Ciclistas Vuelta

David De la Cruz gana en el Naranco y se viste de líder

El corredor catalán nacido en Sabadell allá por el 1989 es uno de los ciclistas españoles más sólidos en la alta montaña de las grandes vueltas. Pese a no estar viviendo su mejor temporada en este 2022, el actual corredor del Astana kazajo ha tenido ocasión de brillar con multitud de equipos de primer nivel, como el Net-App que le dio a conocer en 2013, procedente del Caja Rural. Marchó al Ettix-Quick Step, en el que consiguió su única victoria en una vuelta grande. Ahora nos detendremos en ese momento, el mejor día de su vida ciclista hasta la fecha. Del conjunto belga saltó al Sky, que después pasó a denominarse Ineos. Un par de años en el Emirates de Pogacar y ‘Matxin’ y rumbo al Astana, en el que ha compartido plantilla con dos grandes de la escena internacional como Miguel Ángel López y Vincenzo Nibali.

En 2016 la Vuelta partió de Galicia. Era una carrera muy norteña en general, con una incursión en Alicante para finalizar, pero que desarrollaba por el resto de los extremos norte del mapa sus etapas. En esa recta inicial, en la que tras el paso por las provincias gallegas se tomaba un respiro de verde en los límites cercanos de Castilla y León, se incluía un periplo en Asturias que iba a sacar a los aficionados a las calles para disfrutar del ciclismo. El siempre conocido y mítico Alto del Naranco iba a ser meta de una etapa que venía de Pajares y todos esos pequeños puertos clásicos de las pruebas profesionales que recorren Asturias.

Al día siguiente esperaban los Lagos de Covadonga, por lo que los favoritos, con el añadido del tiempo húmedo, iban a dejar pasar la oportunidad y regalarle la victoria de etapa a los fugados. En esa fuga había ciclistas de gran nivel. Pello Bilbao, Thomas De Gendt, Moreno Moser… y Luis León Sánchez, que ejerció labores involuntarias de control del grupo para que ganase el catalán. No fue así en la práctica, al menos en lo que a intención se refiere, ya que el murciano intentó ganar.

Pero ante el salto de Devenys, del extinto IAM Cycling, y de De la Cruz y la ventaja abierta en cabeza de carrera justo al inicio de las primeras rampas del Naranco, el entonces corredor del Astana era la rueda a vigilar. Todos sabían de su habilidad para resolver fugas de este estilo. David, por su parte, fue inteligente por recurrir a un dicho que es más famoso de un equipo al que nunca ha pertenecido, el Movistar: “la fuga de la fuga”.

La escapada llegaba y la ventaja de los dos fugados sobre el grupo iba siendo importante, toda vez que ambos habían demostrado buen nivel. No eran dos ciclistas muy duchos en victorias, pero el español estaba desconfiado del belga, que tenía buena punta de velocidad. Se llegó a la zona más dura de la subida, pasada la iglesia pre-románica de Santa María del Naranco, y entre la muchedumbre se consolidó el hueco con el resto de escapados para jugarse entre ambos la victoria final.

El maillot de líder también estaba al alcance, así que doble premio para David de conseguir levantar los brazos en la meta. Pasada la pancarta del último kilómetro, el catalán cargó el plato y pedaleó tan fuerte que sacó de punto a Devenys. El belga no tenía ya nada dentro y no pudo resistir el cambio de ritmo del ciclista del Ettix, que se plantó en meta y tuvo tiempo para paladear. No mucho, porque no quería descuidar su buena clasificación final y así fue.

Perdió el maillot en Covadonga al día siguiente, pero terminó séptimo la carrera. Dado el nivel de nombres que existía, con Froome, Quintana, Contador, Valverde, Chaves, etc, no era ni mucho menos un mal logro. Sin duda, una gesta que enjugaba todos los sinsabores que había sufrido el español durante muchos años de lesiones y mala fortuna.

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: Álvaro Campo

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