Granada, además de por sus múltiples referencias históricas y culturales, es una ciudad mundialmente conocida por su proximidad a Sierra Nevada, meca del esquí y de los deportes de montaña. Esas montañas, siempre a la espalda de su silueta, jalonada por la siempre inconfundible Alhambra, han sido escenario de múltiples batallas para profesionales y cicloturistas, que encuentran un marco ideal para disfrutar del ciclismo en toda su dimensión.
Los accesos tradicionales a Sierra Nevada suelen estar plagados de denso tráfico, por lo que las otras alternativas de acceso a la gran montaña son opciones más óptimas para el cicloturismo. Sin embargo, en nuestra ruta utilizaremos el descenso por dicha carretera para enlazar ambas las subidas a Purche (Monachil) y Haza Llana, si bien en sentido descendente la bajada será mucho más rápida.
Salimos de Granada. Nos ubicamos a escasos metros del parking de La Alhambra y el frío se deja sentir, puesto que el aire de la sierra apenas encuentra freno. Nos disponemos a salir en dirección Sierra Nevada y al encuentro de su acceso nos dirigimos. Las vistas sobre la capital serán espectaculares en este punto. Merecerá la pena parar para inmortalizar el momento.
Tomaremos primeramente dirección Granada para evitar un peligroso túnel de una vía rápida para realizar la aproximación a Monachil por zona urbana. Nos encontraremos dos rotondas que resolveremos a izquierdas y ahí ya sí que no abandonaremos la dirección a Monachil. Llega un primer tramo duro, con un kilómetro que empezará a calentar las piernas.
Alcanzamos la localidad de Monachil, que atravesamos, y nos lanzamos hacia la montaña de forma salvaje. El puerto nos recibe con dos kilómetros sobre el 10%, si bien agradecemos que la carretera esté perfectamente asfaltada. Durante los siete mil metros que vienen la pendiente raramente baja del 8%, con un descansito coronado El Purche y un nuevo alto para superar el collado del Muerto, con rampas muy duras. De dicha cima partirán rutas en MTB que trataremos en futuros artículos.
El descenso hacia la carretera de Sierra Nevada es complicado y estrecho, pero será breve. Giramos a la izquierda y tomamos camino a Pinos-Genil, donde finaliza el descanso y comienza el ascenso a Güéjar Sierra. Iremos bordeando el embalse de Canales hasta llegar a la mencionada localidad, donde un descenso vertiginoso nos lleva a un puente que supone el valle más profundo que se pueda encontrar entre tanta montaña.
Ahí comienza el nuevo ascenso, por muy buen firme, ancho y, no todo iba a ser bueno, rampas de doble dígito desde el comienzo. Las curvas de herradura nos hacen ganar altura rápidamente, con las piernas pidiendo rendición y la mirada puesta en la belleza del paisaje. Serán, sobre todo, cinco kilómetros infernales. Después llega una zona de puerto más tradicional, ascendiendo a media ladera. Llega la cima de esta cara durísima de Sierra Nevada, el Dornajo, desde donde volveremos a realizar el descenso que ya habíamos hecho con anterioridad, continuando a Granada capital.
Una ruta dura, bonita y que exigirá mucha constancia y fuerza mental, puesto que los puertos son duros. Son cortos, lo cual ofrece esa ventaja. Los descensos no son peligrosos, pero sí rápidos, por lo que debemos tener cuidado con la velocidad y el tráfico, por supuesto.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: Martín Cerván y Miguel Baeza
Lucrecio, detalles mas cercanos de esa orbea please…
Rutaza