El recorrido es un elemento que tiene su influencia en la carrera, en el ánimo de los corredores, en sus ambiciones y también en sus intenciones. La organización trabaja contrarreloj (irónicamente) para presentar sus etapas un día determinado a una hora determinada. Se realiza un acto de presentación y se comentan incluso por televisión las etapas una a una. Creo que todo el mundo ciclista de élite tiene la posibilidad de acceder a la televisión o a la prensa, que suele hacer un buen recorrido por el recorrido, valga la redundancia, presentado. Es habitual que ciclistas como Filippo Ganna alabe el recorrido del Giro cuando sabía perfectamente que ni lo iba a disputar y que incluía 27 kilómetros totales de contrarreloj. Vamos, una auténtica vergüenza. Y que un especialista no critique cómo se está maltratando su disciplina también lo es.
La etapa de Breda tenía su peligro. Así la describió Lucrecio Sánchez en su análisis de la Vuelta a España 2022 cuando su recorrido fue presentado, allá por el mes de diciembre:
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“Etapa 03 – Breda – Breda … 193 km / 21 ago 2022
Riesgo de caídas que repetirá en la segunda etapa en línea. Más tópicos y más peligro de perder tiempo o la integridad física por las montoneras, cada vez más habituales. Carreteras no muy anchas, fuerza en las piernas, amenaza de aire y pocas diferencias. Una combinación explosiva para ver las aspiraciones de algún favorito saltar por los aires”.
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No es que Alejandro Valverde, que llegó a meta caliente por la tensión que sufrió durante la etapa, no tenga derecho a quejarse. Pero tal vez le convendría no ya leer a Lucrecio (que si es para informarse de recorridos, a lo mejor también) sino que debería plantear las quejas y reclamaciones antes. Porque que el trazado de esta etapa iba a incluir multitud de pasos por pueblos estaba cantado.

Me hubiese gustado escuchar estas quejas en el Tour de Francia, en el Giro de Italia o en la Amstel Gold Race, que atraviesa carreteras muy peligrosas para que un pelotón se juegue la carrera en ella. Algunas de ellas no muy lejanas. Algún paso de la Lieja-Bastogne-Lieja o del propio Tour de Flandes son absolutamente criminales desde alguna perspectiva seguro. Por tanto, si en esas carreras todo son parabienes y palmaditas en la espaldas mutuas, en la carrera de casa que además te lo ha dado todo, quizá no era la forma ni el momento de crear una polémica absurda.
Dicho con todo el respeto y admiración por uno de los ciclistas con las mejores condiciones, para mí, de la historia.
En el suceso por desgracia célebre de OPI-OMI, la carretera no era precisamente ancha. Se podría haber culpado a la organización por una caída que perjudicó seriamente a un compañero del Movistar, obligándole al abandono y perdiendo una pieza importantísima para Enric Mas. ¿Alguien dijo algo? A lo mejor el problema es que todos los equipos quieren ir delante y no se puede. El reglamento incluye muchas cláusulas y obligaciones, pero creo que a día de hoy no dice nada de tener que hacer las etapas a 50 kilómetros por hora ni en cabeza de pelotón. ¿Por qué no girar el disparo hacia sus directores por plantear la táctica de ir delante en un recorrido tan peligroso para no perder tiempo? En caso de buscar culpables.

Nadie se ha quejado del recorrido en ningún aspecto. Ni los ciclistas, ni los equipos ni gran parte de la prensa. Veremos en esa segunda semana qué tipo de declaraciones se realizan cuando los favoritos y equipos que necesiten recortar o ampliar tiempo en la general no encuentren el terreno que sí han tenido en otras ediciones o grandes vueltas. Como siempre, tarde y mal.
Sobre el paso por los pueblos, creo que Alejandro se equivoca. Acercar más a los pueblos vuestras marcas, vuestros patrocinadores es lo que os interesa precisamente a los que queréis desarrollar vuestra profesión en el mundo del ciclismo. Si alejamos a la gente, el ciclismo va a llegar a mucha menos gente. Y esto se trata de repercusión, de publicidad. Mientras los ciclistas no comprendan de una vez que se deben a unas casas comerciales que tienen el único fin de ser vistos por televisión y llamar la atención para bien en las carreras en las que enseñan su logo, mal va a seguir el ciclismo.
Regresando a la etapa, fue un auténtico éxito de público. Cuatro o cinco filas de personas había en muchos tramos. El paso por las poblaciones era apoteósico e idílico. ¿Cuántas casas nos gustaron de todas las que se vieron desde la toma de helicóptero? Un ratito para soñar. Carreteras donde los carriles bici son lo fundamental. Carriles bici independientes y que comunican ciudades, favoreciendo el uso seguro de la bicicleta.

A lo mejor en España no se hace ese tipo de recorridos porque no tenemos esas infraestructuras para mostrar y presumir. Envidia de un país que gira en torno a la bicicleta. Esa promoción del ciclismo seguro no podría ser más oportuna cuando en Castellbisbal han sido atropellados nueve ciclistas, con dos víctimas mortales y el agresor a la fuga. El propio Valverde fue, por desgracia, atropellado a principio de verano. Mucho que aprender de Países Bajos y su forma de utilizar la bicicleta no como un arma política, sino utilizar a secas. A ver si de una vez alguien se pone las pilas con este tema. ¿Acaso no se matan much@s ciclistas como para que se dé más relevancia a su protección? Será que no damos votos.
En lo deportivo, fue una etapa intensa, con el riesgo del viento latente, pero sin ser de facto una amenaza. El paisaje de aerogeneradores y costa daba auténtico pavor a los escaladores que iban ya con el gancho. La tensión generó alguna caída como la de Michael Woods, que tuvo que abandonar en ambulancia. Israel pierde a su líder para la general, una lástima. Otra caída fue la de Carapaz, sin consecuencias. Ineos solventó la situación y todo queda en una anécdota por suerte.
La escapada del día tuvo de nuevo a integrantes de los tres equipos invitados españoles. Sigue, por tanto, la pelea por demostrar. Pau Miquel repite experiencia, al igual que el líder de la montaña, un Van der Berg que se lleva el maillot de topos azules a España para seguir peleándolo. De Gendt estuvo en la primera. Al igual que Bakelants. Dos habituales de estas lides. Los siete integrantes abrieron un hueco de tres minutos de ventaja, no demasiado tiempo. Pero el pelotón se vio casi impotente de recortar la ventaja ante un grupo que relevaba perfectamente como si de una crono por equipos se tratase. El sprint intermedio fue disputado por la fuga y ¡boom! Con él se diluyeron las energías en la fuga.

En la recta final el desenlace esperado. Tensión, zonas estrechas y disputa de la posición, que es lo que hace realmente peligrosa las etapas. Finalmente Molano quedó en cabeza, lanzó para todo el grupo de velocistas y en el desorden surgió Bennett de nuevo para llevarse a Irlanda un nuevo triunfo. Primer doblete de la prueba. Quizá hasta Almería no vuelva a haber oportunidad, por lo que el balance para el de Bora no podía ser mejor.
Hablando de balances, muy bueno el del paso de la Vuelta por Holanda. Carreteras repletas de gente a los lados, los clásico mosaicos vistos desde el aire que tan típicamente se muestran en el Tour, cartelería agradeciendo a la Vuelta su presencia en esas tierras… una operación redonda en todos los sentidos. Una pena que haya tenido que llegar dos años más tarde. Seguro que no volverán a pasar trece años hasta la siguiente experiencia de la carrera por estos lares.
Ahora la Vuelta regresa a la Península para comenzar con las montañas y los días decisivos. Importante, para evitar problemas, informarse de qué se van a encontrar los corredores. País Vasco recoge el guante de Holanda en términos de público. Después será Cantabria y después Asturias. Lugares todos donde el ciclismo es religión. Los corredores disfrutarán de un día de descanso como tal en Vitoria, ya que han viajado nada más finalizar la etapa. Cuidado con los parones, que las etapas que vienen ahora no son para despistarse lo más mínimo.
Escrito por Jorge Matesanz
Fotos: ASO / Sprint Cycling Agency / Charly López
Menudo repaso le dais a Valveree. No sin razon que ha salido con los pies del tiesto.