Ciclistas

Clément Venturini (AG2R), fe y perseverancia

Hay ciclistas que nacen tocados por la divinidad. Auténticos campeones capaces de ganar casi sin querer. Aquellos que desde la más tierna edad se acostumbran a acumular victorias, y que van pasando escalones y categorías con una naturalidad pasmosa. Los Evenepoel, Pogacar, Van Aert o van der Poel pertenecen a este Olimpo de divinidades del pedal, cuya clase y talento está por encima de cualquier otra cosa.

Cualquiera sueña con alcanzar sus glorias. Pero para muchos profesionales alcanzar el halo místico del triunfo exige otro tipo de esfuerzos. Pocas veces se ven cumplidas sus oraciones. Aún así, su trabajo, su compromiso y su regularidad les hacen dignos de permanecer cerca de los dioses, e incluso probar de la ambrosía del éxito en los contados, pero bien aprovechados momentos de éxtasis.

El francés Clément Venturini, nacido en Villeurbanne, a las afueras de Lyon hace justo 29 años, es uno de esos ciclistas que pueden pasar desapercibidos en la memoria del aficionado ciclista y que, en cambio, cuenta con un palmarés y una versatilidad que muchos envidiarían. Un corredor rápido, capaz de meterse en sprints masivos y lograr puestos de honor para su equipo en las grandes volatas. Un amante del barro que sabe explotar sus capacidades y su técnica de ciclocross sin descuidar su compromiso con su equipo y con la temporada de ruta. Regularidad y profesionalidad que le han valido un hueco en la élite del siempre competido pelotón galo. En 2023 cumplirá su sexta temporada en el poderoso AG2R-Citroën, después de otro lustro en el clásico Cofidis.

Clément pertenece a la ahora tan de moda familia del ciclista multidisciplinar, aquel que aprovecha el parón de la temporada de asfalto para disfrutar del barro y las campas. En un país donde la tradición del ciclocross está arraigada a su historia, el pequeño velocista lionés cuenta con nada menos que cuatro entorchados nacionales. Lucir la tricolor en las mejores pruebas del calendario mundial es un orgullo para cualquier ciclista del Hexágono, y el de AG2R sueña con completar la “manita” este invierno, después de verse despojado de la túnica sagrada en 2021. Una edición en la que una mala salida le condenó a pelear en el embudo para lograr una discreta décima posición, lejos del ganador Joshua Dubau.

Foto: François de Dijon, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

En el barro Venturini tiene algo que nunca logró un tal Wout Van Aert, y que comparte con megaestrellas como Mathieu van der Poel o Tom Pidcock. En 2011 se proclamaba Campeón del Mundo junior de ciclocross en la localidad alemana de Sankt Wendel, coronando un histórico triplete de la selección tricolor. Pudo escuchar la Marsellesa escoltado por sus compatriotas, los hermanos Fabien y Loïc Doubey el año en que Marianne Vos y Zdenek Stybar triunfaban en la categoría absoluta.

Después de una temporada invernal irregular el pasado año, que terminaría a lo grande con un fantástico quinto puesto en el mundial de Fayetteville vencido por Pidcock, volverá con ambición a las campas tras un merecido período de recuperación de la temporada de ruta. Hace unas semanas decidía probarse en el Cross Internacional de Boulzicourt Ardennes, llevándose un triunfo incontestable ante Joshua Dubau, el campeón nacional. Sin embargo, su temporada en las campas se reducirá a los meses de diciembre 2022 y enero 2023, con los grandes campeonatos en el punto de mira. Si no hay contratiempos y el cansancio no pesa.

El Venturini de carretera no ha alcanzado nunca los éxitos de los que puede hacer gala en el barro, pero ha demostrado a lo largo de su carrera profesional que es un ciclista regular y fiable. Un valioso miembro de esa “unidad B” tan codiciada en el ciclismo de los puntos y los trienios. Así lo demuestra su temporada 2022, en blanco en el casillero de victorias, pero rica en puestos de honor, especialmente en el calendario francés. Muchos top5 y top10 entre los que destaca el segundo puesto en un Tour de Finistère en el que fue el único capaz de poner en aprietos a un Julien Simon en estado de gracia. Constancia y regularidad que le sitúan como el noveno ciclista con más puntos de su equipo y en el cuarto clasificado en la general final de la siempre complicada y por nosotros tan envidiada Copa de Francia.

Sus victorias en profesionales se cuentan con los dedos de una mano, pues son cinco en concreto, pero sus puestos destacados abundan en cada una de sus temporadas como profesional. Pese a su pequeña estatura no se arrenda en los embalajes masivos, luchando por las victorias con los grandes de la especialidad o dejándose la piel para lanzar a compañeros como Marc Sarreau. No en vano, en sus cuatro participaciones en grandes vueltas ha conseguido colarse entre los diez primeros de alguna etapa en todas ellas, con un quinto puesto en parciales de Tour y Vuelta y un sexto en el Giro como sus mejores guarismos.

Foto: ARN/Thomas Maheux

Como curiosidad, destaca su historia de amor-odio con una de las pruebas más exigentes e imprevisibles del calendario galo, los Cuatro Días de Dunkerque. Ganador de la general en 2017, sufrió una maldición en la edición de 2019. Pocos son los ciclistas que pueden contar haber sido descalificados en dos sprints consecutivos. En la segunda etapa de aquella edición levantaba exultante los brazos al cruzar la meta e imponerse al neerlandés Dylan Groenewegen. La felicidad duraba poco. En una decisión no carente de polémica, el jurado decidía relegarlo a la última posición del grupo por maniobra irregular. Al día siguiente, cruzaba la línea en cuarta posición, con una nueva victoria del velocista de Lotto Jumbo. Sin embargo, un brusco movimiento final que dejaba cerrado al belga Roy Jans le costaba una nueva descalificación. Una tremenda decepción que no le achantaría, logrando ser segundo en las dos etapas siguientes. Sin embargo, las victorias en la ruta parecen reñidas desde entonces.

Clément Venturini no desfallece, y sueña con volver a alzar los brazos pronto. La ambición por los meses de invierno y en una nueva temporada de carretera en la que espera ser importante en el calendario de los de Vincent Lavenu le mantienen motivado y preparado para lo que está por venir. Que no sea por falta de fe. BienaVenturinis los Clementes, porque de ellos será el reino de los cielos.

Escrito por Víctor Díaz Gavito (@VictorGavito)

Foto de portada: @ACampoPhoto

2 Respuestas

  1. Estupendo artículo y la primera foto maravillosa. Un abrazo Victor

    1. Muchas gracias, Julio. La verdad que esa foto evoca muchos recuerdos y unos días geniales de ciclismo en gran compañía. El artículo era un homenaje a ese instante, me alegro que te haya gustado. Un abrazo.

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