Femenino HC

Demi Vollering, por fin reina del Tour Femmes y del ciclismo internacional

El cambio de orden ha llegado. Demi Vollering gana el Tour Femmes y su era ha comenzado. Van Vleuten, campeona del Giro Donne y reina absoluta del ciclismo anterior, claudica no sólo ante la neerlandesa, sino ante sus compañeras de plantilla del SD Worx. La contrarreloj final fue para la suiza y brillante ciclista Martha Reusser, la tercera plaza del podio para la checa Lotte Kopecky, quien termina el Tour como lo empezó, aportando alegría a su equipo y protagonizándola. Términos que no vienen mal después de un año complicado como el suyo en lo personal y en lo profesional, un aspecto apartado por el otro.

Vollering voló sobre las rampas nublada del Tourmalet. Hubo zonas de intenso público, sin alcanzar cotas ni parecidas a su homóloga masculina, una constante más de la progresión. La noche y el día con respecto a Planche des Belles Filles 2022. En un año, la vida da muchas vueltas. Entonces fue Vollering quien tuvo que verse doblegada ante Annemiek. Esta vez fue la campeona del mundo la que hincó la rodilla ante la aspirante. Es ley de vida, es natural. El relevo tenía que producirse tarde o temprano, ya que la estrella de Movistar iba a abdicar igualmente en octubre.

Pero es que el relevo ya está aquí. Ya estaba. La Vuelta fue a parar a manos de la ciclista arco iris por una mezcla de error de cálculo y candidez por parte de una y por oportunismo por parte de otra. Si hubiese sido por fuerzas, los Lagos nos ha resumido lo mismo que el Tourmalet: Vollering está muy encima de Van Vleuten en 2023. Esa progresión viene a ser el relevo natural que en todo deporte viene a suceder. Una corredora alcanza su clímax, otra se baja de la bicicleta. Es una justa ganadora del Tour Femmes y una gran campeona la que ahora queda detrás.

Esta historia tenía un final escrito, si bien se esperaba otro muy diferente. Una ciclista pasa a la historia del ciclismo femenino, otra a la leyenda. Así es como funciona la vida y su interminable e imparable cinta transportadora. Trae y lleva, siempre, sin detención. El problema ha sido todo lo que ha costado a sus perseguidoras alcanzar la cima. Camino a los 41 años, mejor quedarse fuera de la foto de Pau, ciudad que vio a Kopecky auparse al segundo lugar del Tour mientras que la polaca Niewiadoma se incluye en el tercer peldaño y amenaza con convertirse en la oposición del SD Worx.

Labous fue quinta, confirmando que Francia tiene una bandera que arriar. Anne Santesteban, octava, remplazando las expectativas incumplidas de Mavi García, quien no se ha asemejado ni de lejos a la corredora que nos maravilló y esperanzó a partes iguales en 2022. Ricarda Bauernfeind fue la gran sorpresa junto a Kopecky, a quien nadie esperaba en esa mesa. Su espectacular ascenso al Tourmalet le dio derecho propio a dominar su terreno para confirmar que el relevo de la tiranía de Van Vleuten se llama SD Worx.

La joven alemana ganó una etapa y resistió cual titán en el top ten. Brillante futuro por delante. SRAM/Canyon se cuela como alternativa. Las temporadas dan muchas vueltas y lo que hoy es blanco, mañana es negro y viceversa. Ese paso adelante ya dice mucho. Mantener el pulso al SD Worx ya dice mucho de Niewiadoma y de este conjunto que año a año también se rearma.

Si algo se ha de apuntar del resto del Tour, se dirá que la etapa del Tourmalet marcó demasiado la carrera. No se debe eliminar, es una buena etapa, pero la general final dista demasiado poco del resultado de dicha etapa. Sintomático de lo dura y decisiva que fue la etapa, también de lo poco que hubo que llevarse a la boca a pesar de pequeños destellos de clase de las Movistar Lippert y Norsgaard. Wiebes no podía faltar a la cita con la victoria, y su compatriota Kastelijn se nos anticipó a las favoritas en Rodez.

La crono de Pau, un acierto que aún desveló pistas. Pero un menú que vista la majestuosidad del ciclismo femenino en cuanto a espectáculo e incertidumbre, podía haberse cocinado mejor. Daba la sensación de que seis días fueron un mero entremés del plato único, una cima mítica que se ha vendido como novedosa para el ciclismo femenino cuando en realidad es un viejo conocido de las chicas que pelearon contra este gigante pirenaico antes de la creación de este nuevo Tour Femmes que cumple su segunda edición.

Porque hubo ciclismo y Tour antes de ellas, pese a que a tenor de la memoria de muchos y muchas pareciese lo contrario. El aplauso y agradecimiento a todas las luchadoras que partieron en Clermont Ferrand y alcanzaron Pau no sin sufrir, puesto que la carrera se hizo dura por la pasión que las propias artistas pusieron en cada kilómetro de la ruta. Sin caer en tópicos, el ciclismo femenino sigue su curso ascendente, que sigue tendencia debido a peticiones como las que les han traído etapas como la de Pau. Ambición, ganas, soluciones, no excusas. Y ese es el camino para avanzar.

Escrito por Jorge Matesanz

Fotos: ASO / López

Una respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *