy del gusto del cine de los Estados Unidos.
Ficha de la película en FilmAffinity
Escrito por Víctor Díaz Gavito (@VictorGavito)