Pretende el ciclismo actual controlar casi todos los parámetros en los que este deporte se desarrolla: el porcentaje de grasa de los ciclistas, los watios que mueven, las pulsaciones del corazón, los kilómetros con los que se llega a la salida de una carrera… La meteorología hoy día es una ciencia con bastante porcentaje de aciertos. Pero prever si va a llover a las cinco o a las siete de la tarde con dos días de antelación a veces no resulta tan fácil. Hay cosas en este deporte, pocas, que todavía se escapan al afán controlador del ciclismo actual. Es lo que sucedió ayer en Copenhague.
No sabemos quién fue el primero que decidió que su jefe de filas no saliese de los últimos de la rampa de salida de Copenhague en la contrarreloj. Pero, tras él, casi todos optaron por la misma decisión. Al final, como las previsiones meteorológicas, todos fallaron: fueron los últimos en salir los que rodaron sobre un circuito medianamente ya seco. Y por ende, todos los favoritos debutaron en este Tour con casi idénticas condiciones: lluvia y asfalto mojado.
Sobre esas idénticas condiciones, unos decidieron competir. Otros, aplazar esa competición a días venideros. Como si en España regresáramos a la década de los setenta y ochenta del siglo pasado, Enric Mas decía, una vez finalizada la crono que “no podíamos más que asegurar” debido a la lluvia. Como cuando en España se aceptaba que, por ser una etapa prólogo, no adecuada a las condiciones de nuestros ciclistas, nuestros escaladores perdiesen de entrada ya cerca de un minuto. Así porque sí. La primera en la frente. No sólo fue Enric Más. Al parecer, el australiano del AG2R Citröen Ben O’Connor era de la misma opinión, y perdía finalmente más tiempo todavía que el mallorquín.
Los tres grandes favoritos al triunfo final, Pogacar, Roglic y Vingegaard, sabían ya de entrada que no debían perder tiempo. Incluso a pesar de la lluvia que les pudiese comprometer a una caída. Sólo un margen de 9 segundos les separó a los tres. Con una apreciable diferencia: que el de UAE no pareció arriesgar en las curvas tanto como sus dos rivales del Jumbo Visma. Lo que conduce a la idea de que en las rectas, Pogacar les recuperaba el tiempo. El Tour no ha hecho más que comenzar. Pero ya ha comenzado. Y Pogacar sigue transmitiendo la misma sensación de superioridad antes que después de sobrepasada la línea de salida.
Van Aert, Van der Poel, Filippo Ganna… se quedaron con la miel en los labios en su búsqueda de la victoria en la penúltima cronometrada de este Tour de Francia, y de vestir el “maillot jaune”. Era el ciclista belga de Quick-Step Alpha Vinyl, Yves Lampaert, reputado contrarrelojista, quien se alzaba con la victoria y con el primer maillot amarillo. Fue el actual subcampeón belga de contrarreloj el gran beneficiado de que, cuando él partió de la rampa de salida, el circuito se encontrase ya en algunos tramos bastante seco. Todo lo contrario a lo que sucedió a los grandes favoritos para la victoria en la etapa de ayer. Especialmente sangrante fue el caso del suizo del Education First Stefan Bissegger, que se cayó en dos oportunidades debido a la humedad del asfalto, perdiendo todas sus opciones.
El Tour ya ha comenzado. Y esto ya no para.
Escrito por: Raul Ansó
Foto: ASO / Ballet