Acaba una edición más de la corsa rosa, es momento de aportar balances y de buscar explicaciones a ciertas situaciones que se han ido generando a lo largo de estas tres semanas eternas no sólo para los ciclistas, sino también para los aficionados, que han visto cómo una de las carreras más esperadas del calendario se convertía en un auténtico cúmulo de polémicas a cambio de un espectáculo deportivo que apenas hizo acto de presencia en lo que a los favoritos se refiere.
Los aprobados
10 puntos: Primoz Roglic
El esloveno ha sido el único beneficiado de este esquema de juego. Si el ciclismo se ve basado en los últimos kilómetros de las llegadas en alto y el dictamen de la contrarreloj, el líder del Jumbo Visma es casi imbatible. Lo pudieron comprobar sus rivales en Tirreno Adriático y en Volta a Catalunya, donde pese a regresar de una lesión dejó cero recovecos por los que asaltar sus victorias. Es muy frío y jamás se precipita. Los números son implacables con él: tres vueltas por etapas en 2023 y tres victorias en la general. Las carambolas se dan en ciertas ocasiones, pero cuando el resultado con el esloveno es siempre el mismo quiere decir que la casualidad no encuentra tanto acomodo.
Su equipo, a excepción de Sepp Kuss, ha estado por debajo de lo esperado, afectado notablemente por las bajas de última hora antes de comenzar el Giro. Koen Bouwman ha estado a un nivel bastante inferior a 2022, se le ha echado en falta. Roglic no ha necesitado de grandes movimientos para llevarse la maglia rosa, y tampoco ha necesitado que el Jumbo la defendiese, aprovechando el notable trabajo del Ineos Grenadiers. Se puede criticar su estrategia, sin duda, pero siempre está orientada a la victoria, no a la obsesión por el puestómetro que tanto daño está haciendo al ciclismo.

9 puntos: Geraint Thomas, Joao Almeida
Sus notas están influidas por la posición final en la clasificación general final. Nadie se podía imaginar que Geraint Thomas tuviese el Giro en sus manos hasta el último suspiro, ni siquiera él mismo, así que tiene motivos para estar contento, pese a todo. Su equipo, el Ineos Grenadiers, ha dado la cara en todo momento para proteger sus opciones, si bien en realidad parece que le han hecho la carrera a su gran rival. La baja de Tao Geoghegan Hart fue muy negativa para las aspiraciones del equipo, que con una única baza para la general optó por apostar todo a la resistencia y el rendimiento en la crono final.
Por su parte, Almeida ha alcanzado por fin el podio de una grande, un objetivo en el que lleva trabajando ya varios años. Un buen Giro del que sale con una victoria de etapa en la única ocasión que los líderes batallaron por la victoria parcial. Y ese tercer puesto que le eleva a los altares del ciclismo portugués, que pisa por fin el cajón de la corsa rosa. El UAE ha estado más tímido que en otras ocasiones, también afectado por las bajas. Jay Vine fue de gran ayuda en algunos momentos, aunque sus problemas para mantenerse encima de la bicicleta le restaron bastantes opciones de ser una segunda baza que ayudase a poner en jaque a sus rivales.

8 puntos: sorpresas positivas y savia nueva
La irrupción de Eddie Dunbar y Andreas Leknessund han sido un soplo de aire fresco necesario en el top ten. El noruego del Team DSM, además, fue maglia rosa durante varios días gracias a una fuga que alcanzó la meta de Lago Laceno. El ciclista de Jayco, por otro lado, no necesitó filtrarse en ninguna escapada para resistir hasta la cronoescalada a Monte Lussari en el top cinco. Actuación magnífica la de ambos, que ya se han hecho un nombre para siguientes grandes.
Qué decir de Ben Healy, quien sorprendía a todos con su desempeño en las clásicas de primavera y ha resistido a buen nivel durante toda la carrera. Una etapa, un segundo puesto y la sensación de que el irlandés ha venido para quedarse. También sorprendente el canadiense Derek Gee, que no ha conseguido ganar etapa pese a sus cuatro segundos puestos (seis si contamos la montaña y la regularidad) y estar en todas las escapadas. Jonathan Milan, flamante ciclamino, recupera la ilusión de Italia por los sprints, al tiempo que Nico Denz se ha mostrado en sociedad como un ciclista con mucho olfato. El pichichi de esta edición. También reseñable el papel de Aurelien Paret-Peintre, que se desinfló algo más al final, pero también levantó los brazos.

7 puntos: Pelotón italiano
Pese a no estar viviendo sus mejores días, el pelotón italiano, representado únicamente por dos escuadras del pelotón Pro Conti, hizo un papel más que digno. Damiano Caruso dio representación entre los favoritos, siendo cuarto y dando la sensación que de haberse disputado de forma más alegre la montaña podría haber impuesto su calidad en dicho terreno, su especialidad. Filippo Zana ganó en Val di Zoldo una de las etapas más duras, Davide Bais la llegada al Gran Sasso y Alberto Dainese el penúltimo sprint.
Jonathan Milan se hace con una de las clasificaciones secundarias y el Bahrain Victorious, con la mitad del ocho inicial participando con bandera italiana, ganando la por equipos. Buen nivel el exhibido que da muchas esperanzas a que en el futuro el ciclismo transalpino siga creciendo y volviendo a ser el que fue. Una lástima que por diversas razones no hayamos podido ver más de Andrea Vendrame, de Alessandro Covi o de Samuele Battistella.

6 puntos: Colombia
El país americano partía con cuatro ciclistas en el listado de 176 corredores que tomaron la salida en Pescara el 6 de mayo. Rigoberto Urán dejó la carrera tras la crono por positivo en coronavirus. Gaviria no ha tenido su mejor Giro y merece sección en la parte baja de este balance. Pero la nota positiva se la llevan los escaladores, los jóvenes aún Einer Rubio, quien vuelve a recuperar la sonrisa y regresa a contar para el Movistar tras un 2022 prácticamente en blanco. Ganó en Crans Montana siendo el más listo del trío de fugados que jugó por la victoria y mostró buenas prestaciones para luchar por el top ten, del que se quedó a las puertas.
En cuanto a Santiago Buitrago, la sensación hasta las últimas montañas era que se trataba de una edición bastante gris para el bogotano. Salvó el Giro bajo la bocina y logró una foto épica triunfando en las Tres Cimas de Lavaredo, un escenario donde Lucho Herrera dejó su impronta en 1989 y que es un mito del Giro y sus tiffosi. Entre espectaculares paisajes fue, como Rubio, el más listo de la escapada. Y el más fuerte. Sin ser el líder del Bahrain y subordinarse quizá en exceso a Caruso, tuvo fuerza para rozar el top ten.

5 puntos: Thibaut Pinot y Groupama FDJ
Una muy buena participación del francés, que se marcha sin victoria de etapa, pero con el maillot de la montaña a cuestas y dos segundos puestos en etapas de montaña. Vivió un Giro tenso en ocasiones, con el conflicto en carrera con el ecuatoriano Jefferson Cepeda que salpicó a las redes sociales gracias a Jonathan Vaughters y en cuyo intercambio de tweets (mítico “who are you?”) participó también Lance Armstrong para espetar un icono con cara de payaso al máximo dirigente del Education First.
Pinot finaliza su última visita al Giro de Italia como ciclista profesional dejando un buen sabor de boca y la sensación de que aún tiene piernas para dedicarse a esto. Groupama FDJ también firmó un buen Giro con la suma de la maglia rosa de Bruno Armirail tras filtrarse en una fuga de larga distancia y ventaja. Un buen equipo al que le ha faltado la victoria de etapa que sí consiguió AG2R y ha sido única diana para el país galo.

Los suspensos
4 puntos: Soudal Quick Step e Ineos Grenadiers
Evenepoel portaba el dorsal número 1 y no era una casualidad, ya que también representaba el mayor de los favoritos a la victoria final. Su duelo con Roglic se las prometía muy felices hasta que, una vez recuperaba la maglia rosa que había logrado con exhibición en la primera crono, abandonaba la carrera debido a un positivo en coronavirus. Sin un protocolo oficial, se aplicó el del equipo y el belga debió abandonar la disciplina del pelotón para después anunciar su equipo que no iba a disputar ninguna de las dos grandes restantes en 2023. El equipo termina la carrera con un solo corredor y con gran parte del staff también contagiado. No han funcionado las medidas o éstas no se han tomado. En todo caso, suspenso.
Ineos, por su lado, hizo una buena carrera pese a las bajas de Filippo Ganna (muy importante) y la de Tao Geoghegan Hart (mucho más que importante). El italiano se vio afectado por los contagios de Covid, no así el inglés, que acabó siendo trasladado en ambulancia tras una grave caída. El ganador del Giro 2020 era una baza muy importante para crear superioridad numérica ante Roglic en los momentos decisivos. Con él en liza hubiese cambiado mucho el Giro.
Ineos, como suele, tampoco supo salirse del plan original y plantear un jaque a la carrera con Arensman, a quien no le han concedido más que un papel de secundario con frases, o De Plus, bien en la clasificación como para haber puesto algo de emoción, chispa y tensión a la carrera. Parecía que estaban haciendo la carrera a su líder, Geraint Thomas, cuando finalmente se la estaban preparando a Primoz Roglič, quien con menos gregarios les levantó la carrera por ir con él al matadero. El esloveno lo sabe hacer muy bien, pero Ineos debió jugar con más agresividad en carrera pese a las bajas.

3 puntos: Fernando Gaviria
El velocista colombiano no ha tenido su mejor edición del Giro. En la primera semana siempre le pasaba algo que le impedía estar en disputa de las volatas. Nunca estuvo bien colocado ni disputó realmente la victoria, por lo que su balance final no puede ser bueno. Su equipo, que tenía a hombres como el alemán Max Kanter y José Joaquín Rojas, con experiencia en los sprints, poco le aportaron para obtener resultados. Con Albert Torres no era suficiente para luchar por victorias de etapa en este contexto, y eso que la lucha ha estado muy abierta, disputada y los triunfos repartidos.
Y eso es lo que más duele, que las victorias han estado más repartidas que nunca entre los velocistas, y el único gran sprinter que se marcha de vacío del Giro es el colombiano, que ha sido el único ciclista colombiano que finaliza esta edición de la corsa rosa sin triunfo de etapa. Un hecho que hace aún más énfasis en el mejorable Giro de Fernando Gaviria.

2 puntos: Espectáculo
Ya sea por el mal tiempo, por lo lastrados que quedaron los equipos tras los días tan intensos de lluvias y frío o porque simplemente ha coincidido un listado de favoritos con cero ambición, necesidad, carisma y capacidad de proponer. O todas a la vez. Han llegado todas las fugas a excepción de la jornada del Monte Bondone y las siete etapas llanas disputadas al sprint. Esa falta de control de los favoritos ha mostrado el desinterés en la carrera o la incapacidad por dar alcance a las fugas y devolverlas al rebaño.
Ese detalle evidencia falta de ganas de endurecer la carrera por parte de los favoritos y sus equipos, falta por tanto de ambición. Esa falta de propuesta se puede achacar a un recorrido que concentraba los días clave en la segunda mitad de la carrera, aunque sólo parcialmente, porque con las etapas que la organización había diseñado había más que suficiente para ver mucho más espectáculo del que finalmente se pudo observar, que fue prácticamente ningún ataque reseñable fuera de los dos kilómetros finales de la última etapa de montaña, la subida final al Monte Bondone (sin ser ninguna apoteosis tampoco) y el repecho camino de Fossombrone, en la previa de la crono.

1 punto: Organización y Covid-19
La organización se ha encontrado muchísimos problemas a lo largo de la carrera, muchos de ellos ajenos a su propia acción, como las condiciones climatológicas o el conflicto eterno de los ciclistas en favor de la suspensión o recorte de las etapas. Sí han tenido bastante más que ver con la ausencia de protocolos anti Covid toda vez que la semana previa a la carrera fue una sucesión de bajas de última hora que acabó con ciclistas tan importantes como Ciccone, medio Jumbo y algún que otro previsto para participar en casa.
Una vez arrancada la carrera, el brote en el pelotón fue tan grande que el propio líder de la carrera se vio afectado. Un hecho que descafeinó ya las dos semanas restantes a un duelo que no despertaba las mismas pasiones entre Thomas y Roglič. Ha sido un Giro más comentado por las polémicas que por la propia competición, lo cual no es nada positivo para una marca tan consolidada históricamente como la corsa rosa, pero que en los últimos años enlaza prácticamente en solitario comentarios negativos. Muy necesaria la reflexión. Miedo a que la lectura sea positiva por haberse decidido en la última contrarreloj, que es el destino soñado de cada vez más organizadores. Y un peligro para el largo plazo del ciclismo.

0 puntos: Crans Montana
Insisto en el artículo publicado en High Cycling, no se están tomando las decisiones oportunas para defender los intereses del ciclista. Ni en materia de salud ni en materia de imagen, aspecto en el que el pelotón queda muy tocado tras esta edición del Giro de Italia. Basta con leer las reacciones ante las decisiones que se fueron tomando ante una de las etapas reina de esta edición. Si en el fútbol y otros deportes se toman medidas que evitan a toda costa la suspensión parcial o completa de los partidos, ¿por qué el ciclismo ha de ser menos? Es el único deporte que tira piedras contra su propio tejado.
Y los ciclistas contra el suyo, asesorados de forma cuestionable y tomando decisiones cortoplacistas bajo proclamas populistas faltos de coherencia y razón. Si un ciclista está enfermo, debe estar en casa recuperándose. No bajo la lluvia “dos horas mejor que cinco” como defendía Carlos Verona. Los ciclistas también deben reflexionar sobre el futuro que quieran que les aguarde tras la esquina. Un amigo me comentó que los mal pensados podrían dar crédito a la idea de un boicot al Giro para que éste dulcifique sus rutas en un futuro.
No me creo esa opción, pero sí que deben pensar qué se percibe y se observa desde los sofás de tantas casa y qué motivos tienen éstos para seguir viéndoles y sumando motivos a sus patrocinadores para que sigan sosteniendo económicamente el circo. Si siguen escuchando a las voces que sólo dicen lo que quieren escuchar (mal camino), el ciclismo seguirá en picado de crisis en crisis. Menos excusas y más soluciones para que haya unión, pero no sólo entre ciclistas, que tampoco la hay para los temas fundamentales. Miremos todos por todos y nos irá mejor a todos.

Escrito por Jorge Matesanz
Fotos: RCS / LaPresse
Un Giro mediocre de principio a fin, tal vez hubiera sido distinto con Tao y Remco pero otra vez será.
El Jumbo como vampiros todo el Giro.