Es la primera maglia rosa española desde la que encumbró a Alberto Contador en 2015. Sólo unos años antes, en el mismo Etna, el propio ciclista madrileño se vistió de rosa. Difícil será que el sevillano resista al frente de la clasificación como hizo el entonces ciclista del Saxo Bank, pero los favoritos tendrán que sudarlo. La motivación da una marcha más y la buena forma con la que ha comenzado Juanpe el Giro da para ser optimistas. Con total seguridad, día tras día, van a tener que bajarle de ahí, pese a que la ventaja no es excesivamente amplia, todo hay que decirlo. Trek-Segafredo ya ha cumplido con más de dos semanas por delante y López ha vivido un día que vale una carrera deportiva. ¡Quién da más!
Otro de los nombres del día es Lennard Kämna. El alemán de la Baja Sajonia ya había hecho diana en el Tour e intentado en la primera etapa dar la campanada en el repecho final. Buenas piernas, una proyección más que interesante y llegando a su madurez, un corredor a observar. Seguro que su sed no ha quedado saciada, más aún viendo cómo se ha posicionado de bien el Bora-Hansgrohe en la subida al Etna, con tres corredores en el grupo de los mejores.
El Etna deja más lecturas que la fuga que ha triunfado en su cima. En primer lugar, quiénes están y quiénes no para ganar este Giro de Italia. Fuegos de artificio, sí, pero los Jumbo-Visma (Dumoulin y Foss) ya han perdido fuelle. Fortunato, Nibali, Martin, Formolo o Valter ya están fuera de juego. No es que se contase con ellos para estar en las grandes cumbres. Pero en un grupo donde el ritmo ha sido de tanteo y han llegado nada menos que dieciséis ciclistas, tal vez se esperaba que pudieran resistir, o al menos no a tanta distancia.
Los líderes que sí han estado en cabeza apenas han protagonizado apuesta alguna. Ineos ha puesto marcha a cargo de Narváez, un gran ciclista, que sólo ha servido para ver el vallazo que ha encabezado Carapaz, en plan capo. Penúltimo en el grupo de los favoritos, Simon Yates. Junto con Hugh Carthy. Que cada uno interprete lo que considere, pero no son posiciones para llegar a meta. Arensman, Hindley, Hamilton, ¡Valverde!, Sosa, Buitrago (¡ojito!), Buchmann… todos pasarán más filtrados en las próximas entregas para postularse el día del ataque made in Ineos en las rampas del Blockhaus. Que no por previsible se tornará más sencillo de aguantar.
Antes está el avispero de Potenza, donde las subidas combinan longitud con rampas. Alguno de los menos vigilados de la general podría intentar moverse en la fuga del día. Incluso los habituales Guillaume Martin o Davide Formolo, que pueden aspirar a colarse en un top ten. A ellos perder tiempo les ha podido venir bien. Quien se queda un poco entre aguas es Vincenzo Nibali, que no ha perdido tanto y ahora cobra vital importancia por la baja de Miguel Ángel López en su equipo, el Astana. Llega a casa sin la posibilidad de buscar una sorpresa porque el doble ganador del Giro estará todavía más marcado por la buena clasificación de la que aún goza.
Y es que ‘Supermán’ ha tenido que abandonar a causa de una caída. Es el segundo abandono en tres años en tierras sicilianas. Un mal fario que se empieza a equiparar al que persigue a Mikel Landa. El colombiano enlaza esta participación con la pasada Vuelta a España y su famoso abandono en la penúltima etapa cuando se encontraba en posiciones de podio. Entre la suerte y el carácter, estamos perdiendo muy buenos momentos de uno de los mejores escaladores de la época.
Escrito por Jorge Matesanz (@jorge_matesanz)
Foto: RCS