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No me he vuelto loco (creo), pero estoy en una montaña rusa de emociones ciclistas. No me creo que la misma persona haya perpetrado este recorrido. Es imposible. Es un trazado de vaivenes sin sentido pero con posiblemente tres de las mejores diez etapas de toda la historia de la Vuelta a España.
El señor Jekyll nos deleita con unos mimbres rozando lo orgásmico:
-Buena toma de contacto en Andorra con el encadenado Ordino-Arinsal. Chupitín.
-Buena media montaña con final en Xorret de Catí (mítico para los cuarentones como
yo). Chupitín.
-Etapón con final en Tourmalet tras Aubisque y Spandelles (gran sorpresa). Chupito.
-Etapón con Issarbe (Hourcére) y Larrau (por fin) de paso. Chupito.
-Gran etapa con final en Cruz de Linares tras doble paso con el añadido de San Lorenzo y
Tenebredo por el lado duro. Chupito.
-Etapón en Guadarrama con más de 200km y 4300 metros de desnivel con 10 puertos puntuables
de tercera categoría. Chupito.

Pero debe ser que después de tanto chupito llegó la conversión, no sabemos si por consecuencia del “alcohol” o por miedo de verse en septiembre sin nadie importante con el que compartir vaso (léase grandes favoritos), y entonces brotó el señor Hyde:
-Vergonzosos 25 kilómetros contra el crono.
-Ridículos kilometrajes en muchas etapas.
-Infumables unipuertos a Caravaca de la Cruz, Laguna Negra y Bejes (ni un solo collado acompañando el murito final).
-Etapas pegote sin sentido ninguno.
Y todo esto es una pena, porque con un par (o tres) de detallitos dejabas una carrera soberbia: poniendo otra crono de 30 km; metiendo un par de collados antes de Bejes; sustituyendo el final en Caravaca por Collado Bermejo de paso o Cresta del Gallo; aumentando la distancia en algunas etapas… y poco más sería una Vuelta de 8 ó 9 sobre 10.

Dicho todo esto, estamos ante una carrera muy dura con muchas etapas por encima de los 4000 metros de desnivel y que puede dar mucho juego. El mismo juego que me va a dar el sofá en otras tantas etapas mientras me duermo la siesta. Queda mucho aún pero yo ya le he dicho a la parienta que me marque cinco días mínimo en el calendario para use y disfrute de la televisión para ver ciclismo en exclusiva.
Esperemos que ese ciclismo se convierta en CICLISMO. Y al día siguiente, si toca siesta, al menos que soñemos con la etapa del día anterior o pensando en el desenlace del siguiente etapón. Las cartas están echadas. El señor Henry Jekyll y Edward Hyde han terminado el trabajo. Nos guste más o menos, es lo que hay. No hay vuelta atrás. Sólo nos queda esperar y disfrutar cuando toque.Y cuando toque, chupito.
¡Viva el ciclismo! ¡Viva el señor Jekyll! ¡y viva el licor de orujo!
Pero, sobre todo, LARGA VIDA A LA VUELTA.
Escrito por Pedro Márquez Labrada
Fotos: Rafa Gomez/SprintCyclingAgency