Alberto Dainese nació en 1998, marca generacional que comparte, por ejemplo, con el biganador del Tour de Francia, Tadej Pogacar. Siendo corredores diametralmente opuestos, sí que comparten el hecho de que aún tienen toda su carrera deportiva por delante. Y la verdad es que Italia respira, ya ha ganado en este Giro, contra pronóstico y a cargo de una joven promesa que aúpa a DSM al podio de equipos vencedores, por lo que Bardet no tendrá que cargar con la pesada losa de la responsabilidad también en ese aspecto.
Dainese le ha amargado la tarde a Fernando Gaviria, de nuevo tirando al palo, tras un caótico sprint en el que le hizo un gran trabajo el argentino Richeze. Ni Cavendish ni Ewan estuvieron en la pelea. Ni siquiera Démare, que llegó por delante de sus dos grandes rivales y aumenta así la ventaja y su favoritismo para llevarse la maglia ciclamino.
Entre los favoritos hubo novedades. Richard Carapaz bonificó tres segundos, lo que le ubica a empatar a tiempo con Joao Almeida, uno de sus grandes rivales. Donde muchos ven un síntoma de concentración, que lo es, y de ambición, que también, se puede deducir ciertas dudas sobre su superioridad ante el resto de favoritos. Un ciclista que juega a ganar el Giro, teniendo todo el terreno del mundo para imponer su fuerza de aquí a Verona, no se preocupa por tres míseros segundos. Mejor tenerlos a favor que en contra, está claro.
¿Es una forma de colocarse por delante del líder del UAE y coger la maglia rosa en un eventual desfallecimiento de Juanpe López? Ese botín es minúsculo en comparación con el premio gordo. Nada de lideratos testimoniales, lo que le interesa es dar un golpe de mano a la carrera. Turín puede ser una opción. También Cogne. En ambos, apoyado en uno de los mejores equipos de la edición 105 del Giro.
Llegamos a Génova, lugar afamado por múltiples razones. La mayor en lo ciclístico, en lo que a España respecta, viene de la mano de Álvaro González de Galdeano, que impuso su clase allí en el lejano año 2000. Tras la variación del trazado, el día quedará para fugas si todo va como se espera. Eso sí, si algo nos demuestra el ciclismo profesional es que la liebre salta en cualquier esquina. Carapaz tiene experiencia esta misma temporada en esas lides. Incluso algún miembro de su corte de aspirantes. Todos los ojos estarán puestos en el fin de semana. Esa distracción puede permitir a alguien sorprender. Y a otros dejarse. Veremos.
Escrito por Jorge Matesanz
Foto: RCS Sport