La intención del organizador es que te sientas en una etapa del Tour de Francia, aunque sea por un día. O en la etapa reina. Así era originalmente cuando se celebraba esta cicloturista llamada L’Etape du Tour en los Alpes (casi siempre) o los Pirineos, reproduciendo fielmente una de las etapas más duras de la Grande Boucle. El recorrido de esta versión madrileña (que fue suspendida en su fecha original debido a problemas con tráfico) es bien diferente al que pueda aparentar, pero ha sido un recorrido muy duro. Se ha hecho aún más duro por las condiciones climatológicas.
Ya lo hice en 2021 y en pleno mes de julio, con todo el calor. Las inclemencias del tiempo de la edición de 2022 han tenido su encanto. Los puertos, con la carretera húmeda y el paisaje, fueron muy bonitos, sobre todo el de Santa María de la Alameda. Caían hojas continuamente por el otoño, el suelo estaba empapado y eso hacía que el olor fuese súper agradable. En casos como el mío, que vengo de correr y disputar carreras, hacer un recorrido de este tipo, en esas condiciones y poder disfrutarlo, es un gustazo. Subir esos puertos rodeada de gente y saber que estás sufriendo igual que ellos es algo bonito también, no es lo mismo que un entreno en solitario, la verdad.
La organización me pidió grabarlo con la Go Pro desde mi perspectiva, en este caso la larga. Como es habitual en este tipo de cicloturistas, existían dos opciones: la corta y la de mayor distancia. En ambos casos se subían dos puertos, La Paradilla y el mencionado de Santa María de la Alameda. La de mayor longitud incluía también el durísimo Alto del Mediano, con rampas muy duras.




Conocía a muchas de las mujeres que vi en la marcha. Muchas de haber venido a las quedadas de Women in Bike, de otros eventos similares, de carreras… Algunas venían de fuera de Madrid. Conocí también a algunas que venían de Murcia, de Granada, etc. La mayoría hicieron la versión corta. Era un reto porque algunas venimos de proyectos que todavía no están familiarizados con las distancias más largas, más épicas. Me alegré de haber podido compartir algunos kilómetros con ellas y poder disfrutar del día. Ha sido muy inspirador, aunque cortito, de un minuto, el video que ha publicado la Federación Española en el que nos muestra que en algunos casos hacía mucho tiempo que no montaban en bicicleta, otras cubrían su primera cicloturista… Las condiciones no fueron las más adecuadas y aún así llegaron a meta, lo cual tiene un gran mérito y merece un aplauso.
Por mi parte, hice la versión larga, donde no había muchas chicas. Desde El Mediano, en Ávila, llovió en todo momento, hasta llegar a la línea de meta. Los avituallamientos me encantaron. «Eres la primera chica», me decían. En el paso por algún pueblo también nos animaban. Eso pone los pelos de punta. Una señora gritaba emocionada «¡es una chica!». Espero que poco a poco este tipo de cosas aumente la participación de las mujeres en este tipo de pruebas y que también poco a poco vayamos siendo capaces de asumir retos más largos como este. Vamos en buen camino.
Las frases de la propia organización fueron también muy motivadoras. A punto de coronar El Mediano nos decían “¿qué es un kilómetro?”, o “sigue pedaleando, lento o rápido, pero sigue”. Me pareció un detalle muy bonito. La posibilidad de dar visibilidad al ciclismo femenino y a la carrera grabando con la Go Pro o siendo entrevistada en la salida es una pasada para mí, que hace nada no sabía ni cambiar de plato en la bicicleta.
Escrito por Cristina Gª Pulido y Lucrecio Sánchez
Fotos cedidas por Cristina Gª Pulido / L’Etape