La décimo tercera etapa de este Tour de Francia, que arribaba a Saint Etienne, se desarrolló conforme a los parámetros previstos. Tras las dos jornadas alpinas, los favoritos para el triunfo final pactaron una tregua. Decidieron que sus enfrentamientos, que los habrá, se desarrollarán en futuras jornadas.
La etapa de hoy, con un final en alto en el aeródromo de Mende, rebautizada cima Laurent Jalabert en recuerdo a la excepcional etapa que allá tuvo lugar hace ya 27 años, y en la que el entonces maillot verde del Tour resultó vencedor, tiene un perfil para que se pudiese plantear batalla. El gran inconveniente para que esto suceda es que el actual líder es el que dispone del mejor equipo. Y así, sobre el papel, el que debe salir a defender su posición.
La etapa de ayer, aún sin batalla entre los primeros de la general, no significó descanso para ellos.

Se formó una escapada con ciclistas de muchos quilates: Ganna, Kung, el ex campeón en ruta Mads Pedersen, Hugo Houle, Matteo Jorgensson y Fred Wright, de Bahrain, fueron los corredores que se quedaron en los últimos kilómetros con opciones de triunfo. Los seis ciclistas se entendían; rodaban a buena velocidad. Y es que, el pelotón, hasta que a falta de quince kilómetros entendió que ya no tenía opciones de capturar la escapada, estuvo intentando la caza.
Las diversas cuestas y puertos pusieron en aprietos a Fabio Jakobsen. Caleb Ewan sufrió una caída. A falta de unos 30 kilómetros, y vistas estas dificultades de los otros sprinters, el equipo BikeExchange decidió tirar para jugar la baza y repetir triunfo con Dylan Groenewegen. Pero era demasiado tarde. A falta de 15 kilómetros para la meta desistieron. Así, por fin, el pelotón pudo respirar un poco.

Fue en cabeza de carrera donde Mads Pedersen soltó un demarraje al que, sorprendentemente, ni Ganna ni Kung pudieron responder. El danés se fue con Fred Wright y con el integrante del equipo Israel Hugo Houle. A ambos les batió con facilidad en el sprint final.
La jornada de hoy tiene un trazado duro. Dureza que se incrementará con el calor previsto. En jornadas de este tipo hemos visto desarrollos sorprendentes como el ataque de la ONCE sobre Induráin en 1995. O cuando Oscar Pereiro se vistió de amarillo en 2006. No es fácil que esto suceda esta vez. Y es que, como ya hemos apuntado, el equipo más fuerte de este Tour es al que ahora le toca defender. Vista esta superioridad, y salvo accidente, parece que la única opción que puede tener Pogacar de recuperar tiempo frente al líder Vingegaard es en enfrentamientos directos en los Pirineos.
Pero no adelantemos acontecimientos, que áun queda mucho Tour.
Escrito por Raúl Ansó
Foto: ASO / Pauline Ballet