Comencé a tener conocimiento del Tour en la década de los 70. Sin embargo, no tengo conciencia de un Ocaña victorioso. Recuerdo escuchar con atención a mi tío, que el conquense “estaba ya acabado”. Ahora mismo, no tengo nada en mi cabeza asociado a su victoria en 1973. Sí que recuerdo con bastante nitidez las retransmisiones vespertinas en directo de la edición de 1975, por TVE. Sí. Soy consciente de que esta afirmación sorprenderá a bastantes personas que pensarían hasta hoy que el Tour tardó muchos más años en llegar en vivo a las pantallas españolas. Desde aquí, animo a quienes me lean a descubrir el magnífico trabajo realizado por el forero “leblaireau”, en Parlamento. En este hilo queda demostrado que el ciclismo en vivo, aunque fuese de forma esporádica, ha tiempo que llegó a TVE. Así que uno de mis primeros recuerdos del Tour fue el famoso puñetazo recibido por Merckx en la etapa del Puy de Dôme. Un puñetazo propinado por un espectador que posteriormente fue detenido. Fue aquel Tour el del final del reinado del de Bruselas, batido por Thévenet en Pra Loup.
Previamente a ese 1975, sí que recuerdo que en el telediario de las nueve, en la información deportiva se daba una reseña de lo sucedido en la gran ronda gala. Solía ser la del presentador leyendo una aséptica información de agencia sobre lo acontecido. En pantalla, entonces, desaparecía el locutor y aparecía una fotografía del vencedor de la etapa entrando en meta. En mi memoria permanecen aún esas imágenes. Y en lugar privilegiado de esa carpeta mental, a un López Carril levantando los brazos en solitario vestido con el maillot del Kas, en la etapa de Serre Chevalier del Tour de 1974. El Tour se podía seguir también por radio. Entre mis recuerdos, unos programas que se hacían diariamente, sobre las ocho de la tarde, en los que se daba la “película de la etapa”, un “juicio crítico”, algunas declaraciones de los protagonistas, las clasificaciones…
Como postre, un epílogo denominado “la etapa de mañana tiene este perfil”. Estos programas los emitió la ya desaparecida Radio Cadena Española, que también los hacía de la Vuelta. Con publicidad de la marca de refrescos Kas, claro está. Inolvidable el momento en que me enteré, en uno de estos programas, que Pollentier, en Alpe D’Huez del Tour de 1978, había hecho trampa, vertiendo sobre la cubeta una orina que no era la suya. O al menos hasta mí no llegaron. Con todo esto, la mejor información y más estructurada acerca del Tour a la que podía tener acceso un niño que dedicaba sus tardes estivales a jugar con sus amigos, era la de la prensa escrita, al día siguiente de la etapa. Aquel niño leía con avidez todo lo que la prensa local, la que se compraba en casa, reflejaba sobre la Grande Boucle.
Una prensa local, la de Pamplona, en la que en los meses de julio ocupaba papel preponderante la información sanferminera. Una relación que tendría su máximo apogeo en la década de los noventa con la irrupción de Indurain. Pero que ya tuvo su prólogo con los primeros “pañuelicos rojos” colgando del cuello de los ciclistas del equipo navarro Super Ser, mediada la década de los 70. En unos tiempos en los que la inmediatez no marcaba la información como lo hace hoy día, una crónica sosegada de la etapa del día anterior era una magnífica manera de seguir el Tour. Las fotos de ciclistas ataviados con maillots desconocidos por él cautivaban a aquel niño. El día en que comenzaba la prueba, la prensa local solía incluir una previa con las etapas y con las listas de dorsales de los ciclistas participantes, que desde 1976 acostumbré a recortar y a coleccionar, hasta hoy.
Con unos códigos para identificar a los favoritos, los ganadores de etapa, los ciclistas que llegaban a vestir de amarillo, y el triunfador de la general final. Esta mi primera etapa de conocimiento del Tour tiene, sin lugar a dudas, un punto álgido: el 3 de julio de 1977. Aquel día, la Grande Boucle entró a Navarra por el valle del Baztán, cruzando el puerto de Izpegi. Fue una etapa con final en la factoría vitoriana de Kas, y que finalizó con la victoria de José Nazábal. Tras una explosión de un artefacto que retrasó el paso de la caravana publicitaria y de los ciclistas, por fin, en Irurita, pude contemplar el paso de los ciclistas. Entre ellos, el del dorsal 71, un tal Eddy Merckx.
Escrito por: Raúl Ansó Arrobarren (@ranbarren)
Foto: Sirotti
Incluido en el nº4 de HC