El que fuera uno de los ciclistas más batalladores de los Tour de Francia de Miguel Indurain dejó el profesionalismo en 2005 tras más de quince años en la élite. Su porte de rodador potente le dejó un triunfo importantísimo en su carrera, además en un coto bien cerrado a todo el que no es un gran velocista: los Campos Elíseos de París. Una auténtica gesta llevada a cabo por un corredor que cumple sus años el 15 de febrero.
Tras pasar por exitosos proyectos franceses como Gan, Jean Delatour o Française des Jeux, y natural de Beauvois, tuvo una oportunidad como director del IAM Cycling. Sin embargo, ante su desaparición tuvo que elegir entre seguir intentando colarse a algún volante y de esa forma estar vinculado al ciclismo por más tiempo.
Los planes no resultaron como le hubiese gustado, por lo que tuvo que probar suerte en otros campos. De ese modo creó una empresa de taxis y transportes con sede en la localidad de Chantilly, en las proximidades de una capital francesa que le dio la gloria en 1994. Un ataque certero en la recta final valió al quíntuple campeón de Francia (una en línea y cuatro en contrarreloj) para levantar los brazos en la que fue sin duda su mejor victoria como profesional.
Triunfó ese mismo año en los Cuatro Días de Dunkerke, una prueba con duros rivales con objetivos en las clásicas de pavé. Se podría decir que aquél fue el mejor año de su carrera. Un rodador que sufría como nadie en las montañas para tener opción de victoria en las fugas que después disputaban los triunfos.
Escrito por Lucrecio Sánchez